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El Govern balear dobla la ecotasa para luchar contra la masificación turística con el rechazo de la patronal hotelera

Una serie de cruceros en el Puerto de Palma

Angy Galvín

Las Islas Baleares aplican, desde julio de 2016, el llamado 'Impuesto del Turismo Sostenible' -conocido popularmente como 'ecotasa'-, el cual grava todas las estancias en alojamientos turísticos, como hoteles, apartamentos, agroturismos, albergues, refugios, hostales, pensiones o cruceros.

Desde el pasado 1 de mayo, a raíz de las tarifas aprobadas para 2018, el Ejecutivo ha doblado el coste del impuesto, al considerar que la temporada alta abarca desde esta fecha hasta el 30 de octubre. Además, este año, los cruceristas también tendrán que pagar la 'ecotasa', quedando exentos aquellos pasajeros cuyo barco tenga el puerto base en Baleares.

Los precios oscilan, en temporada alta, desde los cuatro euros (precio aplicado, según las categorías del Ejecutivo, a establecimientos como hoteles de cinco estrellas, cinco estrellas gran lujo y cuatro estrellas superior) hasta el euro que corresponde a establecimientos de menor categoría (como hostales, pensiones, campings, albergues o refugios).

Compensación al turismo de masas

El Govern, compuesto por el PSIB-PSOE y Més per Mallorca y apoyado en el Parlament por otros partidos de izquierda (Podem, Més per Menorca y Gent per Formentera), defiende el impuesto como mecanismo para compensar el impacto del turismo de masas. En 2017, con una población censada de tan solo 1.115.999 personas, el archipiélago recibió 16.334.009 turistas, según el IBESTAT.

Antoni Sansó, director general de turismo del Govern, reconoce que la sociedad puede rechazar en un primer momento el pago de impuestos, pero afirma que actualmente la 'ecotasa' recibe una “valoración positiva” por parte de turistas y residentes. “De momento, no hemos tenido quejas ni incidencias, ahora la clave es que la población vea los resultados del gravamen”, añade.

Sansó recuerda que Baleares implantó un impuesto similar en 2001, que fue revocado en 2003, y añade que en Catalunya existe este tipo de impuesto. “Muchas ciudades europeas (como París, Berlín, Lisboa o Ámsterdam) tienen esta carga impositiva y dudo que un turista vaya a cambiar su decisión de acudir a un destino por un impuesto”, comenta.

“Nos tenemos que hacer valer”, añade Sansó, quien cree que el impuesto refuerza la imagen de las islas: “Somos uno de los destinos vacacionales más importantes del mundo. Así como los hoteles están subiendo los precios porque creen que tienen derecho, nosotros tenemos que preocuparnos por nuestro territorio”.

107 millones de euros recaudados en dos años

Entre 2016 y 2017, el Ejecutivo balear recaudó 107.523.747 euros gracias a la 'ecotasa'. En 2018, con los 64 millones de euros obtenidos el año pasado, el Govern financia 70 proyectos. Ocho de ellos provienen de una convocatoria anterior y en 2018 recibirán 15 millones de euros. El resto, un total 62, han sido puestos en marcha por primera vez este año y suponen un importe de 49.117.188€.

Según los datos del Ejecutivo, el 40% de la financiación dedicada a proyectos nuevos responden al objetivo de “adquirir o rehabilitar espacios emblemáticos, de elevado valor ambiental o cultural, con especial dedicación a la recuperación y revalorización del patrimonio histórico y cultural”. Suponen un importe total de 19.862.473€. En este tipo de iniciativas estaría incluida, por ejemplo, la protección de los famosos 'molins' (molinos), elementos típicos del paisaje mallorquín.

El grueso del presupuesto restante queda repartido de la siguiente manera: un 16% de los proyectos corresponden a “actividades ligadas a la diversificación del modelo económico y a proyectos de formación del capital humano, I+D+i y transición energética” (7.929.648€); un 17% se dedica a proyectos de “protección y recuperación del medio rural” y “de mejora de las infraestructuras hidráulicas y del ciclo del agua de las islas” (8.240.542€); y un 19% de la financiación para nuevos proyectos va a parar a aquellos de carácter medioambiental (9.203.247€).

Por ejemplo, esta última categoría incluye un proyecto para la recuperación del paisaje agrario balear –que implica medidas como la replantación de árboles– (2 millones de euros), así como un proyecto para crear un atlas submarino de la posidonia oceánica (387.410€). En lo referido al modelo económico y al capital humano, existen proyectos para crear puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión (700.000€) o para crear la Escuela de Hostelería de Ibiza (1.000.000€).

“Es turismofobia fiscal”

Los hoteles son los que más aportan a las arcas públicas a través de la 'ecotasa'. En 2017, según los datos del Govern, de los 5.988 establecimientos que cobraron el impuesto, 2.276 fueron hoteles. Ellos aportaron 54,9 millones de euros, un 85% del total recaudado. Las principales asociaciones de hoteleros de las islas se oponen al impuesto porque temen una pérdida de competitividad con respecto a otros destinos turísticos, o porque creen que los impuestos anteriores eran suficientes.

Azucena Jiménez, gerente de la Asociación Hotelera de Menorca, lamenta que tenga que ser el establecimiento quien informe al turista y le cobre el impuesto: “Siempre hemos sido contrarios a cualquier tipo de impuesto. Si la administración pública crea uno, tiene que ser ella quien lo cobre. El hotel se ha convertido en el responsable último de recaudar y asumir las criticas. Muchos turistas se quejan por tener que pagar el impuesto o, sencillamente, lo desconocen”.

Por su parte, Manuel Sendino, gerente de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, asegura que el impuesto es “antipromocional”, resultado de la “turismobofobia fiscal” del Govern: “Doblar el impuesto de un año a otro supone una falta de juicio total. Si hubiera pasado lo mismo con cualquier otro impuesto, como el de la luz o el IRPF, se hubieran oído muchas más quejas, pero el turista no tiene quien la defienda y por ello se abusa de él”.

Asimismo, María José Aguiló, vicepresidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, dice que la subida del impuesto turístico en temporada alta es “una decisión arbitraria del Govern, que se ha realizado sin un estudio previo sobre la incidencia que puede tener sobre quienes nos visitan”. Además, añade que el Ejecutivo tiene que “poner en marcha una campaña de comunicación” para los “mercados emisores” y los turistas.

Los ecologistas, a favor del impuesto

Margalida Ramis, portavoz del GOB Mallorca, comenta que la organización ecologista a la que pertenece está a favor de la 'ecotasa' e, incluso, lamenta que el impuesto similar que ya existía se eliminara en 2003. Para ella, este tipo de carga impositiva “pone en valor a las islas como destinación turística y como un territorio con valores propios”. Cree que el turismo intensivo “se basa en la explotación de los recursos y el territorio” y, por ello, afirma que “el visitante debe hacer una contribución para paliar los efectos negativos de la presión turística”.

Respecto a cómo se reparte la recaudación, Ramis recuerda que el GOB Mallorca ha sido bastante crítico: “A veces, el impuesto se destina al propio sector turístico, en vez de paliar los efectos del turismo. Además, la comisión que existe para decidir el plan anual de inversión y los proyectos a financiar no acaba de funcionar. Los actores no tenemos una participación real. Normalmente, salen aprobadas las propuestas del Ejecutivo por culpa de la ponderación de los votos”.

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