Juan Pedro Velázquez-Gaztelu: “En 'Alternativas Económicas' nos permitimos el lujo de hablar a calzón quitado de los abusos bancarios”
La revista Alternativas Económicas cumple 10 años. Un hito para una publicación independiente que no se rebaja a las imposiciones corporativas que sufre el ecosistema mediático a través de los ingresos publicitarios. Su director, Juan Pedro Velázquez-Gaztelu (Málaga, 1962), es un experimentado periodista económico que ha sido reportero económico y corresponsal en Washington y Nueva York de la Agencia Efe y redactor jefe de la sección Internacional y del suplemento Negocios de el periódico El País. Ahora, Velázquez-Gaztelu celebra el aniversario de la revista señalando que el proyecto está “consolidado tanto desde el punto de vista editorial como empresarial”, pero pretenden que la publicación, que funciona como cooperativa, consiga tener más difusión. El director de Alternativas Económicas incide en que “España es tradicionalmente una sociedad poco informada en temas económicos” y subraya el objetivo didáctico de la revista: “Una ciudadanía bien informada es una ciudadanía capaz de tomar buenas decisiones, es una ciudadanía más responsable y más libre. Mientras menos se sepa de economía, como clientes seremos más manipulables”.
¿Cuál es el balance de 10 años de vida de la revista Alternativas Económicas?
Es un balance positivo. Estamos contentos porque seguimos vivos y hemos cumplido diez años. No es fácil sacar adelante un proyecto así, un proyecto cooperativo que nació con aportaciones de socios, colaboradores y amigos... Cada uno ha aportado 4.000 euros. No tenemos apoyo financiero de ninguna entidad, no hemos querido pedir créditos a los bancos. Es un proyecto humilde, que se sustenta en las suscripciones. Hemos conseguido 2.000 suscriptores, estamos por debajo del objetivo que nos habíamos marcado: 4.000. Pero el proyecto está consolidado tanto desde el punto de vista editorial como empresarial. Además de los suscriptores, hemos conseguido diversificar las fuentes de ingresos con publicidad, edición de libros y contenidos patrocinados que elaboramos en colaboración con organismos y ONG.
¿Han conseguido ya alcanzar la rentabilidad?
Estamos en el punto de equilibrio. En el ejercicio de 2022 perdimos 17.000 euros, pero por un efecto contable. Somos una empresa que factura 300.000 euros. Tenemos unos salarios muy ajustados, porque para nosotros lo más importante es la independencia.
En ese sentido, el principal reto de las publicaciones es conjugar rentabilidad económica e independencia editorial, ¿cómo se defiende Alternativas Económicas?
No queremos depender en exceso de la publicidad ni de los proyectos colaborativos con entidades y organizaciones. Nuestro proyecto se basa en la idea de que deben ser los suscriptores los que apoyen financieramente la revista. Eso lo hemos conseguido, puesto que las suscripciones suponen el 60% de de los ingresos. Así garantizamos la estabilidad económica de la revista y la independencia de los contenidos. No hemos conseguido los 4.000 suscriptores que buscábamos, lo que nos ha obligado a ajustar los costes al máximo. Tampoco hemos pedido un crédito, pero sí hemos hecho una emisión de bonos de manera interna con nuestros socios, que vamos devolviendo cómodamente.
Respecto a la publicidad, ¿tenéis algún tipo de veto publicitario? Por ejemplo, The Guardian no acepta publicidad de compañías petroleras.
Tenemos una política de selección de publicidad, nada escrito, pero fundamentalmente no aceptamos publicidad de grandes bancos, grandes multinacionales o de petroleras. Nuestro objetivo es que la publicidad no superase un determinado umbral de de los ingresos, pero el hecho de no haber conseguido el número de suscriptores nos ha obligado a elevar ese umbral, que nunca va a superar el 20% de los ingresos.
Como estructura empresarial sois una cooperativa, ¿os vais a mantener como cooperativa o buscaréis otras fórmulas (fundación, etc)?
El proyecto tiene como modelo Alternatives Economiques, la revista francesa que lleva 40 años funcionado y es un proyecto muy consolidado, con una redacción de 40 personas y 70.000 suscriptores. Nosotros hemos replicado su modelo, que es una cooperativa. No nos hemos planteado en ningún momento cambiar, estamos contentos, aunque hemos pasado dificultades. Como cooperativa trabajamos de manera solidaria, es decir, los trabajadores somos socios de la empresa y tenemos todos el mismo salario. Las decisiones se toman siempre por consenso. A veces surgen discrepancias, es más lento y más complejo, pero siempre llegamos a un acuerdo con diálogo. La mayoría somos periodistas veteranos y no trabajar para una empresa privada con accionistas o para una multinacional es bastante satisfactorio. La prueba es que en estos 10 años no se ha marchado nadie de la cooperativa.
