El acuerdo comercial alcanzado el pasado mes de junio entre la Unión Europea y los países de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) beneficiará a 10.000 empresas españolas que actualmente exportan a este mercado.
Lo ha dicho este viernes la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, en un desayuno organizado por el Barcelona Centre for International Affairs (Cidob) en el que ha repasado la política comercial de la Unión Europea en los últimos cinco años.
Malmström ha reivindicado que la firma de este acuerdo, cuya negociación ha durado 20 años y que la UE temía que no prosperara por el ascenso de Bolsonaro a la presidencia de Brasil, permitirá a Europa “ser la primera en no pagar aranceles en esta zona”.
En concreto, este tratado de libre comercio acabará una vez entre en vigor con tasas como la del 35 % que se aplica al sector de la automoción, del 20 % en la maquinaria y del 18 % en el sector químico, y abrirá a Europa un mercado de 260 millones de personas.
Durante su discurso, Malmström ha destacado que en los últimos cinco años han entrado en vigor en Europa 16 tratados comerciales, “más acuerdos que nunca”, y ha destacado los alcanzados hace dos años con Canadá (CETA) y con Japón el pasado mes de febrero.
Este “frenesí negociador”, ha añadido la comisaria europea de Comercio, ha sido consecuencia de sucesos como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, “una mala noticia”, ya que, según Malmström, la apuesta de la UE es hacia el “multilateralismo”.
“Europa no tiene materias primas, necesitamos el mercado abierto para importar y exportar”, ha subrayado Malmström, quien ha detallado que 36 millones de puestos de trabajo en Europa dependen solo de las exportaciones, cinco millones más que hace cinco años.
Malmström se ha reflejado en Cataluña y Barcelona para explicar la política comercial europea, ya que, para ella, son “ejemplos de mercados abiertos al mundo” y Cataluña “ha sido pionera en la creación de reglas para el comercio internacional” desde su Consulado del Mar.
Respecto al escenario global, “lo más importante ahora es salvaguardar el comercio basado en normas y proteger la Organización Mundial del Comercio”, algo que se ve amenazado por guerras de aranceles como la que están protagonizando Estados Unidos y China: “No es la solución”, ha lamentado la representante europea.
Por un lado, Malmström ha cargado contra Estados Unidos, cuya deriva proteccionista en los últimos años ha congelado la firma de acuerdos como el TTIP y ha puesto en riesgo las exportaciones europeas al país: “Trump ha tratado a Europa como un enemigo y su forma de actuar recuerda a la guerra fría”, ha afirmado.
Ha criticado también a China, miembro de la OMC desde 2001, por “no cumplir sus promesas” y mantener su control sobre los mercados financieros e impedir que los cambios fluctúen de forma libre: “El sistema multilateral fue diseñado para economías abiertas y liberales, pero no para afrontar los retos de China”.
Frente a este panorama, Cecilia Malmström ha reivindicado de nuevo la política comercial europea, “la más transparente del mundo”, que en los últimos cinco años se ha esforzado en incorporar en sus acuerdos los valores de los derechos humanos y laborales.