Los tractores vuelven a Madrid en una nueva protesta: “En el mundo rural cada vez estamos menos y hay menos recursos”
Los agricultores y ganaderos convocados por la organización Unión de Uniones han vuelto a avanzar por Madrid para protestar por las dificultades que enfrenta el campo. La excesiva burocracia, la competencia desleal internacional o los abusos de la gran industria han reunido en la ciudad a menos personas que en la protesta del 21 de febrero — solo 78 tractores, según la Delegación de Gobierno— y con un ambiente mucho menos agrio que entonces. “En el mundo rural cada vez estamos menos y hay menos recursos”, resumía el sentir general Manuel Cartagena, de 67 años y llegado desde Tobed, en Zaragoza, donde las explotaciones familiares han pasado de las decenas hace cuatro décadas a contarse hoy con los dedos de la mano.
“Nos tenemos que ganar la confianza de la ciudadanía en vez de cabrearla”, ha declarado a elDiario.es Luis Cortés, coordinador nacional de Unión de Uniones, que explicaba la menor afluencia por la fatiga acumulada. Otros asistentes lo achacaban también al buen tiempo, que los agricultores quieren aprovechar para dedicarse a sus explotaciones, mientras que en febrero la lluvia dificultaba el trabajo y permitió que más personas se sumasen a las protestas.
El ambiente ha sido hoy casi festivo, incluso con niños que se subían a los tractores, y donaciones de aceite y sacos de patatas a ONG. Se trataba de una marcha “didáctica”, en palabras de Cortés. El líder agrario, que volvió a posiciones de representación del campo tras cumplir pena por fraude en subvenciones hace ya casi dos décadas, se mostró relativamente optimista con que el Consejo de Ministros flexibilice la aplicación del Plan Estratégico de la PAC de España (PEPAC) y alivie así las necesidades más urgentes del sector agrario, pero avisó de que no se descartan nuevas manifestaciones en abril, en caso contrario.
Unión de Uniones no participa en las negociaciones con el Ministerio de Agricultura en la que sí están Asaja, COAG y UPA, organizaciones mayoritarias. El Gobierno está negociando con ellas una serie de medidas, como la propuesta de exención de los controles de condicionalidad de la Política Agraria Común (PAC), la voluntariedad del cuaderno digital o la creación de una agencia estatal para incrementar la capacidad de inspección y control de lay de la cadena alimentaria.
Optimismo relativo
Otros asistentes eran menos optimistas, empezando por los lemas de algunas pancartas exhibidas. “La agricultura es nuestra sepultura”, avisaba una. “Queremos una agricultura libre, no esclava de la administración”. Esto se mezclaba con la música alegre que emitía una camioneta con altavoces que hizo la Castellana abajo, hasta Atocha, mezclando canciones de Manolo Escobar y el inevitable ‘Tractor amarillo’, entre otras.
“Cada vez nos lo ponen peor”, se quejaba, lejos de la música, Alejandro López, de 29 años y procedente de Nava de Arévalo, en Ávila. “La gente no tira para adelante, no nos dejan de poner papeleos que no sirven de mucho”, lamentaba. Con todo, anunciaba que iba a empezar a criar terneros. “Es que me gusta mucho el campo. Y si va mal, pues mira”, resolvía. “Trabajamos los siete días de la semana. Queremos que no nos lo pongan tan difícil”, convenían Yolanda, de 46 años, y Jesús, de 51, matrimonio venido de Cervera de la Cañada, cerca de Calatayud (Zaragoza), ambos bastante escépticos con que los “acuerdos de unos cuantos” solucionen los problemas del sector.
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