“El extremismo de Trump perjudica a los deportistas”
Por primera vez eldiario.es ha entrado en una de las sesiones de entrenamiento en el Palacio de los Deportes de Murcia. No se trata de ElPozo de fútbol sala, ni del UCAM Murcia de baloncesto, se trata de lucha olímpica, un deporte minoritario que, nunca mejor dicho, lucha por salir adelante con el esfuerzo y dedicación extra de unos deportistas nada reconocidos y que necesitan mucho más para recibir la mitad. Como Joaquín Martínez (Murcia, 1977), 13 veces campeón de España, una persona firme y decidida, que estos días tiene sus ojos puestos en Irán, donde esta semana se disputa la Copa del Mundo de Lucha Olímpica, en la que el Gobierno iraní quiso prohibir la participación de Estados Unidos.
El veto migratorio de Donald Trump casi provoca que Irán prohibiese la entrada a los luchadores de Estados Unidos que compiten esta semana en el país asiático.
Están jugando a un juego de niños. Es una pena porque tanto a Irán como a Estados Unidos da gusto verlos luchar. Que luego venga uno desde un despacho y diga que todo el esfuerzo que se hace no sirve para nada me molesta mucho. El deporte y la política no se deben mezclar, ya que las decisiones del que está sentado en su sillón se toman sin conocer el esfuerzo del deportista.
¿Le sorprenden las políticas de Trump?
Los americanos ya sabían al votarlo que tomaría decisiones extremistas, y ahora este extremismo está perjudicando a los deportistas. Nos ha tocado primero a nosotros, pero igual mañana es el petróleo, los alimentos u otra cosa. Afectará a todo el mundo.
Pero Irán finalmente ha dado marcha atrás y ha permitido que los estadounidenses puedan competir.
Irán no ha dado un paso atrás, ha dado un paso al frente, ha buscado el beneficio de los deportistas y ha premiado ese esfuerzo. Esta lucha de despachos está afectando a la verdadera lucha, que es la olímpica. Los problemas de política y despachos no tienen que perjudicar al deporte.
Lucha en los despachos y también en el tapiz. ¿La lucha es violenta?
No. Es un deporte olímpico y no tiene nada que ver con violencia. El apellido de olímpico es muy importante para nosotros. No peleamos, nosotros derribamos y sabemos proyectar, pero no pelear. Normalmente es un deporte que pasa de padres a hijos, a familiares y poco a poco se está incluyendo en actividades extraescolares. En el colegio de mi hijo se pensaban que era una persona agresiva por este deporte aunque al conocerme ya han cambiado esa visión e incluso se ha introducido la lucha como deporte escolar.
Como deportista de élite ha sido 13 veces campeón de España y ha estado muy cerca de varios Juegos Olímpicos.
Así es. Comenzó para mí como una actividad extraescolar y después de un año entrenando gané el campeonato de España de mi categoría. Con el tiempo estuve a punto de clasificarme para Atenas 2004 y he intentado siempre buscar un sueño olímpico que no ha sido posible. Tras quedarme cerca en Pekín y Londres casi lo dejo, sin embargo, también lo intenté para Rio 2016 y quien me eliminó acabó colgándose una medalla. Una lástima porque entrené mucho, pero me quedé más lejos que en otras ocasiones porque me aumentaron las horas en el trabajo.
¿Con la lucha mantiene a su familia?
No, pero ayuda. En su época tuvimos unas buenas subvenciones que se perdieron con la crisis. En estos momentos soy monitor en un polideportivo y también entrenador de lucha en el CAR Infanta Cristina de Los Alcázares. Todos los días hay algo, siempre trabajo por la mañana y por la tarde.
También es seleccionador nacional júnior.
Pese a que hace unos años me nombraron seleccionador nacional cadete, yo quise competir en un peso diferente al que estoy acostumbrado simplemente por el placer de competir porque el deporte es como una droga, de un día para otro no lo puedes dejar. Hay quien va al bar, yo vengo a hacer deporte, a hacer lucha. Pues en ese peso que competí quedé segundo de España y al año siguiente campeón de nuevo, por lo que me quitaron el cargo de seleccionador por incompatibilidad.
Entonces, ¿ha dejado el tapiz?
Por eso acepté el cargo de seleccionador nacional júnior. Quiero cumplir el juramento que hice a mi mujer si me daba el segundo hijo: dejar la competición y los viajes. Los mundiales y europeos conllevan muchos traslados y ser seleccionador me permite mantener la vinculación con la lucha y eso es importante para mí.
En el entrenamiento que eldiario.es acaba de presenciar han participado una quincena de chicos y solo una chica, de igual a igual. ¿Cómo de importante es la lucha femenina?
La medalla de Maider Unda en los Juegos de 2012 fue importantísima para los luchadores. Nosotros somos una familia y todo lo que sea visibilidad, tanto en lucha libre, como grecorromana o en femenino, es bueno para nosotros. Pero el hecho de que fuese una mujer ha acabado siendo muy bueno para nuestro deporte, convirtiéndose ella en un referente para todos los luchadores. Esperemos que la chica que entrena con nosotros, Lorena Lera, que fue campeona de España júnior, sea la nueva Maider Unda.
¿Cree que la lucha necesita más apoyo institucional o más afición?
Necesitamos más afición como todos los deportes minoritarios. Pese a que las becas han bajado tenemos apoyo institucional al poder acceder a la universidad como deportistas de alto rendimiento [en el entrenamiento había varios graduados e incluso un doctor universitario]. Vivimos en un país de fútbol y ni podemos ni queremos competir contra el fútbol. Sabemos que o haces algo muy grande en la lucha para salir 10 segundos en la tele o no existes. Es una pena.
Un rasgo claro del luchador son las conocidas “orejas de coliflor”, deformación de éstas por la rotura de los cartílagos en el transcurso de la lucha. ¿Se sacrifica con este deporte el físico o también la salud?
Nos sacrificamos como cualquier deportista. El deporte de competición o lo planteas como cualquier trabajo con su horario o no llegas a nada. Aunque también es cierto que la competición y la salud no van de la mano. Muchas veces recordamos anécdotas como “te acuerdas de aquel campeonato en el que bajé tantos kilos para dar el peso” o “aquel otro torneo en el que luché con fiebre”. Hacemos locuras con nuestro cuerpo… El tiempo ya dirá.