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Davos 2018: los mismos problemas, las mismas grandes frases

Concluye el Foro de Davos sin aclarar si EEUU es o no un país proteccionista

Rodrigo Ponce de León

Otro nuevo año, otro encuentro en Davos, las mismas recetas para nuevas amenazas y viejos problemas que no terminan de arreglarse. Bajo el lema de Creando un futuro compartido en un mudo fracturado, el Foro Económico Mundial ha vuelto a reunir esta semana a 3.000 líderes políticos, empresariales y sociales del mundo en la ciudad suiza para confirmar que un año más el mundo se enfrenta a los mismos retos globales para los que no se presentan soluciones.

¿Sirve para algo la reunión de Davos? Sí, para insistir en que los problemas siguen ahí. La desigualdad ha sido uno de los principales riesgos globales desde 2012. Tras alertar del fracaso en la lucha contra las desigualdades, la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y los gobernadores de los bancos centrales de Inglaterra, Mark Carney, y Japón, Haruhiko Kuroda, señalaron que la economía global vive un momento “dulce” por las políticas monetarias de los bancos centrales. El FMI sitúa el crecimiento de la economía mundial en un 3,9 % en 2018 y 2019. 

“Es posible que sean necesarias reformas fundamentales del capitalismo de mercado para hacer frente, en particular, a una aparente falta de solidaridad entre aquellos que ocupan la parte superior de la renta en la distribución de riqueza y aquellos más abajo”, recogía el informe sobre riesgos globales presentado en la edición de Davos de 2017.   

Desigualdades que crecen

Este año, Lagarde reconoció que las desigualdades no sólo no se reducen sino que incluso en algunos ámbitos no dejan de crecer, pero resaltó “la recuperación cíclica y a las buenas políticas monetarias y fiscales” harán que más de 120 países del mundo vivan un fuerte crecimiento en 2018, un pronóstico de donde sacó a la África subsahariana.

El 82% de la riqueza generada el año pasado se destinó al 1% más rico de la población mundial, mientras que los 3.700 millones de personas que conforman la mitad más pobre del mundo no vieron un aumento en su riqueza, según un informe de Oxfam Intermón con motivo de esta cumbre. En España cerca de un 14% de trabajadores está en riesgo de pobreza y la brecha salarial entre hombres y mujeres no se cierra: el 74% de las personas con menores salarios son mujeres, según el informe de la ONG. 

Aunque el documento sobre riesgos globales que se presentó este año en el encuentro recogía que las cinco amenazas que tendrán mayor impacto en los próximos 10 años son armas de destrucción masiva, fenómenos meteorológicos extremos, desastres naturales, fracaso en la contención del cambio climático y crisis del agua, no se ha pasado de la autocrítica de representantes del sector energético por no emprender acciones ante las consecuencias del cambio climático y las llamadas a acelerar la transición energética. En 2016, una de las conclusiones del Foro fue que “las variaciones en el clima perjudican el desarrollo económico, lo que multiplica la inestabilidad geopolítica”. 

Buena parte de la atención de los líderes se concentró en responder al mensaje proteccionista del  presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con su discurso del “America First”. Finalmente Trump llegó a Davos tratando de contentar a todos: “los Estados Unidos primero no significa Estados Unidos solo. Cuando crecen los Estados Unidos también crece el mundo”   

En el lado español, la participación por primera vez del rey de España en las jornadas del Foro Económico Mundial no dejó de ser una iniciativa más del Gobierno en su lucha mediática internacional contra el independentismo. Con Catalunya como elemento principal de su discurso, Felipe VI centró la mayoría de sus palabras en “la necesidad de preservar el imperio de la ley como una piedra angular de la democracia”.

La referencia a la política nacional del monarca encajaba en el marco de las 10 posibles crisis futuras que había dibujado el Foro Económico Mundial: “la necesidad de identidad nacional y autodeterminación ya está dando lugar a violencia e inestabilidad”. 

Comercio digital sin barreras   

A partir del concepto industria 4.0 inventado y desarrollado por el fundador del encuentro, Klaus Schwab, este apuntó que “donde la tecnología es tanto un factor de disrupción y la fuerza impulsora del progreso, el mejor enfoque podría ser aplicar las lecciones de la tecnología a la formulación y aplicación mismas de las políticas”. 

Pero las principales empresas digitales abordaron la conversación desde el punto de vista de la necesidad de impulsar internet como el puntal del libre comercio. El presidente y fundador de Alibaba, Jack Ma, se lamentó que lamentó que “las administraciones públicas lo primero que se preguntan es cómo lo puedo regular, en vez de plantearse cómo lo puedo hacer”.

El magnate George Soros criticó con dureza el carácter de monopolio de Facebook y Google, cada vez “más poderosos” y “verdaderos obstáculos” para la innovación. Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, respondió a las acusaciones de monopolio escudándose en las bondades del producto: “Incluso cuando colocas al usuario primero, puede haber ganadores y perdedores. Pero confiamos en que el producto que tenemos beneficia a los consumidores en Europa y eso es lo que hemos intentado enfatizar”. 

¿Davos de las mujeres?

Aunque la cuadragésima octava edición del Foro Económico Mundial se había configurado para convertirse en el Davos de la mujeres con una dirección formada exclusivamente por féminas, la realidad es que solo el 21% de los 3.000 participantes han sido mujeres. 

Entre las copresidentas estaba la secretaria general de la Confederación Internacional de Sindicatos, Sharan Burrow, que argumento que “el mundo necesita negociar un nuevo contrato social” y “curar las heridas de la fuerza laboral mundial”, y la primera ministra noruega, Erna Solberg, que pidió la creación de un movimiento “#MeToo contra la corrupción y los flujos ilegales de dinero porque es lo que socava la capacidad de los países de alcanzar los objetivos sociales y de desarrollo para sus sociedades”.

El fundador del foro de Davos, Klaus Schwab, abrió el encuentro con el mensaje de que “los ciudadanos necesitan razones para creer que sus líderes actúan por el bien común”. En 2019, volverán los líderes del mundo, los grandes mensajes y los mismos problemas a Davos.

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