El momento del día en que haces la cama puede influir en su higiene: ¿cuándo es mejor?

De un tiempo a esta parte, el consenso de la población ha sido que airear la cama es la solución definitiva para combatir los ácaros. Pero lo que teníamos como una verdad contrastada está cargada de incertidumbre. Y es que no hay estudios concluyentes que relacionen esperar a la hora de hacer la cama, o incluso no hacerla, con una disminución de los ácaros. Estos minúsculos arácnidos que se esconden entre nuestras sábanas puede que no desaparezcan con un poco de ventilación.

El método de airear la cama, que tradicionalmente se asociaba a la disminución de prevalencia de ácaros, no tiene base científica concluyente. Se trata de una teoría persistente, basada en un estudio de 2005 realizado por el doctor Stephen Pretlove, de la Universidad de Kingston (Reino Unido). Este artículo, titulado 'Messy bedroom could spell end for creepy crawlies' (o 'Una habitación desordenada puede suponer el fin de los bichos espeluznantes'), está incompleto. Se realizaron unas simulaciones informáticas que concluyeron que, si los ácaros sobreviven gracias a la humedad del ambiente, algo tan sencillo como airear la cama podría secarla lo suficiente como para estos artrópodos perecieran.

El siguiente paso del estudio era introducir en 36 camas en viviendas británicas (con su consentimiento) poblaciones de ácaros. Con esto se debía comprobar si las simulaciones realizadas por ordenador se aplicaban a la realidad. Según el artículo de la universidad de Kingston, el proyecto había recaudado 200.000 euros del Consejo de Investigación de Ingeniería y Ciencias Naturales del país. “Esta investigación tiene el potencial de reducir en 700 millones de libras los gastos estatales en tratamiento de enfermedades provocadas por la exposición a los ácaros”, sostenían desde el artículo. Sin embargo, el modelo de Pretlove nunca llegó a comprobarse. Décadas después, el grueso de los artículos para eliminar a los ácaros siguen basándose en este estudio preliminar, sin base empírica que lo sostenga. El científico ha continuado haciendo simuladores de la influencia de la humedad en la prevalencia de ácaros en camas, pero aún no ha probado sus estudios en condiciones reales.

Los ácaros pueden sobrevivir a climas secos

Uno de los problemas del estudio de 2005 es que sobreestima el poder de la falta de humedad a la hora de combatir los ácaros. Según un estudio de 2016 publicado originalmente en la revista 'Annals of Allergy, Asthma & Immunology', (AAAI) los ácaros pueden sobrevivir durante semanas a la falta de humedad.

El artículo detalla como el factor más importante para el crecimiento de las poblaciones de ácaros es la humedad relativa, que es la cantidad máxima que el aire puede acumular en una temperatura determinada. Estos artrópodos necesitan del más del 65 por ciento de humedad relativa para vivir en condiciones óptimas, y la población disminuye en una humedad inferior al 50 por ciento. Sin embargo, en condiciones secas los ácaros pueden sobrevivir e incluso reproducirse si la vivienda experimenta picos de incremento de la humedad relativa, “algo que puede ocurrir si una persona se da un baño o cocina”, apuntan desde el estudio.

Si eres alérgico a los ácaros, el artículo recomienda que adquieras un higrómetro, que puede ayudarte a medir la humedad del ambiente. El problema, tal y como indica este estudio, es la dificultad de controlar la humedad relativa en una vivienda. “Los deshumidificadores de pie son ineficaces, y una deshumidificación completa es efectiva a la hora de retirar el alérgeno del ácaro, pero no los síntomas de la alergia”. Otro estudio, elaborado en 2014 por el Departamento de Energía de Estados Unidos mostró “inconsistencias” en la eficacia de los procesos de deshumidificación en hogares situados en climas cálidos y húmedos.

La lavadora, un aliado contra los ácaros

Si los ácaros pueden sobrevivir a temperaturas y falta de humedad extremas, ¿qué podemos hacer para combatirlos? Un estudio publicado en 2008 en (AAAI) comprobó que los ciclos de lavado a 30 y a 40 grados tienen índices de supervivencia de los ácaros de un 90 por ciento. Por el contrario, si a este ciclo se le añadía otro de aclarado, la supervivencia del ácaro disminuía hasta un máximo de un uno por ciento. Esto sugiere que la clave para eliminar a estos artrópodos en la lavadora no tiene por qué ser la temperatura, sino el tiempo de lavado.

Otro estudio más antiguo, publicado en el 'Journal of Allergy and Clinical Inmunology' (JACI), apunta a que la secadora puede ser otro gran aliado contra los ácaros. En un lavado en secadora doméstica de una hora de duración, consiguieron matar casi por completo a la población de ácaros en colchas, incluso en casos con grandes poblaciones de ácaros.

Dudas sobre las sábanas antiácaros

Otros mecanismos populares para la eliminación de ácaros, como las sábanas antiácaros, también han sido puestos en duda. La literatura científica sobre la eficacia de estos mecanismos de barrera es ambigua. Un metanálisis y un artículo de estudio de la materia sobre la eficacia de las sábanas antiácaros llegaron a conclusiones dispares el mismo año.

En 2014 se publicó en la revista 'Children' un estudio de la materia sobre la prevención de las alergias al ácaro en casos de asma pediátrica que asociaba las sábanas antiácaros con una reducción de los alérgenos. “La eficacia de las sábanas a prueba de alérgenos reside en el tejido (...). El tamaño del poro de la tela, determinada por la tensión del tejido, es crucial. Para que una sábana a prueba de alérgenos sea eficaz , especialmente en el caso de los ácaros, debe tener unos poros de medio micrón o menos”, detalla el estudio.

Ese mismo año, se publicó un metanálisis de la materia, que analizaba más de una veintena de estudios relacionados con la eficacia de las sábanas impermeables contra los ácaros. Tras repasar los datos ya existentes, concluyeron que “no hay pruebas de que una funda de colchón impermeable prevenga la prevención de alérgenos o de episodios de alergia al ácaro”