Cuando el antifascismo se vende en un tubo de gel de ducha
Al Sankt Pauli no se le conoce por ser el mejor equipo de fútbol de Alemania. El club del popular barrio del centro de Hamburgo es famoso por tener, al igual que la zona de la ciudad-estado del norte alemán con la que se identifica, una imagen de izquierdista. De lo contrario, su último y más sonado éxito comercial no sería un gel de ducha “antifascista”. Anti-Fa se llama el producto. Es un jabón que promete en cada uso “el salvaje frescor de la calle”.
Su recipiente es de color negro y rojo, colores tradicionalmente identificados con el anarquismo y el movimiento antifascista. También se ve en el tubo del gel de ducha el motivo de la calavera y los huesos cruzados asociado al equipo de fútbol de la ciudad portuaria. Esa calavera y esos huesos están en las camisetas más vendidas del equipo de fútbol, que también son las más populares del barrio.
“Para nosotros, el concepto Anti-Fa se identifica con nuestra actitud antifascista. Esa actitud es necesaria para vivir en una sociedad abierta”, dice a eldiario.es un portavoz del club de fútbol, que utilizaba el antifascismo como un reclamo para vender su gel de ducha. “Anti-Fa te da claridad y frescura en la cabeza para seguir viviendo con nuestra actitud antifascista: ¡Fans del Sankt Pauli contra la derecha!”, exclamaba uno de los mensajes de promoción del gel de baño del equipo, que actualmente juega en la segunda división alemana.
Al producto de higiene no le dio tiempo ni a convertirse en regalo estas pasadas navidades. Lanzado a finales de noviembre, se agotó en pocas semanas. Pero, eso sí, dejando abundantes reacciones airadas entre ultraderechistas y algunos izquierdistas. Además, el club generó una tensa situación con el grupo alemán de la industria química Henkel. Éste es responsable, entre otras cosas, de la marca de jabones Fa.
Aún hoy se puede comprar el gel antifascista en plataformas de internet como E-bay, aunque a precios muy superiores a los que llevaba inicialmente el producto. A saber, 2,50 euros. Ahora hay quien vende un tubo de Anti-Fa por 16,50 euros. El gel de ducha 3 en 1 del club, de nombre menos político –Wischi Waschi– y del que todavía quedan existencias, también vale 2,50 euros.
El éxito comercial del gel “antifascista” del Sankt Pauli, que donará los beneficios generados por el producto a la asociación de lucha contra el radicalismo de extrema derecha Fuerte Contra los Nazis, ha contrastado con la intensidad de algunas reacciones negativas. Por ejemplo, al diputado del Bundestag Martin Hess, del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), se le escuchó quejarse tras el lanzamiento del gel de ducha. Él veía “inaceptable” que el club de Hamburgo se estuviera “solidarizando con grupos de extrema izquierda”.
Esos comentarios bastan para que en el Sankt Pauli se den por satisfechos con su gel antifascista. “Cuando AfD se queja y se enfada con nosotros por un producto como ese, entonces lo hemos hecho bastante bien con ese producto”, apunta al respecto el portavoz del equipo de fútbol.
Otros, en la izquierda del espectro político, como el periodista Sebastian Weiermann, reportero especializado en la extrema derecha, han denunciado una supuesta impostura del club de fútbol. “El Sankt Pauli es la camiseta del Ché Guevara de los clubes de fútbol”, se titulaba un reciente artículo de Weiermann sobre la campaña de relaciones públicas llevada a cabo por el equipo de Hamburgo gracias a su jabón. “El grupo Henkel está enfadado, la derecha alemana también y la mayoría de los izquierdistas celebran a este guay club de barrio”, pero, “por dentro, el Sankt Pauli es un consorcio futbolístico como muchos otros”, escribía el periodista en la revista berlinesa de izquierda alternativa Supernova.
En el equipo de fútbol, sin embargo, no se dan por aludidos ante esta crítica, habida cuenta de que los beneficios generados por el champú irán a parar a la asociación Fuerte Contra los Nazis. “No hemos buscado hacer una campaña comercial, porque la compra del producto tendrá como consecuencia la ayuda a un proyecto contra la extrema derecha”, subraya el portavoz del Sankt Pauli.
Amenaza de demanda de Henkel, responsable de Fa
En vista de lo pronto que se agotaron las existencias de Anti-Fa en la tienda online del club, parecería que en la mercadotecnia, como en la política, “la mala publicidad no existe”. Ésa es una máxima que siguen muchos expertos en comunicación.
Otra cosa es que el Sankt Pauli tuviera que enfrentarse a Henkel, un gran consorcio alemán de productos químicos y de higiene. En Düsseldorf (oeste germano), donde se encuentra su cuartel general, avisaron de que se reservaban “el derecho a tomar medidas legales” frente a un producto que podía causar “enfado y desconcierto” entre los consumidores de jabones Fa.
Se asume que el nombre de esa marca viene de la contracción de la palabra alemana fabelhafte, que se puede traducir como “formidable”, “maravilloso” o “fantástico”. Por eso los anuncios de la empresa de Henkel prometen: “Siéntase fantástico con Fa”. El “Fa” de Anti-Fa, viene de la contracción de “fascista”. Tal vez por eso en Henkel también han querido señalar, a cuenta de la aparición en el mercado de Anti-Fa, que sus productos se identifica con la “tolerancia y la apertura al mundo”.
Ponerse en contra a un consorcio como Henkel, que dirige el belga Hans van Bylen – todo un presidente de la Asociación de Alemania de la Industria Química – ha de ser motivo de preocupación para los responsable del Sankt Pauli. Por suerte, en Hamburgo, respiran tranquilos porque Anti-Fa era, según dicen, un proyecto limitado en la oferta de la tienda del equipo. De eso mismo se han estado asegurando en Henkel.
Una oferta “muy limitada”
El grupo de Van Bylen tardó poco en contactar a los responsables de la producción del jabón antifascista de Sankt Pauli, la empresa de productos de droguería Bundnikowsky, también con sede en Hamburgo. Anti-Fa era “una oferta especial muy limitada en el tiempo”, por eso “no se tomaron medidas legales”, dicen desde Henkel a eldiario.es. “Era importante para nosotros dejar claro que la venta de productos que tienen una referencia a nuestra marca Fa, que se ha vendido con éxito durante décadas, es problemática por razones legales de protección de la marca, independientemente de cualquier intención política”, añaden.
El Sankt Pauli es uno de esos “equipos ascensor” del fútbol alemán. Suele moverse entre la Bundesligay la división de planta. Tras disputarse la 18ª jornada el pasado fin de semana, el Sankt Pauli va tercero en la clasificación de la segunda división, con 34 puntos. Tiene opciones de conseguir el ascenso en esta campaña, pero, en cualquier caso, el club no cuenta con un músculo financiero comparable al de Henkel, empresa con más de dos siglos de historia y cuyo volumen de negocio supera los 20.000 millones de euros anuales.
Pese a reivindicar 11 millones de hinchas en todo el mundo, el Sankt Pauli es uno de los clubes modestos del fútbol alemán de alto nivel. Enfrentarse en los tribunales a Henkel por culpa de su gel antifascista hubiera sido el partido más difícil del Sankt Pauli esta temporada.