“La izquierda devolvió la confianza al pueblo portugués y a los agentes económicos tras las medidas letales de la troika”
Ana Gomes (Lisboa, 1954) es una política socialista, diplomática de carrera, que vería con buenos ojos presentar una lista trasnacional española y portuguesa al Parlamento Europeo para defender los intereses de ambos países. Su impresión es que en los gobiernos de los dos estados ibéricos “a veces hay la tendencia de pretender que las buenas relaciones son las que ponen debajo de la alfombra los problemas”.
Tiene también una opinión sobre el problema catalán y se muestra muy crítica con el Gobierno de Mariano Rajoy en este asunto. Deja claro que “todos los intentos de disgregación” le duelen mucho, “aún más en la Península”, pero cree que “es peor negar el funcionamiento democrático de nuestras sociedades”.
En cuanto a su país, Gomes defiende con vehemencia la acción de gobierno del primer ministro socialista Antonio Costa –que gobierna con apoyo de la izquierda comunista y antieuropeísta– para revertir los recortes impuestos tras el rescate de 78.000 millones de euros que recibió Portugal en 2011. Los prestamistas, la UE y el FMI, impusieron un duro programa de ajustes que se prolongó durante tres años, bajo el mandato del conservador Pedro Pasos Coelho. Según Gomes, ese gobierno fue “más troikista que la troika”.
En España a menudo se presenta Portugal como un ejemplo de lo que puede hacer un gobierno de izquierdas (el paro está en mínimos de siete años, la confianza en máximos, y el Gobierno de izquierdas disfruta de una estabilidad impensable cuando llegó al poder a finales de 2015) ¿cómo se ha podido conseguir?
Los socialistas no teníamos apoyos suficientes y nos aliamos dos partidos de izquierda, que es algo inédito en Portugal. La gente no podía más con la derecha y con la actitud más “troikista” que la troika que adoptó, penalizando gravemente nuestro país y con consecuencias desastrosas para la economía. La nueva mayoría de izquierda devolvió la confianza al pueblo y a los agentes económicos. Hubo una vuelta, poco a poco, de las inversiones del sector privado portugués, y se tomaron medidas para revertir los recortes que afectaban a los sectores más penalizados, como los pensionistas y los funcionarios públicos.
Demostramos que podían cumplirse las reglas europeas de rigor presupuestario y al mismo tiempo devolver a las personas parte de lo que se les había sustraído. También dinamizamos las exportaciones, el turismo, las inversiones privadas... y eso tuvo consecuencias en la creación de empleo: en los dos últimos años vimos la mayor creación de empleo de la historia del Portugal democrático, 270.000 puestos de trabajo. Al mismo tiempo controlamos el déficit respetando las imposiciones de Bruselas, y redujimos la deuda pública. Por supuesto fue en un contexto europeo que empezó a cambiar por la decisión del presidente del BCE, Mario Draghi, de introducir estímulos, de los que nos beneficiamos.
Hay quien dice que esa creación de empleo se produjo precisamente gracias a las medidas liberalizadoras de la troika y a las reformas laborales
No es verdad. Las medidas de la troika, que en Portugal fueron aplicadas por el gobierno de derechas, fueron letales, arrasaron la confianza del pueblo, pusieron a los jóvenes a emigrar masivamente. Destrozaron no solo la economía, sino la moral de los portugueses. Este gobierno logró invertir este ciclo y devolvió el ánimo a la gente.
¿Cómo convive el Partido Socialista con una formación comunista y antieuropeísta como el PCP?
Hay cuestiones en las que estamos de acuerdo en estar en desacuerdo. Por ejemplo, en la política de defensa, hay distintas posiciones entre el Partido Socialista y los partidos a la izquierda que le apoyan. El gobierno sigue adelante, a veces con críticas, unas más justificadas que otras, de los partidos a la izquierda.
