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Los trabajadores del sector público alemán se ponen en pie de guerra para reivindicar mejoras salariales por la COVID-19

La canciller alemana Angela Merkel.

Aldo Mas

Berlín —

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No pararon los días de medidas más restrictivas contra la propagación del SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19. En una hipotética vuelta de medidas que obligue a la mayoría de la población a quedarse en casa, tampoco pararán.

Son sanitarios, empleados de las empresas públicas de recogida de basuras, de gestión del agua, conductores de metro y autobuses o cuidadores de residencias, guarderías o de escuelas infantiles, entre otros. Para ellos, los aplausos y alabanzas que se les dedicaban a diario entre marzo y abril no son suficiente.

Este mensaje es el que se encarga de transmitir a partir de esta semana el mayor sindicato del sector servicios en Alemania, Ver.di. Esta organización sindical ha animado a los trabajadores a salir a la calle con paros temporales para protestar ante la falta de subidas salariales para 2,3 millones de trabajadores del sector público.

Desde el martes pasado ya se han registrado movilizaciones ante hospitales, empresas de gestión de aguas y guarderías. Son, de momento, manifestaciones pequeñas, compuestas por un puñado de trabajadores que han salido a la calle para protestar con mascarilla y respetando la distancia de seguridad. “De los aplausos no se vive, merecemos mejores remuneraciones”, vienen a decir los manifestantes.

“Lo valemos”, rezaba, por ejemplo, la pancarta que llevaban el martes los trabajadores de las escuelas infantiles movilizados en Gütersloh. Esta ciudad de unos 100.000 habitantes del oeste alemán es una en las que primero se han dejado ver unas movilizaciones que también transcurrían a principios de esta semana en otros puntos del país. Por ejemplo, en las ciudades Duisburgo, Remmscheid o Augsburgo. A finales de esta semana está previsto que Ver.di lleve las protestas hasta Berlín.

“Las movilizaciones se van ir haciendo cada vez más grandes, porque en las reuniones los representantes de las empresas públicas no están haciendo ninguna propuesta”, dice a eldiario.es una portavoz de Ver.di. Frank Werneke, el presidente de este sindicato, ha llegado a acusar a los “empresarios de endurecer el conflicto” con la actitud que han mostrado hasta la fecha.

Para los 2,3 millones de trabajadores por los que Ver.di ha llamado a realizar movilizaciones, Werneke y compañía piden en las mesa diálogo una mejora salarial del 4,8%. Reclaman, como mínimo, una subida de 150 euros mensuales. Se cuentan ya dos reuniones sin resultados ni contrapropuestas de las empresas públicas. De ahí las huelgas temporales y manifestaciones que han empezado a verse estos días.

“En octubre tenemos una tercera reunión, pero nos hemos dicho que ya hay que presionar para que la otra parte haga una oferta”, explica la portavoz de Verd.di que accede a hablar con este periódico. Desde los municipios y ciudades, de los que dependen las empresas de los trabajadores movilizados por Ver.di, señalan que las “arcas están vacías”.

Miles de millones para grandes empresas

Desde la Asociación de Empresas Municipales (VKA, por sus siglas alemanas) se defienden diciendo que, en la presente situación de recesión económica, las ciudades “están sufriendo enormemente por la caída de la capacidad recaudatoria de los impuestos a la actividad empresarial”. Esos son al menos los términos de Niklas Benrath, uno de los responsables de la dirección de la VKA. Pero ese argumento está muy lejos de calar en Ver.di.

“En las negociaciones como las que tenemos ahora, las empresas siempre dicen que las arcas están vacías. En el contexto actual puede ser que haya menos medios, pero no puede ser que los empleados no reciban mejoras”, señala la portavoz del sindicato mayoritario del sector servicios alemán.

El argumento de la falta de medios no convence en Ver.di, entre otras cosas, porque el contexto pandémico ha tenido como consecuencia que miles de millones de euros salidos de las arcas públicas ya hayan servido para socorrer a grandes empresas alemanas. Los 7.000 millones de euros en que están valoradas las mejoras salariales planteadas por Ver.di se quedan cortos respecto a los 9.000 millones de euros empleados por el Gobierno de la canciller Angela Merkel únicamente para rescatar a la compañía aérea Lufthansa.

Reivindicaciones en “mal momento”

La crisis desencadenada por el coronavirus también dejó las arcas de esta empresa vacías. En abril llegó a estimarse que Lufthansa llegaba a perder un millón de euros cada hora. La entrada de los 9.000 millones de euros de dinero público la mantienen, de momento, a flote.

En Ver.di reconocen que dada la recesión que espera vivir la economía alemana este año – se prevé que el PIB germano caiga del orden de un 6% en 2020 –, las reivindicaciones de mejoras salariales “han caído en mal momento”. Pero en Ver.di no son responsables del vencimiento de anteriores acuerdos entre sindicatos y empresas, como ocurre actualmente.

Por otro lado, las cifras del paro, que ha subido de un 5% en 2019 a un 6,4% en agosto del presente ejercicio, también ha llevado a que haya quienes critiquen a los sindicatos por defender mejoras para unos empleados que, supuestamente, tendrían que darse por satisfechos por mantener sus trabajos en el incierto contexto económico actual.

Así, desde el muy conservador e influyente diario Frankfurter Allgemeine Zeitung se ha tachado de “ritual” unas protestas de Ver.di que, al parecer, no tendrían que tener lugar en vista de la “recesión y la pandemia”. Al margen de esos reproches, en el sindicato entienden que sus reivindicaciones cuentan con “la comprensión de los ciudadanos”.

“Estos trabajadores han hecho posible que todo siga funcionando en los días de mayores restricciones de la pandemia”, recuerda la portavoz sindical. Para ella, y para quienes protestan estos días en la calle, ha llegado el momento de que sean remunerados esos esfuerzos y los que pueden llegar si la segunda ola de contagios se complica.

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