“Resistencia” al registro de jornada en la banca, el sector con más horas extra no pagadas de sus trabajadores
El registro obligatorio de la jornada entró en vigor hace más de un mes para todas las empresas, el pasado 12 de mayo, pero el sector financiero todavía está negociando con los sindicatos cómo aplicar la medida y parece que va para largo. Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, denuncian que la negociación está siendo “muy complicada” y acusan a la banca y las entidades de crédito de estar “muy reticentes” a cumplir con esta obligación. Fuentes de la patronal de la banca AEB reconocen a eldiario.es que no hay “un escenario de consenso”, pero apuntan que “tampoco podemos hablar de grandes discrepancias”.
Lo cierto es que aún no hay un acuerdo al respecto y que las partes se han dado un límite temporal para alcanzarlo que excede el mes: el 31 de julio, según explican fuentes de AEB y CCOO a este medio. “Esperamos que en las siguientes reuniones podamos avanzar en los temas conceptuales de aplicación y confiamos en poder tener un documento de consenso antes de la fecha límite para ello”, sostienen desde la patronal de banca.
Los sindicatos tienen más interés en que esta implantación pactada llegue a buen término. En primer lugar, porque la regulación del registro de jornada no obliga a que exista un sistema de control acordado, sino solo a que se someta el tema a consulta ante los representantes legales de los trabajadores, como recoge la guía del Ministerio de Trabajo al respecto. Por lo tanto, las entidades financieras pueden implantar el sistema que decidan unilateralmente.
El sector que menos paga las horas extra
En segundo lugar, por el gran número de horas extraordinarias no pagadas en este sector que están en juego, que no son compensadas en tiempo de descanso ni en dinero a los empleados, una práctica ilegal. “Las patronales no reconocen que exista un problema de prolongaciones de jornada brutal y eso está más que demostrado. Parten de un no reconocimiento del problema”, critica Joan Sierra, secretario general de sector financiero de CCOO.
“Es más, en algunos casos nos llegan a decir que les debemos horas. Esto se ha dicho”, añade Sierra, como también dijo hace unos días el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, en una entrevista en El Independiente.
Según la Encuesta de Población Activa, el sector financiero y de seguros es el que más abusa de las horas extra no pagadas que hacen sus trabajadores, un 83,4% del total en 2018. Le sigue el sector educativo (81,8%) y las actividades profesionales, científicas y técnicas (77,3%). La media en todos los sectores de actividad es del 43,8%, lo que supone que cerca de la mitad de las horas extra que realizan los trabajadores no se pagan ni recompensan en descanso.
Si se miran los números absolutos, se trata de 212.825 horas extra no pagadas de media a la semana en 2018 en el sector financiero. “Es comprensible, entendido con prudencia, que el sector financiero tenga resistencia al registro de jornada. Porque les supone renunciar a unos 14 millones de horas productivas trabajadas no pagadas al año. 14 millones de horas al año”, destaca Roberto Tornamira, secretario general del sector financiero, seguros y oficinas de UGT.
“Es mucho dinero, entendemos que cuesta, pero no queda más remedio”, subraya Tornamira, que recuerda que el registro de jornada no es una opción, sino un imperativo legal. Tras la entrada en vigor del registro de jornada, la Justicia europea avaló este control obligatorio de la jornada diaria, tras una denuncia de CCOO precisamente contra una entidad bancaria, Deutsche Bank.
Guillermo, trabajador de la banca, explicó a este medio que los más expuestos a estas extensiones de la jornada habitual suelen ser los comerciales y que están muy normalizadas en general: “Se da por hecho que es así, el banco no abre la posibilidad de que se paguen”.
“Las entidades, muy particularmente las de crédito, han visto que el cambio legislativo y la sentencia amenaza una manera de gestión que era absolutamente injusta, basada en el presentismo y en echar todas las horas que fueran necesarias para alcanzar los objetivos”, explica José María Martínez, secretario general de CCOO Servicios.
Exclusión de trabajadores y registros en papel
¿Cuáles son las diferencias entre la patronal y los representantes de los trabajadores? eldiario.es ha preguntado a la AEB, que no ha concretado cuáles son las medidas que enfrentan a unos y otros y se limitan a responder que en “las reuniones mantenidas hasta ahora se han cruzado propuestas y planteamientos por ambas partes”.
En cambio, desde los sindicatos mayoritarios sí ponen nombre a algunas de las cuestiones que impiden llegar a un acuerdo. Desde CCOO y UGT explican que la patronal financiera está intentando no aplicar el registro a toda la plantilla. “Las entidades nos han planteado exclusiones a que el registro sea universal. Nosotros entendemos que la única que permite la ley y la sentencia es la de la alta dirección”, explica Joan Sierra.
Roberto Tornamira recuerda que la intención de incluir en la categoría de “alta dirección” a más personal del que realmente acoge este título en determinadas cuestiones es “un viejo debate”, pero considera que ya ha sido resuelto por los tribunales y no planteará problemas si los bancos intentan abusar de esta figura. “Un director de una oficina de banca no es alta dirección, lo es un CEO. Ni siquiera lo es un responsable de territorial”, advierte el representante de UGT.
Otro de los focos que enfrentan a las partes es que “en general” las empresas del sector están defendiendo utilizar un control horario en papel, algo “totalmente contradictorio” con la reestructuración digital que está acometiendo el sector, y que está dejando en la calle a gran parte de la plantilla (un tercio en la última década), destacan en CCOO. “Es un poco llamativo e insultante a la inteligencia. En realidad, es que no quieren aplicar” el control, opina Roberto Tornamira.
En UGT también destacan objeciones de la patronal a poner a disposición de la representación legal de los trabajadores la información sobre el registro de jornada, algo obligatorio en la regulación aprobada por el Gobierno. “Nos dicen cosas como que eso vulnera la ley de protección de datos. Parece que además se olvidan del obligado sigilo profesional que tenemos los representantes de los trabajadores y de las empresas”, afirma Tornamira.
CCOO y UGT confían en alcanzar un acuerdo en mesa de negociación, para adaptarse a las diferentes circunstancias de trabajadores y empresas, pero subrayan que, si la patronal no tiene intención de cumplir con la normativa, lo llevarán ante la Inspección de Trabajo y los tribunales.