Los solicitantes de asilo que temen ser enviados a Ruanda por Reino Unido: “Ninguno de nosotros se siente seguro ya”
Cuando Helen llegó al centro de expulsión de inmigrantes de Yarl's Wood, la llevaron a su celda, le entregaron un spray desinfectante y un trapo y le dijeron que, antes de hacer su cama, los utilizara. No tenía idea de por qué la habían arrestado cuando fue a comparecer.
“Me dijeron que me habían detenido para enviarme a Ruanda, trataban de convencernos para que fuéramos de manera voluntaria diciendo que ahora la ley era así y que ya habíamos sido seleccionadas, pero no me explicaban por qué había sido elegida”, dice.
“Éramos unas siete mujeres detenidas, todas tratábamos de apoyarnos mutuamente y de hacer lo posible por no pensar que nos iban a meter en un avión”, añade.
Por todo el centro había materiales promocionando Ruanda, lo que las aterrorizaba aun más. “Los muros de este lugar son altos, horribles y dan miedo, nunca me habían detenido antes y saber que, en cualquier momento, el Ministerio del Interior podía llevarme al aeropuerto y meterme en un avión era aterrador, lo único que pensaba era cómo salir de este lugar”.
Poco después de esta entrevista, Helen fue puesta en libertad.
El Ministerio de Interior se niega a confirmar las cifras citando “razones operativas”, pero la estimación es que más de 100 solicitantes de asilo que huyen de zonas de conflicto en países como Sudán, Eritrea y Afganistán, fueron detenidos antes de que el primer ministro, Rishi Sunak, anunciara las elecciones del 4 de julio.
Incertidumbre
Decenas de activistas de la coalición Movimiento contra las Detenciones y las Deportaciones protestaron el pasado domingo 26 de mayo frente a dos centros de detención en los que las autoridades siguen reteniendo a solicitantes de asilo con el objetivo de enviarlos a Ruanda: el de Brook House, cerca del aeropuerto de Gatwick; y el de Heathrow, cerca del aeropuerto con el mismo nombre.
Desde entonces ha habido mucho caos y confusión y los detenidos desconocen qué va a pasar a continuación. De acuerdo con las declaraciones públicas de Sunak, no habrá ningún vuelo antes de las elecciones. Pero en varias vistas judiciales de medidas de libertad provisional para solicitantes de asilo que podrían ser enviados a Ruanda, los funcionarios del Ministerio del Interior han justificado las detenciones con el argumento de que ya hay un vuelo programado para finales de junio. Un juez calificó las detenciones de “especulaciones”
En el Ministerio de Interior no están haciendo comentarios pero según fuentes gubernamentales el plan de deportación a Ruanda sigue en marcha y los llegados al Reino Unido entre el 1 de enero de 2022 y el 29 de junio de 2023 siguen siendo posibles sujetos de expulsión si recibieron notificaciones informándoles de que su solicitud de asilo podía ser improcedente.
Los laboristas han dicho que terminarán con el plan de deportaciones a Ruanda si ganan las elecciones. Pero toda esta incertidumbre no ayuda a los solicitantes de asilo, que dicen seguir temiendo una deportación al país de África oriental antes o después de las elecciones.
“Ninguno de nosotros se siente seguro ya, tengo miedo de dormir en el alojamiento que me ha dado el Ministerio del Interior por si llegan en mitad de la noche y me llevan a Ruanda”, dice a The Guardian un ciudadano de Sudán que está solicitando asilo y ha visto cómo varios de sus amigos ya han sido detenidos.
“Cuando voy por la calle y veo un coche de policía temo ser detenido aunque no haya cometido ningún delito; pero debemos seguir acudiendo a comparecer o vendrán y nos detendrán; no tenemos opción; todo esto me está dando problemas de sueño y para comer”, añade.
Shirley Hart, que en la ONG Welcome House ayuda a solicitantes de asilo de la zona de Hull, describió como “aterradora” la forma en que las personas comenzaron a desaparecer cuando el Ministerio del Interior emprendió la Operación Vector, como se llamó la redada preelectoral. “Cuando la gente desaparece de esa manera se crea una atmósfera de terror”, dijo.
“Antes de que ocurriera esto, algunos solicitantes de asilo estaban reconstruyendo su debilitada confianza, ahora no saben en quién pueden confiar”, añadió. “Queremos pensar que no vivimos en una sociedad donde se coge a la gente en mitad de la noche para hacerla desaparecer”.
Algunos de los detenidos ya han sido puestos en libertad. Según la ONG Refugees At Home, uno de esos solicitantes de asilo liberados se dedica ahora a la jardinería terapéutica en casa de su anfitrión. Otros siguen detenidos sin saber qué pasará a continuación.
“Llevo detenido 25 días sin haber hecho nada malo, quiero mi libertad”, dijo un hombre de Eritrea que permaneció encerrado hasta la celebración el martes de una vista para su libertad provisional. “Seguimos creyendo que nos pueden mandar a Ruanda, nadie sabe qué ocurrirá con las elecciones y si lo de Ruanda será cancelado después; ni siquiera me gusta cuando alguien pronuncia la palabra Ruanda”.
“Tener esto en la cabeza es muy angustioso para nosotros, yo vine aquí por lo que está ocurriendo en mi país y en busca de seguridad, pero aún no la he encontrado”, añadió. “¿Podría decirme el Ministerio de Interior a qué planeta debo ir para estar seguro y ser libre?”.
Traducido por Francisco de Zárate
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