A un paso de celebrar el día del trabajo precario
El Primero de mayo se celebra este año bajo la sombra de la última Encuesta de Población Activa. La estadística ha revelado un panorama laboral oscuro: no solo porque la economía española sigue destruyendo puestos de trabajo (184.600 en el primer trimestre del año), sino porque el empleo es cada vez más precario.
En el último año han aumentado las personas con contrato temporal, mientras que han bajado los trabajadores indefinidos. Ahora hay 152.500 trabajadores temporales más que hace un año (la mayoría hombres), pero 208.000 indefinidos menos.
Las medidas aprobadas por el Gobierno para incentivar el trabajo a tiempo parcial han surtido efecto y añaden una vuelta de tuerca a la precaridad de no tener un trabajo “fijo”. Hoy hay 150.000 asalariados con contrato a tiempo completo menos que hace un año. Por el contrario, los contratos parciales han crecido: en el primer trimestre de 2014 hay 46.000 trabajadores con este tipo de relación laboral.
Irene (nombre ficticio), arquitecta de 33 años, es una de las trabajadoras que ha encontrado un empleo a tiempo parcial en el último año. Trabaja en un estudio en el que cobra 500 euros al mes por una jornada de cinco horas al día. “Estuve dos años en Alemania y solo encontraba prácticas. Me volví y encontré esto, sé que no es la mejor situación del mundo pero estoy aprendiendo y me tratan bien. Tengo este contrato porque no se pueden permitir nada más, pero la idea es que si aumenta el trabajo me amplíen el contrato y cuenten con más gente”, dice.
Este va a ser en parte el fruto del pobre crecimiento económico. Habrá trabajo pero no el suficiente para una jornada completa. Así que la solución de tirar de temporales a tiempo parcial es la más segura para un empresario con miedo al futuro.
La jornada a tiempo parcial crece tanto entre los hombres como entre las mujeres, pero siguen siendo estas las que mayoritariamente ocupan estos contratos: de los dos millones de empleos a tiempo parcial, al menos 1,8 están desempeñados por mujeres.
Horas extra gratis
Las horas extra que hacen los trabajadores han aumentado, con un matiz: han crecido las horas extra no pagadas, mientras que las remuneradas han descendido. Así, en el primer trimestre del año el número total de horas extra no pagadas fue de 3.391,6, que son 150 horas más que un año atrás. El aumento se produce íntegramente en las horas extra que realizan los hombres.
Elena es becaria en una agencia de comunicación. Ahora cobra 800 euros por una jornada completa, pero ha pasado por otros puestos donde la remuneración eran aún menor. “Aquí al menos me están enseñando y tengo proyección. Estuve en una multinacional donde trabajaba de ocho de la mañana a seis de la tarde, ganaba menos de 400 euros, tenía responsabilidades propias y nadie me supervisaba”, cuenta esta periodista de 25 años.
Los contratos de prácticas han subido un 54,6% y los de aprendizaje y formación un 55,2% en el último año. Después de la reforma laboral se flexibilizó el límite de edad a la que se podía hacer este tipo de empleos.
Más subempleo
Otro dato que sirve para medir la precariedad es el número de ocupados subempleados, esto es, las personas que desean trabajar más horas, están disponibles para hacerlo y trabajan menos número de horas de las que suele ocupar un trabajador a tiempo completo en su mismo sector. En el primer trimestre del año había 2.429.900 trabajadores subemepleados: 1.359.000 son mujeres y un 1.070.900 son hombres. La cifra es ligeramente menor que la de hace un año, pero significativamente superior que la de años atrás. En 2011, por ejemplo, había 2.188.500 personas en esta situación.
Los dos grupos donde se concentran el mayor número de subempleo tienen perfiles educativos muy dispares: por un lado, las personas con la primera etapa de la educación secundaria terminada (820.100); por otro, las que cuentan con educación superior (776.400). El grueso de subempleo se concentra en el grupo de edad de entre 25 y 44 años.