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Los especuladores apuestan más de 1.200 millones a que la banca española pierda valor

Salón de la Bolsa de Madrid.

Diego Larrouy

Son perfectamente legales pero poco conocidas fuera del mundo bursátil. Las posiciones cortas son un instrumento de inversión, especialmente por fondos, que supone una apuesta a que una empresa cotizada pierda valor. Por ello, son conocidos como bajistas. Y tienen en el punto de mira a la gran banca española con una apuesta que está valorada en algo más de 1.200 millones de euros.

Los distintos inversores han aumentado en los últimos días sus posiciones de este tipo en los grandes bancos españoles, especialmente en BBVA, Sabadell, Bankinter y Bankia, con la previsión de que pierda valor. Este último, con el Estado como accionista mayoritario, es el más afectado por esta apuesta de inversores por la bajada del precio de sus acciones, suponiendo un 5,2% de su capital. Le sigue Sabadell (1,66%), BBVA (0,76%), Bankinter (0,69%) y CaixaBank y Santander, que tienen un 0,2% cada una. 

La mayoría de inversores, ya sean fondos o particulares, compran acciones en Bolsa con la esperanza de que ese valor suba con el tiempo y, además, poder recibir los dividendos por los beneficios cada año. Los inversores a corto no. Estos entran en una compañía cuando consideran que hay razones para pensar que su valor va a caer, ya sea por una previsión de malos resultados o porque factores externos van a afectar a su negocio.

El funcionamiento de estos fondos es distinto. Los inversores a corto venden acciones que no tienen en cartera al precio de mercado en ese momento en Bolsa. Para poder comercializar estos títulos que no posee, los alquila a un inversor o un broker que tenga intención de permanecer a largo plazo en esa compañía. Este segundo inversor está interesado en el crecimiento que pueda tener en un largo periodo de tiempo, así como la retribución que ofrecen los dividendos. Por esta operación, el bajista abona al otro unos intereses.

A partir de ahí, estos fondos se mantienen a la espera de la evolución de la cotización. Cuando la acción baje y llegue al valor que consideran óptimo para sus intereses adquieren tantas acciones como tomaron del inversor que se las prestó y las devuelven. Su margen de ganancia está entre el precio al que las vendieron y el precio al que las compran. A ese margen deben restar el interés pagado a quien les prestó los títulos. Por el contrario, si la acción tiene un valor superior al que se vendió, el fondo se anotará pérdidas en dicha operación.

Bajos tipos de interés

“Que un fondo bajista invierta en una acción con la expectativa de que baje, no quiere decir que tenga la razón o que esté más acertado que otros, es una operación en la que también puede perder”, asegura Gonzalo Sánchez, analista de renta variable de Gesconsult.

Nuria Varela, analista en Renta 4, asegura que es “curioso” que los bajistas hayan puesto el foco en la banca, y que “vaya a caer más cuando llevan ya un castigo importante” en Bolsa en 2018. Varela y Sánchez coinciden en que un punto importante para esta evolución bursátil de la banca se debe al retraso en la subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, lo que afecta a sus márgenes de negocio. A ello se suman otros puntos como los problemas en los países emergentes o la inestabilidad en Italia.

Varela considera que aunque “es difícil de prever” cuándo cesará esta presión de los inversores bajistas, posiblemente se produzca el próximo año, cuando comiencen a producirse los cambios en la política del BCE que tendrán un impacto positivo para los balances de los bancos. “Al final todo es una cuestión de expectativas”, subraya.

Apuesta común

Estas apuestas a la baja de los inversores son comunes y no se producen únicamente en el sector financiero. En la Bolsa española destacan casos como el del grupo de supermercados Dia, que tiene más del 20% de sus acciones con inversores que apuestan a que baje el valor. 

Como en el caso de la cadena de distribución, las apuestas de bajistas suelen estar ligadas a empresas con problemas o en las que se prevé que entre en situación complicada. Han sido a menudo comentado la presión que ejercieron los inversores bajistas en compañías como Abengoa o Popular, antes de que entraran en sus respectivos declives.

Las ventas a corto están reguladas tanto en España como en el resto de la Unión Europea. Cuando un fondo decide invertir de esta manera debe comunicárselo a la CNMV, quien posteriormente publicará la información agregada de cada empresa y detallará el nombre de aquellos inversores que superen el 0,5% en este apartado.

La autoridad de la CNMV va más allá en este apartado y puede llegar a suspenderlas o prohibirlas para algunos valores o el conjunto de la Bolsa si entiende que hay riesgos para la estabilidad del sistema financiero, tal y como figura en su reglamento. Uno de los casos más recientes fue en Liberbank, que fue señalado tras la crisis de Banco Popular y castigado en Bolsa. La CNMV decidió suspender durante unos meses que se realizaran estas operaciones en el valor. El órgano realizó suspensiones similares en 2011 sobre todo el sistema financiero en pleno proceso de rescate bancario o sobre el conjunto de la Bolsa en 2012.

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