En el teatro confluyen historias de mujeres víctimas del patriarcado que levantan su voz

Inma Tapia

Madrid, 10 nov (EFE).- La casualidad ha querido que en el teatro confluyan historias de mujeres acosadas, maltratadas por sus parejas o sus padres. Mujeres valientes, con ansias de libertad, guerreras de la palabra contra un sistema patriarcal que, a pesar de la época en la que se haya escrito, sube al escenario en la actualidad más candente.

El director Daniel Veronese reconoce el impacto que le causó el libro 'Entrevistas breves con hombres repulsivos' (1998), de David Foster Wallace, y decidió adaptar algunas de sus historias en lo que hoy es 'Encuentros breves con hombres repulsivos', en el Teatro Bellas Artes.

A partir de ahí, compone un juego de replicas entre dos actores, Gustavo Salmerón y Jorge Bosch, que se intercalan el papel masculino y el femenino en cada una de las historias en las que el hombre adopta una actitud paternalista, amenazante, autoritaria, de abuso.

“Poner a un hombre y a una mujer cara a cara es ponernos a nosotros mismos frente a un espejo ante situaciones que hemos vivido y en las que no hemos sabido percibir ese patriarcado” que ha condicionado la vida de las mujeres. “Situaciones que hemos normalizado y aceptado”, dice Veronese.

Una masculinidad tóxica que tiene su máximo exponente en 'Jauría', dirigida por Miguel del Arco, que se representa en la Nave 10 Matadero.

El texto, que se estrenó en 2019, regresa revisitado y con un reparto diferente, en el que se reconstruye el juicio a 'La Manada' con fragmentos de las declaraciones de acusados y denunciante, sumarios y transcripciones, el juicio de una violación durante los San Fermines que ha marcado un antes y un después en la historia de nuestro país.

Maratón teatral

La pieza 'The Second Woman', creada en Australia en 2017 por la artista multidisciplinar Nat Randall y la cineasta y crítica Anna Breckon, codirectoras también de la propuesta española protagonizada por María Hervás, es un maratón interpretativo que la actriz califica de “estudio sociológico sobre los roles de género que termina siendo feminista”, que tiene lugar en los Teatros del Canal.

El resultado: 24 horas seguidas de teatro que supone una prueba de resistencia para la intérprete que, encapsulada en una habitación transparente, recibe a cien hombres, todos desconocidos, menos ocho, con los que representa el mismo ritual: una conversación, un baile y una comida, todo ello en menos de diez minutos.

En el Teatro Real se representa 'Theodora', un oratorio de Händel sobre una mártir cristiana obligada a prostituirse.

Según ha explicado la directora de escena Katie Mitchell, se trata de una relectura escenificada y feminista de la obra del compositor barroco que ha situado en una moderna embajada en la que las mártires dejan de ser sumisas para convertirse en intrépidas guerrilleras.

Dos obras, 'Nada', de Carmen Laforet, en el Teatro María Guerrero; y 'Bernice', de la dramaturga estadounidense Susan Glaspell, en el Teatro Español, evocan las tiranías machistas en el siglo pasado en un contexto de guerras, en el primer caso la Guerra Civil Española y en el segundo la I Guerra Mundial.

Textos que exploran el papel de la mujer de la época, con ansias de libertad, en con un contexto sociopolítico muy determinado.

En clave de comedia

Por contra, Juan Luis Iborra aborda en clave de comedia el retrato de una masculinidad trasnochada en 'Inmaduros', que protagoniza Carlos Sobera junto a Ángel Pardo, en la que el teatro del absurdo y el vodevil se dan la mano en el Teatro Reina Victoria.

Dos hombres “completamente inmaduros en su vida en general y en particular en su relación con mujeres. Son graciosos en su privitivismo”, ha explicado Iborra.

En diciembre, el Teatro de La Abadía acogerá de nuevo 'Rey Lear', de Andrea Jiménez. La actriz, directora y dramaturga cruza realidad y ficción en esta pieza en la que vuelca la falta de vínculo con su padre con la historia de Shakespeare, en la que cada noche un actor diferente encarna al Rey Lear; una pieza sobre la paternidad, el amor, el perdón y el dominio que se ejerce sobre los hijos.

Ejemplos todos de una realidad social que no evoluciona, que buscan poner al público frente a un espejo.