Han tenido tres directores, usted es el tercero.
Si, el primer director fue Andreu Missé, que es el fundador de la revista. Se fue a ver a la gente de Alternatives Economiques a París para plantearles la posibilidad de replicar el modelo en España. Los franceses se hicieron socios de la cooperativa, nos cedieron gratuitamente la marca y nos ceden gratuitamente contenidos, es de una generosidad admirable. A Missé le sustituyó como director Pere Rusiñol y ahora me ha tocado a mí. Dentro de un par de años o tres le tocará a otra persona.
La revista se edita también en papel. ¿Tiene sentido mantener la apuesta por el papel en la era digital?
Apostamos por el papel desde desde el principio y seguimos empeñados en que el papel siga siendo el principal soporte de la revista, pero porque así nos lo piden nuestros lectores. También tenemos una página web que hemos modernizado la pasada primavera para tener más contenidos distintos a los que tiene la la revista de papel. Como pasa con la gran mayoría de los medios de comunicación, el móvil se ha convertido en el dispositivo más utilizado para leer noticias, pero nuestra revista es más para leer tranquilamente en casa o durante un viaje en tren. Somos una revista de reflexión y de análisis de fondo. Una de las cosas que nos diferencia es que tenemos un afán didáctico. Alternativas Económicas no es una revista para especialistas en economía, es una revista para personas interesadas por la economía.
¿Cuál es la noticia económica que más os ha gustado dar en estos 10 años?
Un asunto que muy pocos medios de comunicación han tratado, los abusos bancarios. Principalmente, el tema de las preferentes y de todos los productos financieros que las entidades bancarias colocaron a sus clientes, sin informarles de los riesgos que conllevaban. Muy pocos medios han cubierto estos abusos por la dependencia que la mayoría de los medios del sector económico tienen de los anuncios de los bancos y de otras multinacionales. En Alternativas Económicas nos permitimos el lujo de hablar a calzón quitado de los abusos bancarios. Somos una revista que a la hora de elaborar la información nos ponemos del lado del ciudadano.
Uno de los principales problemas del periodismo económico es que las fuentes suelen tener un excesivo peso ideológico a la hora de analizar la realidad, normalmente ligados a unos intereses económicos determinados y a una visión ortodoxa de la economía.
Es una cuestión bastante compleja. Es uno de los grandes éxitos del modelo neoliberal impulsado en los años 80 por Margaret Thatcher y Ronald Reagan, que se ha convertido en dominante. Tenemos la experiencia de haber trabajado en medios de comunicación convencionales durante muchas décadas y hemos sido testigos de la influencia que tienen las grandes empresas en el contenido informativo de esos medios y de cómo esa visión neoliberal de la economía impregna los contenidos.
Nosotros intentamos dar una nueva mirada a los asuntos económicos pensando en el ciudadano y que existen otros modelos y alternativas. Dedicamos bastante espacio de la revista a la economía feminista, la economía ecológica... A raíz de la crisis financiera de 2008, ese modelo neoliberal está en cuestión y mucha gente se está abriendo a la recuperación de modelos keynesianos que estaban prácticamente olvidados desde los años 80, además de a modelos de economía del bien común, social y solidaria. Intentamos dar voz a estas nuevas corrientes que habían quedado tapados por la ideología neoliberal.
Hemos trabajado en medios de convencionales durante muchas décadas y hemos sido testigos de la influencia que tienen las grandes empresas en el contenido informativo de los medios y de cómo la visión neoliberal de la economía impregna esos contenidos
Hay cierto interés en que la economía sea una especie de ciencia inalcanzable, que solamente dominan unos cuantos.
Una ciudadanía bien informada es una ciudadanía capaz de tomar buenas decisiones, es una ciudadanía más responsable y más libre. Mientras menos se sepa de economía, como clientes seremos más manipulables. España es tradicionalmente una sociedad poco informada en temas económicos. Hay poca cultura económica, a diferencia de Francia, de Alemania e incluso de Italia. Por eso insistimos en el carácter didáctico de nuestra revista. Queremos penetrar en el tejido educativo español, ya tenemos acuerdos con universidades mediante el que se suscriben a un número determinado de revistas y, a cambio, sus estudiantes tienen acceso libre a la versión digital de la revista desde el centro educativo.
Cada vez hay más presión por parte de las empresas para que no se haga periodismo económico. ¿Cómo os han tratado las empresas en estos 10 años?
Tenemos poca relación con las empresas, más allá de contrastar las informaciones que realizamos.
¿No habéis recibido demandas o amenazas de demandas por las informaciones que habéis publicado?
