Uno de los fabricantes de respiradores cuya producción quiere “multiplicar” el Gobierno: “Estamos desbordados”
“Estamos desbordados”, dice al otro lado del teléfono Ramón Salvador, director comercial de la valenciana Temel, uno de los dos fabricantes españoles de respiradores a los que la ministra de Industria, Reyes Maroto, citó el martes como ejemplo de los esfuerzos de su ministerio para intentar impulsar la fabricación a gran escala de material sanitario que actualmente escasea en muchos hospitales españoles, desde los propios respiradores a geles desinfectantes o los equipos de protección individual (EPI) por los que claman los profesionales sanitarios.
En esa comparecencia, Maroto quiso destacar “la línea de trabajo que estamos desarrollando para la fabricación de respiradores que permita atender la alta demanda de equipos que se requieren” ante la emergencia sanitaria del coronavirus. La ministra citó los nombres de dos empresas que los fabrican en España: la madrileña Hersill y la valenciana Temel.
El de los respiradores es un negocio que a escala mundial dominan multinacionales como las estadounidenses Medtronic y GE o la holandesa Philips, que no tienen fábricas en España. Con muchos países restringiendo las salidas de estos dispositivos, el objetivo de Industria, dice un portavoz del ministerio, es “multiplicar” la producción de estos dispositivos apoyando a esas dos empresas nacionales.
Esa “línea de trabajo”, que el ministerio declina detallar, discurre en paralelo a otras iniciativas de emergencia que han surgido en los últimos días, como el respirador con impresión 3D desarrollado a contrarreloj por un grupo de empresas e instituciones lideradas por la alianza entre el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CFZB) y el centro de innovación sanitaria Leitat.
El directivo de Temel explica que el de los respiradores es un mercado que hasta hace unos meses tenía un volumen escaso en España: unas 300 unidades al año, de las que esta pyme valenciana servía en torno a un tercio del total. Cifras que ahora son totalmente insuficientes para cubrir la demanda, con más de 1.000 personas ingresadas por coronavirus en la UCI solo en los hospitales de Madrid desde esta semana y muchas de ellas necesitadas de equipos de respiración asistida.
Antes de la irrupción del COVID-19, “las empresas iban adecuando su producción evitando el 'stockage' de producto” porque “era imprevisible una punta de demanda como esta”, apunta Salvador, que señala que “toda la disponibilidad de producto que teníamos la estamos entregando y haciendo adaptaciones para todos los equipos que sean posibles”. “Ahora lo más importante es coger el material que hay disponible, repartirlo y ponerlo en los mejores puntos posibles”.
El director comercial de Temel destaca que son “una de las pocas empresas que permite utilizar equipos de anestesia como respiradores” como alternativa, de ahí las adaptaciones que menciona.
15 empleados
Con 45 años de existencia, una plantilla de apenas 15 personas y una facturación de poco más de 1,2 millones en 2018, la empresa valenciana aprovecha “todo el tejido industrial español de talleres a los que damos trabajo” para fabricar sus productos y está trabajando para, con la “ayuda” de los ministerios de Industria y Sanidad, explorar qué otras industrias auxiliares pueden permitir aumentar la producción rápidamente. Pero no es fácil: “Hay algunas empresas que están cerrando por la situación en la que nos encontramos”, dice el directivo de Temel.
La otra empresa que citó la ministra Maroto es la madrileña Hersill, una firma radicada en Móstoles que cuenta con unos 60 empleados y que en 2018 registró una facturación cercana a los 5 millones. La firma no ha podido atender a eldiario.es. “Ahora mismo necesitamos todo nuestro esfuerzo y tiempo en cumplir con nuestra labor que es vital en la lucha contra esta pandemia”, indican fuentes de la empresa, que hace unos días aseguró a Vozpópuli que tiene “capacidad para fabricar tantos respiradores como sean necesarios, siempre y cuando recibamos suministros”.
Los contactos de Industria con los fabricantes de respiradores son un ejemplo de cómo el ministerio, a través de la Secretaría General de Industria y Pyme, se ha movilizado para intentar reorientar la producción de industrias que han parado su actividad con el estado de alarma para paliar la acuciante escasez de estos productos en un momento en el que la demanda mundial está disparada. El parón ha propiciado que, según estimaciones difundidas este jueves por la patronal de fabricantes de coches, Anfac, la producción de vehículos vaya a desplomarse este marzo más de un 50%.
La ministra ha mantenido reuniones por videoconferencia con representantes de más de una decena de patronales de distintos sectores como la tecnológica Ametic, Anfac, la de componentes de automoción Sernauto, la papelera Aspapel o la de confección textil Fedecon, entre otras. “La industria en este momento es indispensable”. “Hablamos de una economía de guerra” que se está “reinventando para cambiar nuestros procesos productivos y ayudar a fabricar productos indispensables para salvar vidas”, dijo Maroto.
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