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Mónica de Oriol deja Indra tras recibir más de 12 millones entre sueldo y contratos para su empresa

Mónica de Oriol, en una imagen de archivo.

Antonio M. Vélez

La etapa de Mónica de Oriol como consejera del grupo tecnológico Indra (cuyo principal accionista es el Estado) puede resumirse en una abultada factura: más de 12 millones de euros para la polémica expresidenta del Círculo de Empresarios si se suma lo facturado a Indra por su grupo de seguridad privada, Seguriber-Umano, y lo que ha cobrado por sus funciones como vocal en estos años.

Oriol abandonó en marzo la presidencia del Círculo de Empresarios tras agotar un mandato en el que, entre otras polémicas, mostró preferencia por contratar “a una mujer de más de 45 o de menos de 25 años” para evitar “el problema” de que se quede embarazada o arremeter contra las personas “con cero cualificación” que, dijo, no valen “para nada”. También ha acaparado titulares por la construcción de una cancha de polo en una zona de protección ambiental.

Pero fue en la víspera del puente del 1 de mayo cuando Indra anunciaba la dimisión de Oriol como vocal de la compañía y, como mandan los cánones en estos casos, le expresaba su “reconocimiento” por “su contribución y dedicación” durante los casi ocho años en los que ha formado parte de su máximo órgano de gestión. Pero Oriol no se ha ido con las manos vacías del grupo tecnológico, cuyo mayor accionista (20%) es el Estado (en concreto, la SEPI), que es un importante cliente de las empresas de seguridad privada de la sobrina del expresidente de Iberdrola Íñigo de Oriol.

Desde su nombramiento como consejera independiente de Indra, en junio de 2007, Seguriber-Umano ha facturado a Indra servicios por un importe total de 11,074 millones de euros. La cifra, lograda en plena crisis económica, equivale a cerca del 13% de las ventas anuales de la empresa de Oriol, que atraviesa una delicada situación financiera. En todo ese periodo, la empresaria ha logrado además mantener la calificación de “independiente” a la ejecutiva, la misma denominación con la que se incorporó al consejo de Indra hace ya casi ocho años. En teoría, esta tipología de vocales no participa en el capital ni en la línea ejecutiva de la compañía y por tanto no defiende intereses propios, sino que vela por los de los accionistas.

Esos más de 11 millones se suman a la retribución acumulada de Oriol como consejera de Indra en este tiempo. Según la documentación disponible en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la empresaria ha cobrado de Indra más de un millón de euros por su labor como vocal desde su nombramiento hasta el pasado diciembre (en concreto, 1.044.797 euros brutos).

La relación entre Indra y Seguriber-Umano, de la que Oriol es presidenta y propietaria (controla el 95,6%) viene de atrás, pero se incrementó drásticamente en 2012, como consecuencia de la fusión, a principios de ese año, de Seguriber (de la que Oriol ya era primera accionista y que tenía negocios con Indra con anterioridad al desembarco de la empresaria en el consejo de la compañía) y Umano, que era el principal proveedor de seguridad de Indra.

Ese año, la primera de esas empresas saltó a los periódicos como responsable de la seguridad exterior del Madrid Arena durante la tragedia de la noche de Halloween en la que fallecieron cinco jóvenes, en un caso que todavía hoy está en los tribunales (hay tres jefes de equipo de Seguriber imputados por este asunto).

“Sin trato preferente”

En 2013, año del desembarco de la SEPI en Indra (cuando compró su participación a Bankia, intervenida por el Estado en 2012), el grupo tecnológico llegó a suponer el 2,46% de las ventas anuales de Seguriber-Umano. Indra aseguraba que contrataba con esas empresas “en condiciones de mercado y sin trato preferente”, y el año pasado dijo que esa relación de dependencia no comprometía la independencia de Oriol como consejera pues se trataba de una circunstancia “sobrevenida” derivada de la fusión de esas dos empresas. 

No obstante, Indra anunció “una revisión de la contratación” de sus servicios de seguridad, de manera que la realizada con el grupo Seguriber-Umano se situaría en 2014 “en el entorno del 1% de la cifra total de negocio” de esa empresa. Así, la cifra facturada el año pasado por Seguriber-Umano a Indra se redujo considerablemente (un 44%, hasta 1,43 millones), aunque estuvo más cerca del 2% que del 1% de sus ventas anuales, al representar el 1,67% de su cifra de negocio.

La compañía tecnológica, que desde enero de este año tiene nuevo presidente, Fernando Abril-Martorell, ha tenido que rendirse a la evidencia y el pasado 31 de diciembre cambiaba la denominación de Oriol por la de “otros externos”, una categoría comodín para aquellos consejeros que no pueden ser ni ejecutivos, ni dominicales (los nombrados en representación de los accionistas), ni independientes, como era Oriol hasta entonces.

“En el ejercicio 2014 se ha reclasificado a la consejera Dña. Mónica de Oriol como ”otros externos“ debido al importe de las transacciones vinculadas realizadas por la Sociedad con ella”, explica Indra en su último informe de Gobierno Corporativo. Pese al arreglo, el cargo le ha durado sólo cuatro meses más a Oriol, también consejera independiente de la constructora del exministro Juan Miguel Villar-Mir, OHL.

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