El artista urbano Invader, identificado por la Guardia Civil a petición de la Fiscalía
La Guardia Civil ha logrado desvelar la identidad del artista francés investigado por colocar sus mosaicos en varios edificios protegidos, según ha informado el diario Málaga Hoy.
La Fiscalía de Málaga se querelló el pasado mes de febrero contra él, dado que de las 29 obras que colocó por la ciudad, algunas fueron situadas sobre bienes protegidos. También el director del Centro de Arte Contemporáneo, Fernando Francés, por ser presuntamente la persona que invitó al artista francés a intervenir en la ciudad.
Invader se había convertido en uno de los hombres más buscados, hasta que la Guardia Civil de Málaga ha logrado poner fin al enigma. El francés había logrado mantener su anonimato intacto después de plasmar sus mosaicos en más de 70 ciudades de todo el mundo. Ahora, a sus 49 años, se enfrenta a un presunto delito contra el patrimonio histórico.
Se acabaron las especulaciones, el titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la capital solicitará previsiblemente que comparezca como investigado. Esto implica que podrá pedir una comisión rogatoria y que, dado el tipo de delito, preste declaración frente a las autoridades judiciales francesas.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Málaga ha sido el encargado de identificar al artista. Fuentes judiciales confirmaron al periódico que los agentes han dado cuenta de todos los datos personales de Invader, que ya fue detenido en Nueva York en octubre de 2013 tras ser sorprendido por una patrulla policial mientras colocaba una de sus obras en el distrito de Brooklyn.
Quien sí ha acudido ya a declarar es Fernando Francés, que acudió como investigado el pasado lunes por el magistrado del Juzgado de Instrucción 6. En su declaración, según contó su abogado Fernando Taboada a la salida, negó cualquier implicación en los hechos que se le imputan y que tuviese relación alguna con la invasión de Invader. Igualmente negó que tuviera algo que ver en su desplazamiento y estancia en la ciudad, así como en la decisión sobre los edificios en los que colocó sus figuras.
El origen y desarrollo de la polémica
El inicio de la controversia data de mayo del año pasado, cuando Invader colocó 29 mosaicos con estética de videojuego arcade en Málaga. Dos de ellos, en edificios catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC). El primero, en el Palacio Episcopal de la capital malagueña, donde el artista urbano situó sin consentimiento previo uno con la figura de una flamenca con vestido de volantes. El segundo cerca del Palacio de Salinas, donde el dibujo elegido fue un pulpo de color azul.
Desde el principio, el Obispado manifestó su disgusto por no haber sido consultado, advirtió de que su edificio estaba protegido por la legislación de patrimonio histórico y pidió tanto al Ayuntamiento como a la Junta de Andalucía que la retiraran. La Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía no tardó en abrir expediente y pidió al Ayuntamiento que los quitara, sin obtener respuesta.
La querella también se dirigía contra Fernando Francés, director del Centro de Arte Contemporáneo, que había programado una exposición del artista para esta temporada. Se explicaba que de las investigaciones policiales “se deduce claramente” la participación de Francés en los hechos, quien “se concertó” con Invader para colocar los mosaicos.
Cuando estalló el debate, el director se desmarcó de la intervención del francés, pero defendió la riqueza que crea el arte urbano, pidió adaptar las leyes y justificó la existencia de excepciones “justificadas y justificables”.
Cuatro días más tarde el Obispado de Málaga dijo que no podía retirar la flamenca, alegando que, mientras hubiera una querella pendiente sería mejor dejarla donde está y, una semana más tarde, el Ayuntamiento de Málaga dirigió una carta a los propietarios para que pagaran ellos la retirada de los mosaicos de Invader de la ciudad. En caso de no hacerlo, llevaría a cabo la labor el consistorio a su costa, con un coste de 2.703.37 euros.