La crisis del covid retrae los visados de vivienda a cifras de 2016

Madrid, 11 nov (EFE).- La crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia de covid-19 ha situado la cifra de visados para nuevas viviendas en valores de 2016, con una reducción de la superficie visada del 21 % en los nueve primeros meses del año, lo que supone 3,5 millones de metros cuadrados menos.

En número de viviendas, el impacto de la pandemia se traduce en 11.046 viviendas visadas menos que el año anterior, en el que se visaron 78.835, según los datos que maneja el Consejo Superior de los Colegios Oficiales de Arquitectos (CSCAE), que constata una disminución de la superficie rehabilitada residencial del 7,6 %, un porcentaje que alcanza el 38 % en aquella no residencial.

Los visados tocaron fondo en los meses de marzo, abril, mayo y junio, coincidiendo con el confinamiento y el estado de alarma. En ese trimestre, la superficie residencial visada en obra nueva se desplomó hasta el 38 % y el 39,3 % en mayo y junio, respectivamente, en comparación con los mismos meses de 2019.

El descenso es más ligero en la rehabilitación integral y parcial de viviendas, donde el número de inmuebles visados ha caído un 6 % entre enero y septiembre, con 18.330 rehabilitaciones visadas frente a las 19.506 del mismo periodo de 2019.

PARÓN EN LA CONSTRUCCIÓN

El presidente del CSCAE, Lluís Comerón, ha alertado de las consecuencias económicas y sociales que tiene la “interrupción” de la actividad en el sector para garantizar el acceso a la vivienda.

Además, ha recordado que ya antes de la pandemia el sector estaba produciendo menos viviendas que en los años sesenta y que con 67.789 viviendas visadas entre enero y septiembre las cifras acumuladas se asemejan a las de 2016.

Por ello, ha abogado por aprovechar el potencial del sector para contribuir a salir de la crisis y lograr tasas similares a los países del entorno.

PREOCUPACIÓN POR LA CRISIS

La primera ola del Barómetro de Arquitectura y Edificación, puesto en marcha por el CSCAE, arroja que el 46 % de los encuestados prevé un impacto prolongado de la crisis y considera que 2021 será peor o mucho peor. Ese pesimismo aumenta entre aquellos profesionales que trabaja en el ámbito de la obra nueva (52,6 %).

Preguntados por los tres principales factores que pueden hacer caer la actividad, apuntan a la caída de los encargos de clientes públicos y/o privados, la incertidumbre, las dificultades financieras para la obra nueva, las trabas impositivas, la fiscalidad desfavorable o la dilación en la tramitación de ayudas.