Pero es un gobierno que logró aprobar tres presupuestos. Con los gobiernos de derecha bajo mandato de la troika tuvimos 17 presupuestos en cuatro años. En tiempos de la troika se hicieron cosas terribles, como una amnistía fiscal en 2012 que fue una verdadera legalización y blanqueo de capital masivo. Se impusieron impuestos brutales a los portugueses. Pasaron cosas horribles, privatizaciones de sectores fundamentales y críticos como el sector energético, que ahora está bajo control del Partido Comunista Chino, que es el que ha comprado las dos redes de producción de energía, EDP y la Red Nacional de distribución de energía.
Se privatizaron los principales astilleros navales, de Viana do Castelo, que eran un activo para nuestra base industrial de la defensa, a pesar de que también producían comercialmente. Fue un daño total en un sector crítico, no sólo en la defensa portuguesa, en un país con tantas responsabilidades sobre territorio marítimo, sino para la defensa colectiva europea. Se hicieron cosas increíbles, con un perjuicio dramático para la economía nacional, por no hablar de la justicia.
¿Cómo contempla las relaciones entre Portugal y España?, Está previsto que se presente una candidatura a las elecciones al Parlamento Europeo de 2019 una candidatura de confluencia iberista, a favor de una unión de España y Portugalse presente
No lo sabía. Lo que apoyo es una lista transnacional europea en la que estén portugueses y españoles, tenemos muchos intereses hermanados. Continuamos viviendo de espaldas en cuestiones fundamentales como el agua, que tienen que ver con las alteraciones climáticas, la sequía y las consecuencias dramáticas para los dos países, también relacionado con las centrales nucleares en España. Si hay un atentado terrorista vamos a sufrir las consecuencias y es inaceptable que España prosiga con una política de negar que el problema existe, por ejemplo con la central de Almaraz, cerca del río Tajo y de la frontera portuguesa. Son cuestiones que podemos arreglar en el marco ibérico, pero con referencia a las directivas en el marco ibérico. Veo que podemos converger.
Lo que no es bueno para España, Portugal, la Península ni Europa es pretender que los problemas no existen, y por desgracia en los gobiernos de España y Portugal a veces hay la tendencia de pretender que las buenas relaciones son las que ponen debajo de la alfombra los problemas. Los problemas existen y tienen que ser tratados con una perspectiva ibérica y europea.
Ha habido recientemente polémica con el tema de los incendios en el norte de Portugal y Galicia (la Xunta llegó a culpar al mal tiempo y a su vecino del sur de los fuegos)polémica
Ha habido una contribución muy valiosa de España a Portugal, y Portugal debería mirar lo que hizo España para combatir las razones de los incendios, que tienen mucho que ver con la mala gestión de la flora y del territorio. Tenemos mucho que aprender de España en esto, hay buenos y malos ejemplos en España y las sinergias son esenciales, como se ha demostrado con los fuegos en Portugal y Galicia. Recibimos una ayuda valiosa que apreciamos.
Hace tiempo que los problemas del independentismo catalán se debaten en los países europeos ¿Cómo observa este fenómeno?
Con mucha preocupación. Yo soy europeísta y federalista, y por eso todos los intentos de disgregación me duelen mucho, aún más en la Península. Pero peor que todo es negar el funcionamiento democrático de nuestras sociedades. Lo que es esencial en Europa es el funcionamiento democrático. La democracia debe estar abierta a todas las discusiones, incluso en los temas más duros. Y me parece que el problema en Cataluña es fruto de una actitud muy poco democrática del PP español cuando llevaron a los tribunales el Estatut en 2010. Tuvo consecuencias desastrosas, incluso para el crecimiento del independentismo en Cataluña, en gran parte entre la gente joven. Sus padres podían ser anti-independencia, los jóvenes son pro-independencia. Además, asocian la lucha a una afirmación democrática, frente a una formación como el PP, heredera de Franco y con una carga de corrupción terrible. El referéndum del 1 de octubre no hubiera tenido ninguna importancia si Rajoy no hubiera enviado a la policía. Esto fue una demostración grosera de falta de sentimiento democrático de muchos de la derecha española. La consecuencia es avivar más las causas independentistas.