No hemos tenido ningún problema serio, no hemos tenido ninguna denuncia. Presiones no aceptamos de ninguna gran empresa, nos podemos permitir el lujo de rechazarlas, puesto que somos independientes económicamente.
Ahora uno de los últimos eufemismos que se utilizan es el de “periodismo corporativo”, que no deja de ser un engaño de los departamentos de comunicación de las empresas para designar la comunicación corporativa de toda la vida, pero algo más elaborada.
En nuestra revista somos periodistas con décadas de experiencia en prensa económica, que nos hemos embarcado en el proyecto para huir de estas situaciones, que ya vivimos en primera persona. Las grandes empresas mueven mucho dinero y están dispuestas a utilizar recursos para acallar a los medios de comunicación críticos e imponer su visión. No es nada nuevo, lleva ocurriendo mucho tiempo, pero en los últimos tiempos se ha acentuado. Hay empresas que tienen en sus equipos de comunicación más personal que muchos medios. Y esto contrasta con la debilidad creciente de la mayoría de los medios de comunicación.
Desde el punto de vista económico, el negocio de la prensa ha bajado mucho con respecto a la época dorada de los años 90. Los medios de comunicación tienen cada vez menos recursos y son más vulnerables a las presiones que ejercen las empresas. Un medio de comunicación para ser realmente independiente desde el punto de vista editorial, tiene que ser primero independiente desde el punto de vista económico. Si un medio de comunicación depende mucho de la publicidad de esas empresas, pues lo normal es que esas empresas se acaben imponiendo y condicionando la información que se publica.
O entrando en el accionariado de esas empresas periodísticas.
En efecto, también ocurre que los grandes medios de comunicación españoles tienen muchos lazos accionariales con bancos y grandes empresas. A la hora de tomar las decisiones, estas grandes empresas como accionistas influyen en la línea editorial. Nosotros estamos fuera de ese mundo. Lo que queríamos desde el principio en Alternativas Económicas era trabajar de manera independiente, aunque supiéramos que nos iba a costar dinero y mucho esfuerzo. Nuestros lectores tienen la garantía de que trabajamos de manera absolutamente independiente. Tenemos dos reuniones importantes a lo largo del mes. La primera es de selección de contenidos, donde debatimos los temas más relevantes y su enfoque. La segunda reunión importante es del Consejo Rector, que es equivalente a un Consejo de Administración de una empresa tradicional, donde se toman las decisiones económicas. En esta reunión solo participamos los socios de la cooperativa, nunca se han dado discrepancias fundamentales, pero si se hubieran dado el voto decisivo lo tienen los periodistas. Es lo que garantiza la independencia del medio.
¿Han debatido sobre la Inteligencia Artificial y cómo puede afectar al periodismo?
En la revista le hemos dedicado bastante espacio al tema de la inteligencia artificial y los efectos que puede tener en en la vida de las personas. Nosotros no hemos tenido un debate interno sobre el uso que le vamos a dar, pero en principio no vamos a utilizar esos recursos. Quizá en un futuro lo hagamos para cuestiones administrativas o gerenciales.
¿Cómo ve a Alternativas Económicas en los próximos cinco años?
De aquí a cinco años esperamos consolidar el proyecto económicamente, es decir, conseguir un número suficiente de suscriptores y fortalecer la parte empresarial de la revista. La revista nació en Barcelona y en Cataluña tenemos el 50% de la facturación y el 50% de los suscriptores y la publicidad, con lo que nos tenemos que diversificar geográficamente. Acabamos de firmar un acuerdo con la Fundación Fiare Banca Ética para financiar la creación de un departamento de marketing y comercial con el objetivo de dar a conocer la revista en toda España y de conseguir más suscriptores. A la vez, queremos potenciar los contenidos de la web para que sea un escaparate cada vez más atractivo
¿Y qué información les gustaría dar en esos cinco años?
Somos una revista con principios muy claros. La economía tiene que estar al servicio de las personas y no de los grandes inversores. Nos gustaría que esta corriente económica fuera ganando arraigo en España y en Europa. Que la economía social y solidaria crezca, que el movimiento cooperativo crezca. Es una noticia que nos encantaría dar, puesto que las empresas de economía social y las cooperativas tienen unas condiciones laborales más dignas. Que se den avances en temas de igualdad. Otro de nuestros pilares fundamentales es el europeísmo. Creemos en el proyecto europeo y nos gustaría que Europa siguiera avanzando en la integración, no solo económica, también política y social. Que sus instituciones fuesen cada vez más fuertes para debilitar el avance del populismo. Y también la cuestión medioambiental, que haya un mayor consenso para frenar la crisis climática.
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