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La banca ética ha multiplicado por seis los ahorros captados desde el comienzo de la crisis

Una de las oficinas de Triodos Bank en España. / Europa Press

Ana Requena Aguilar

Tarjetas 'black', preferentes, desahucios, cláusulas suelo, pensiones millonarias, gastos desproporcionados. La banca tradicional vive una pérdida de imagen y credibilidad. Pero ¿se ha traducido eso en un cambio de hábitos de los clientes? Los datos del barómetro estatal de la banca ética 2014 muestran que, si bien las finanzas alternativas están lejos de los números de los grandes bancos, las entidades éticas han crecido sin cesar desde 2008. Desde que comenzó la crisis, la banca ética ha multiplicado por siete los ahorros captados y no deja de subir su número de clientes.

Cabe recordar que lo que define a un banco ético no es solo el hecho de que no haga desahucios. Pablo Iglesias aseguraba en unas declaraciones recientes que estaba muy tranquilo con una cuenta en ING porque no recordaba casos de desahucio. Otro miembro clave de Podemos, Íñigo Errejón, reconocía también hace unos días que su cuenta estaba en un banco que llevaba a cabo desahucios.

La filosofía de estos centros de finanzas va más allá. Tienen criterios de inversión responsable –se comprometen a no invertir en sectores como el armamentístico, en proyectos que impliquen daños para el medio ambiente o en productos especulativos– y centran su financiación en actividades de proximidad, proyectos culturales, solidarios o de bienestar social. A cambio, la rentabilidad para los clientes suele ser mucho menor.

En 2008, estas entidades captaron en España 203 millones de euros. Seis años después, en 2014, el dinero ascendía ya a 1.500 millones, seis veces más en un ascenso trepidante probablemente aupado por el contexto de crisis financiera que espoleaba a miles de clientes a llevar sus ahorros a mejores custodios. También ha crecido el número de préstamos concedidos y el volumen de dinero prestado. En 2014 se prestaron 821 millones de euros, un 6% más que en 2013, aunque el número de créditos se elevó un 30%.

El vicepresidente de la asociación Financiación Ética y Solidaria –que elabora el barómetro–, David Díaz de Quijano, explica que estos datos dan idea de la liquidez del sector. “Los datos nos dicen que financian más proyectos aunque de importes más bajos. En un momento en el que todas las entidades tradicionales están estancadas y tienen el grifo cerrado, la banca ética ha aumentado sus operaciones y sus préstamos de forma sostenida”.

En el caso de los clientes, la asociación Financiación Ética y Solidaria, que elabora este barómetro desde hace años, solo tiene datos fiables desde 2012 porque antes se centraban en los indicadores puramente económicos. Desde esa fecha, año en el que se produjo el rescate financiero tras el descalabro de Bankia, las entidades éticas han ganado unos 75.000 clientes: han pasado de llegar a 111.167 personas a 187.383 en el último ejercicio. “Con la información que tenemos, no obstante, sí podemos decir que los clientes se han, como mínimo, duplicado desde que empezó la crisis”, afirma Díaz de Quijano.

El barómetro incluye datos de las cuatro entidades principales de finanzas éticas –Triodos Bank, Fiare, Oikocrèdit y Coop57– y de algunas entidades de impacto local. La crisis de la banca tradicional está detrás de este aumento: “El recelo y la desconfianza de la gente, los casos de mala praxis que no han parado de salir y la sensibilización de la gente son factores que han influido mucho. Hace años nadie hablaba de los bancos en las sobremesas familiares, ahora quien más y quien menos habla de esto”.

Las entidades han intentado responder a este aumento de la demanda. Triodos Bank ofrece ya servicios idénticos a los de un banco al uso y ha ampliado su red de oficinas. Fiare está ya cerca de operar como una entidad cualquiera y ha abierto su primera sucursal propia en España. “No ha habido un traspaso absoluto de clientes, sobre todo porque hasta ahora estas entidades no podían ofrecer todos los servicios clásicos. La mayoría de los clientes mantienen una cuenta en un banco tradicional, pero abren otra en una entidad ética, meten parte de sus ahorros. Algunos, cuando van cogiendo confianza, terminan por mudarse del todo a la banca ética”, explica el vicepresidente de la asociación.

Menos ratio de morosidad

El informe muestra también que la tasa de morosidad de la banca ética está por debajo de la del sector. Según los últimos datos, la morosidad de la banca se sitúa en el 12,51%. Son cuatro puntos por encima de la que registran las entidades éticas, en el 8,17%.

Para Financiación Ética y Solidaria, el tipo de operaciones que centran la actividad de unas entidades y otras marca esta diferencia. David Díaz de Quijano señala que las entidades éticas hacen una evaluación muy estricta de los proyectos que se financian, una evaluación que no es solo económica, sino también social y medioambiental. “Las empresas con más implicación en el entorno son menos rentables pero más estables a medio y largo plazo. Por otro, todos los proyectos que financian son economía real, no hay, por ejemplo, productos financieros complejos”, concluye.

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