Gota fría, empleados calientes: trabajadores de la Vega Baja critican que no se suspendiera la actividad de algunas empresas
La gota fría que está asolando estos días la costa Mediterránea en general y la Vega Baja en particular, donde han muerto dos de las seis víctimas registradas, está dejando imágenes contrapuestas. Por un lado, la de la solidaridad entre vecinos, voluntarios o cuerpos y fuerzas del Estado que se afanan en paliar los efectos de las inundaciones. Por otro, la de una cierta polémica sobre la suspensión o no de la actividad en centros de trabajo de la zona.
Empleados de Mercadona tanto de su almacén logístico de San Isidro como de algunas tiendas de los que la exdiputada de Compromís Marian Campello se ha hecho eco en redes sociales, se han quejado de que se les presionó para que fueran a sus puestos y para que, en caso de que no hubieran podido llegar por las vías cortadas, acudieran a trabajar el domingo para compensar.
Esta denuncia de la diputada no fue el único caso criticado por los trabajadores de numerosas empresas que continuaron con su actividad durante la situación excepcional que ha generado la DANA en la provincia de Alicante. Desde pequeñas empresas a otras más grandes, como por ejemplo Panter, fábrica de calzado de seguridad y protección ubicada en Callosa del Segura donde tuvieron que acudir los trabajadores el pasado jueves pese a que la AEMET ya había activado la alerta roja para ese día. Horas después, por la tarde y cuando los empleados habían llegado a sus puestos, la empresa optó por suspender la actividad como anteriormente habían hecho otras naves de la zona.
Al día siguiente, el viernes por la mañana, el centro comercial Zenia Boulevard de Orihuela Costa pedía a “empleados como clientes” que se abstuvieran de coger el coche por el fuente temporal que había provocado el corte al tráfico de los accesos a esta ciudad. “Muchas de nuestras tiendas estarán cerradas y no será obligatoria la apertura de las mismas”, añadía el comunicado. Aun así, y según varios usuarios de redes sociales, uno de los negocios de este recinto, el supermercado Alcampo, optó por abrir sus puertas. “Alcampo está poniendo en riesgo las vidas de sus trabajadores”, denunciaba un usuario.
“En el polígono en el que nos encontramos el jueves no trabajó nadie, todas las empresas dieron libre a sus trabajadores, menos nosotros”, avanza Cristóbal, uno de los empleados que ha estado trabajando en el polígono de San Isidro estos días de temporal y que ha preferido ocultar su verdadero nombre.
La alerta roja ya estaba activada en la zona y mientras los ayuntamientos pedían a sus vecinos que no salieran a la calle salvo necesidad extrema, llegando por ejemplo el Consistorio de Santa Pola a reclamar abiertamente que empresarios y gerentes de empresas “tengan a bien el considerar que sus empleados se ausenten esta tarde de los puestos de trabajo”, Cristóbal y otros trabajadores hacían lo imposible por llegar su puesto.
Finalmente llegó tras sortear una riada con su coche. “Cuando entré mis jefes ni se interesaron por mí, solo me dijeron que había llegado tarde”, se lamenta. A otros compañeros les fue imposible llegar al almacén logístico y desde la dirección ya les han dicho que deben recuperar “las horas perdidas” lo antes posible.
Al día siguiente, es decir, el pasado viernes, se dio la misma situación. La diferencia es que la DANA había intensificado su fuerza en toda la Vega Baja hasta el punto de dejar a los trabajadores del almacén logístico de San Isidro atrapados sin poder salir. De hecho, siempre según la versión de Cristóbal y otros empleados consultados, al polígono de San Isidro lograron llegar empleados más allá de las 2 de la tarde.
Horas más tarde llegaron algunos camiones de Mercadona que sí podían circular por la riada en la que se había convertido el polígono para informarles de que las entradas y salidas estaban impracticables. Fue cuando la dirección reconoció que así no se podía seguir trabajando. “Uno de los jefes nos pidió disculpas alegando que no podían prever las consecuencias del temporal”, apunta Cristóbal, “cuando no es cierto”. De hecho, en otros centros logísticos próximos, como el de Tempe, situado en Elche y que abastece a Inditex, la empresa había ordenado a sus trabajadores que no acudieran a sus puestos el día de antes.
