La productora María Zamora, una de las figuras más importantes del nuevo cine español hecho en España en los últimos años, ha logrado el Premio Nacional de Cinematografía que otorga el Ministerio de Cultura y que está dotado con 30.000 euros. Sustituye a Carla Simón, que lo logró en 2023 y a quien Zamora ha producido sus dos primeras obras, Verano, 1993 y Alcarràs, además de trabajar en la tercera, Romería.
El jurado ha querido reconocer a la productora por “su apoyo al cine independiente y arriesgado. En su trayectoria, María Zamora ha fortalecido la presencia del cine independiente español en el mercado internacional, incidiendo en miradas sensibles y diversas”. Además, el jurado ha destacado que María Zamora “en 2023 obtuvo la Concha de oro de San Sebastián a la película O corno así como su implicación en múltiples producciones que consiguieron ocho nominaciones a los Premios Goya de 2024”.
Zamora ha logrado en la última década una sólida carrera que se ha especializado en producir y descubrir a mujeres directoras de cine. Solo en el último año ella fue parte de los equipos de producción de dos de las grandes películas españolas del año como Creatura, de Elena Martín, que estuvo en el festival de Cannes; y la citada O Corno, filme gallego que logró la histórica Concha de Oro para su directora, Jaione Camborda, primera española en lograrla. Su apuesta por las cineastas es clara, y el próximo año estrenará tres nuevas películas con mujeres al frente: Hildegart, dirigida por Paula Ortiz; Las madres no, de Mar Coll; y La mitad de Ana, el debut de la actriz Marta Nieto.
Este galardón reivindica el trabajo de la producción, fundamental para apostar por nuevas miradas que se salgan de lo más comercial e industrial. Una labor que no suele ser reconocida por los Premios Nacionales, que suelen ir para intérpretes y directores. La última vez que se reconoció a una productora fue, precisamente, a otra mujer, Esther García, de El Deseo, productora de Pedro Almodóvar y pionera para toda una generación posterior a la que pertenece Zamora.
El jurado ha estado presidido por Ignasi Camós Victoria, director general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), y como vicepresidente ha actuado Camilo Vázquez Bello, subdirector general de Promoción y Relaciones Internacionales del ICAA. Como vocales han actuado Juan Vicente Córdoba Navalpotro, a propuesta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España; Josep Gatell Castro, a propuesta de Autores Literarios de Medios Audiovisuales; Daniel Grao Valle, a propuesta de la Unión de Actores y Actrices; Paula Palacios Castaño, a propuesta de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA); Desiré de Fez Martín, Susana Herreras Casado y Ariadna Cortés Prió, a propuesta del ICAA; y Carla Simón Pipo, galardonada en la convocatoria anterior.
Un premio al nuevo cine español
A María Zamora el premio le ha pillado, precisamente, localizando para la tercera película de Carla Simón que empiezan a rodar en agosto. Exactamente, como confiesa entre risas, “en la lonja de pescado del puerto de Vigo”. Antes de atender a la prensa se ha sentado con su equipo y lo ha disfrutado con ellos. Que se entere precisamente con un proyecto como este parece la cuadratura perfecta del círculo, y para ella “un lujo”.
Reconoce que le gusta que se hayan acordado de gente de otras ramas. “Normalmente se lo dan a directores, actrices, actores, y cuando se lo daban a una productora a mí eso me ponía contenta”, dice al teléfono. Ahora le ha tocado a ella. Cuando la ha llamado el ministro de Cultura no se lo creía mucho. Urtasun ha destacado ese equilibrio entre proyectos que sobre el papel son autorales, pero que acaban encontrando un público y viajando fuera de nuestras fronteras: “Si lo pienso es verdad que cuando yo empecé, mis primeras pelis apenas salían de nuestras fronteras y de pronto poco a poco nos fuimos focalizando en que eso no fuera así, y últimamente sí siento que lo estamos consiguiendo y estoy muy orgullosa de eso”.
Desde hace unos años hay un cambio generacional en el cine español que no solo viene marcado por la edad, sino por una forma de hacer las cosas y de relacionarse con lo que hacemos
El jurado ha destacado su apuesta por miradas sensibles y diversas, y en eso no tiene duda. “Es el cine que me mueve”, dice con contundencia. “Me gusta apoyar todo tipo de miradas, y desde hace ya un par de años estoy a mí misma insistiéndome en esta cosa de que abramos la mirada, de que nos abramos a géneros distintos, a tipologías de directores distintas- El tema de la diversidad es un tema que para mí es importante. Quizás antes me he focalizado más en dar la oportunidad a directoras mujeres, pero es verdad que ahora mismo, aunque suceda de forma orgánica y aunque siempre ha sido una prioridad, no lo estoy buscando activamente y lo que intento es que a esa variable se le sume la de la diversidad total”.
Aunque no lo busque activamente, las próximas tres películas llevan la firma de una mujer, y es que Zamora lleva “15 años con este chip instalado y sale de forma absolutamente orgánica”, pero ahora se añade ese plus de buscar “una diversidad real y plural”. Tanto ella, como Carla Simón, pertenecen a una nueva generación que forman parte de ese nuevo cine español, como bautizó la prensa y donde sí se reconoce. “Yo creo que sí que lo hay. Nosotras somos solo dos ejemplos de un montón de gente que nos rodea. Directoras, productoras, técnicos... Sentimos que desde hace unos años hay un cambio generacional, y ese relevo no solo viene por edad, sino por una forma de hacer las cosas y de relacionarse con lo que hacemos, con cómo lo hacemos y desde dónde lo hacemos”.