Ahora tenemos la prisión de los dirigentes de Cataluña, que es un paso inaceptable. No son políticos presos, sino presos políticos. Otro factor que no ha contribuido a resolver el problema, lo veremos en las elecciones del 21 de diciembre, que son muy dudosas desde el punto de vista democrático. Si algunos de los participantes no pueden defender sus posiciones, qué democracia es esta. Pero creo que el problema no va a desaparecer, podría inflamarse más. Y esto es muy malo para España, para la Península, para la UE. Más que nunca necesitamos una España fuerte, unida y democrática.
“Gran Bretaña es la madre de los paraísos fiscales”
En la comisión sobre paraísos fiscales que se ha cerrado esta semana en el Parlamento Europeo ha salido a colación el nombre de la isla portuguesa de Madeira por su régimen fiscal laxo. ¿Cuál es su opinión?
Yo sí pienso que Madeira es un paraíso fiscal, como hay otros mucho peores en la UE, por ejemplo Gibraltar, Malta, Irlanda, Holanda, Luxemburgo y la madre de los paraísos fiscales, que es el Reino Unido. Lo que hemos visto con esta investigación de los Papeles de Panamá, que no se puede separar de la anterior de “Luxleaks”, y de la que continuará a partir de ahora, es que el sistema de evasión y blanqueo no está solamente localizado en unas islas paradisíacas tropicales. No, está en la UE y tiene que ver con la desregulación de los sistemas financieros y las políticas neoliberales de las últimas décadas. Es esto lo que hay que corregir, al nivel europeo y nacional.
¿Qué medidas deberían adoptarse?
No podemos seguir con una fiscalidad fragmentada, es una desgracia para los presupuestos nacionales y los recursos propios de la Unión. Además, si nuestros gobiernos no adoptan medidas serias para combatir el blanqueo de capitales, con toda la criminalidad asociada que se beneficia de estos sistemas, no vamos a estar defendiendo los intereses de nuestros ciudadanos, de nuestra seguridad colectiva, incluso frente al terrorismo. Pedimos que se hagan públicos los beneficiarios últimos de las empresas y las fundaciones o trust.
Los visados de oro (o golden visa, con los que se otorga la nacionalidad a extranjeros a cambio de comprar casas a partir de un precio determinado), son otro medio para fomentar el blanqueo y la corrupción. Y también hacen falta medidas eficaces contra toda la industria de intermediarios (abogados, inmobiliarias, auditores...) que llevan a la práctica estos esquemas de evasión fiscal. Podemos hacerlo a nivel nacional, por eso yo presiono en mi país para resolver el tema de Madeira o de los visados dorados.
A nivel europeo tiene que haber un mínimo de impuesto de Sociedades, y tenemos que seguir denunciando a los estados que siguen justificando un esquema que protege la criminalidad y la evasión fiscal. Siempre alegan que son pequeños estados, que a qué se van a dedicar, y lo hacen a la delincuencia de guante blanco. No es aceptable. Están destruyendo la UE y la competencia. No hay libre mercado ni competencia si las pequeñas empresas pagan un 30% más de impuestos de media que las grandes que utilizan paraísos fiscales. No hay mercado interno ni justicia fiscal, cada vez más se pide a los ciudadanos y pymes lo que los ricos ponen en los paraísos fiscales. Es la propia legitimidad democrática de nuestros gobiernos la que está en juego. Necesitamos reformas a nivel nacional y europeo.
¿Qué países son los que principalmente obstaculizan estas medidas?
Vemos a algunos estados miembros bloqueando los acuerdos y las negociaciones. Es así como se mide la retórica y la práctica. Hacen mucho ruido cuando se habla de luchar contra el terrorismo, pero no toman las medidas para evitar que se financie neutralizando los paraísos fiscales. La única manera de lograrlo es la transparencia.
Luxemburgo, Irlanda, Malta, y la madre de todos ellos, el Reino Unido. Todas estas jurisdicciones bajo la corona británica (Isla de Man, Jersey, Bahamas, Gibraltar) son fabricaciones de Gran Bretaña y de la City. Esto es importante en las negociaciones del brexit. Hay quien cree en Gran Bretaña que la vía es seguir invirtiendo más en ser la madre de los paraísos fiscales, esta industria de la criminalidad del guante blanco.