La plantilla del Samur Social de Madrid convoca una huelga tras meses con solicitantes de asilo durmiendo frente a su sede

La plantilla del Samur Social de Madrid, dependiente del Ayuntamiento, ha convocado una huelga para el próximo lunes 25 de noviembre -primer día de la Campaña del Frío-  para solicitar la mejora de sus condiciones laborales y denunciar el “insuficiente” personal con el que cuenta el organismo público, a pesar de la “alta demanda de intervención social” derivada del aumento de la llegada de solicitantes de asilo, el incremento de las personas en situación de calle y la falta de recursos de alojamiento para ellos, según ha denunciado en un comunicado el comité de empresa.

Decenas de solicitantes de asilo, niños incluidos, llevan meses durmiendo a las puertas de la sede del Samur Social de Madrid o pasando las noches acogidos por las redes vecinales ante la saturación de plazas del servicio municipal. La larga lista de espera para formalizar la petición de protección internacional está conllevando la falta de acceso al sistema de acogida estatal, dependiente del Ministerio de Trabajo y Migraciones. Por otro lado, el Consistorio asegura no tener plazas disponibles en el Samur Social, organismo que responde ante situaciones de emergencia social que tengan lugar en la capital. 

Ante esta situación, que agrava las ya “precarias condiciones laborales” de las que llevan tiempo alertando, los trabajadores han decidido convocar un paro de 24 horas y una concentración frente a la Central del Samur Social el próximo lunes. “Se está provocando el deterioro del único servicio que atiende a las emergencias sociales de la ciudad de Madrid”. La plantilla, alerta el comité de empresa, está viendo afectado su estado de salud psicosocial debido a “la falta de herramientas de trabajo” y por tener que responder a “indicaciones que van en contra del código deontológico profesional”.

La protesta se produce en una fecha clave, pues coincide con el inicio de la Campaña del Frío de Madrid, el dispositivo del Ayuntamiento de Madrid que busca reforzar el servicio para personas sin hogar durante el invierno. Entre las denuncias que serán reclamadas por los trabajadores del Samur Social el próximo lunes destacan que la empresa que gestiona dicho servicio, Grupo 5, no realiza la cobertura de puestos de trabajo en situaciones de absentismo laboral. “Está produciendo que cada día no se cuente con el personal, ya insuficiente de base, necesario para poder dar el servicio que la ciudadanía necesita”, enfatiza el comité de empresa.

A la alta carga de trabajo y el insuficiente espacio para acoger a las personas que lo necesitan, los trabajadores aseguran estar trabajando bajo condiciones laborales que incumplen el Convenio Estatal de Acción Social , así como el relacionado con salud laboral.

“Se han realizado numerosos intentos de alcanzar acuerdos con la empresa, siendo estas negociaciones infructuosas, teniendo que denunciar la situación en varias ocasiones a las autoridades laborales”, insisten desde el Samur Social. Por esta razón, el paro de 24 horas busca reivindicar la cobertura del absentismo laboral “en todos los turnos que garantice la atención”, la mejora de las infraestructuras “obsoletas”, el compromiso de mejorar los pliegos de condiciones y acabar con lo que denominan “contratos basura”.

Mientras la plantilla del Samur Social se prepara para la huelga, decenas de solicitantes de asilo han vuelto a plantarse ante sus puertas este viernes, donde han permanecido horas bajo la lluvia, a la espera de esa plaza que para muchos no llega.

La mayoría de quienes han dormido las últimas noches frente a la verja cerrada del Samur Social han llegado a Madrid recientemente desde diversos países de Latinoamérica, principalmente desde Venezuela y Colombia, través del aeropuerto de Barajas. Una vez en suelo español se chocan con una larga lista de espera para formalizar la petición de protección internacional, lo que conlleva la falta de acceso al sistema de acogida estatal, dependiente del Ministerio de Trabajo y Migraciones. 

Este jueves, después de que mujeres, hombres y niños pasasen horas a la intemperie, una buena parte de ellos fueron trasladados a la Parroquia San Carlos Borromeo, que lleva meses acogiendo a decenas de demandantes de protección internacional. Otros, todos adultos, permanecieron al raso una noche más.