El PP exhibe su valencianofobia en Castelló
“Esto se está pasando de castaño a oscuro”. Con esta frase, Begoña Carrasco se quejó el martes en su perfil de una red social de la campaña de promoción del valenciano entre los recién nacidos del Ayuntamiento de Castelló, que incluye una carta en la que se aconseja a los padres y madres valencianoparlantes que hablen en este idioma a sus hijos.
La medida lleva un año en marcha, pero Carrasco ha elegido este momento para criticarla porque, según explicó ella misma en su publicación, una de sus amigas ha sido madre y ha recibido la misiva. La portavoz describe que la carta recuerda “la importancia de hablarle a su hijito/a en valenciano, (...) que puede ponerle un nombre en valenciano”.
El documento también informa a los recientes padres de que puede “adecuar las grafías castellanizadas” de los apellidos, como por ejemplo transformar “Casañ” en “Casany”. Carrasco se muestra escandalizada por todos estos consejos. En la carta, que ella misma adjunta a su publicación, el Ayuntamiento recuerda a los padres que “cuantas más lenguas se conozcan, más cultas y más oportunidades tendrán las personas en su futuro”.
También en Moncofa y Benicàssim
El equipo de Gobierno de Castellón, formado por PSPV y Compromís, recordó el miércoles a Carrasco que esta campaña lleva en marcha más de un año, y que funciona también en otras ciudades de la provincia donde gobierna el PP, como es el caso de Moncofa y Benicàssim, ciudades en las que se envía a los padres una carta con los mismos consejos.
Ignasi Garcia, edil de Normalización Lingüística, exigió a Carrasco que pidiera disculpas. “No puede ser que una campaña informativa asumida por todos los partidos políticos se convierta en un conflicto sólo porque ella quiere sacarle rédito electoral a lo que está pasando en otra autonomía”, afirmó en una nota emitida por el Consistorio.
Rechazo a la normalización del nombre
No es la primera vez que el PP de la ciudad muestra un rechazo frontal a medidas de promoción de una de las lenguas oficiales. Recientemente, rechazó la propuesta de designar la forma valenciana, “Castelló”, como nombre oficial de la ciudad. Sus motivos son que es un “debate estéril”, que forma parte de un “particular procés” del Ejecutivo local. Unos argumentos que compitieron en dureza con los de Ciudadanos, que acusó a PSOE y Compromís de alentar el odio al castellano.
Sin embargo, el propio PP impulsó la normalización del nombre a favor de la palabra valenciana del vecino municipio de Vila-real. También apoyó recientemente este mismo cambio en València. Esta práctica es habitual en la Comunidad Valenciana, donde el 80 % de las localidades han elegido la versión valenciana como nombre oficial, según datos de la Acadèmia Valenciana de la Llengua.
En enero, Carrasco también se opuso a la intención del Ayuntamiento de rotular los nombres de las calles solo en valenciano, para acabar con la repetición que supone la doble rotulación. El PP municipal afirmó que esta medida suponía “discriminar el castellano”.