En su caso, logró salir ya en la madrugada del viernes al sábado cuando todavía quedaban unas cien personas en la nave. El resto salieron la mañana del sábado gracias a camioneros o voluntarios que con vehículos de gran tamaño pudieron ir sacando poco a poco a los empleados hasta que pudieron llegar a sus casas.
Desde Mercadona aseguran a eldiario.es que la situación en la zona de San Isidro era normal en las carreteras en la mañana del viernes y que la gente que entraba a las 14 horas llegó a su puesto de trabajo sin dificultades. Resaltan que las lluvias que caían en ese lugar no eran comparables a las registradas en comarcas más al sur, como la Vega Baja.
El bloqueo de las carreteras se produjo a las 20 horas, apuntan en la empresa de distribución, “hasta esa hora se trabajó con total normalidad”, y a las 20.30 horas, cuando la lluvia se intensificó, se les comunicó a los trabajadores que podían irse si lo consideraban, “algunos se marcharon a sus casas y quien se quedó, cenó en la nave y esperó a que se estabilizara la cosa para regresar a sus hogares”.
El sábado, se les comunicó a los empleados que no fueran a trabajar debido a que los accesos al polígono estaban cortados. En cuanto a si los trabajadores deben o no recuperar esa jornada laboral del sábado, desde Mercadona apuntan que es una circunstancia que depende de Recursos Humanos, que todavía no ha tomado ninguna decisión al respecto.
Hospital del Vinalopó
Las protestas de los trabajadores se han repetido en algunos negocios más pequeños y también en el hospital del Vinalopó, situado en Elche. Este centro público de gestión privada ha mantenido toda la actividad programada tanto en Atención Primaria como en Atención Especializada, “incurriendo en un riesgo innecesario en la integridad física de todos los trabajadores que se han visto obligados a acudir a sus puestos de trabajo, cualquiera que fuera su procedencia”, asegura el comité de empresa.
En un comunicado difundido el viernes se lamentaban de que la dirección del hospital “solo haya emitido comunicado oficial para obligar a los trabajadores a mantenerse en sus puestos de trabajo en caso de no haber sido relevados”. Y que habiendo como hubo alerta roja, no hayan adoptado “medidas o compensación” con su plantilla.
Por ello, el Comité de Empresa estudia “efectuar cuantas acciones legales sean necesarias para denunciar estos hechos”, así como “convocar al Comité de Seguridad y Salud para evitar que esta situación se reitere en un futuro”.
La seguridad, “una prioridad”
Desde la dirección del Hospital del Vinalopó han defendido la gestión realizada durante el temporal: “La seguridad de los pacientes y los profesionales siempre ha sido una prioridad”. Así, recuerdan que en previsión del temporal se puso en marcha un plan de contingencia y se tomaron las “medidas oportunas, consensuadas con todo el equipo de guardia, adaptándose a las circunstancias de cada momento y en consonancia con las indicaciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado”, siguiendo las instrucciones de la Conselleria de Sanidad.
Así mismo, resaltan que se valoró diariamente la actividad programada y urgente, “adaptando los recursos disponibles con el fin de garantizar la atención a los pacientes”; se reforzó el servicio de urgencias dentro de un plan de apoyo a municipios del entorno en previsión de llegada de pacientes afectados por las inundaciones; o se habilitaron habitaciones para el personal sanitario que adelantaron su llegada al centro o no pudieron regresar a sus casas, entre otras cuestiones.
La gerencia del hospital muestra su “más absoluto rechazo” a las “desafortunadas” declaraciones del comité de empresa, en lo que consideran un comportamiento “absolutamente infame e indigno”, al tiempo que anuncian que tomarán las “medidas legales parar reprobar esta actuación que incurre, una vez más y por cuestiones políticas, en desprestigiar el modelo Ribera Salud”.