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Los cuidados domésticos también son sociales

La entidad ofrece un servicio adaptado a las necesidades de la persona que requiere el trabajo. / Senda de Cuidados

María Muñoz

Lo que empezó a gestarse desde los movimientos sociales del madrileño barrio de Lavapiés como una forma de autoempleo ha acabado por convertirse en Senda de Cuidados, una asociación sin ánimo de lucro que pone en contacto y gestiona los contratos entre familias y cuidadores para que la atención domiciliaria sea digna, cercana y de calidad para ambas partes. En los casi dos años que lleva funcionando la organización ha gestionado más de 50 contratos con el objetivo de ofrecer unos cuidados y alternativas dignas de trabajo, así como visibilizar la importancia de que estos trabajos también forman parte de la economía.

“Varias personas que procedíamos de diferentes movimientos sociales de Lavapiés, como colectivos por los derechos migrantes o de la lucha por un trabajo doméstico digno empezamos a hablar de que teníamos también que empezar a generar economía para todas las personas involucradas y empezamos a darle vueltas acerca de en qué ámbito podíamos trabajar”, explica Alejandra Villaseñor, una de las impulsaras de Senda de Cuidados.

Tras casi un año de conversaciones dieron con el espacio en el que más experiencia tenían la gran mayoría de las personas implicadas en el proceso y el ámbito donde podían encontrar “oportunidades reales de empleo”: los cuidados en el espacio doméstico. “Nuestro objetivo era también visibilizar esta realidad laboral y reconocerla como parte fundamental de la economía”, señala Villaseeñor.

Servicio personalizado

En un principio barajaron fundarse como cooperativa pero enseguida vieron “que sería mucho trabajo en los comienzos para las personas socias” y optaron por la figura de asociación sin ánimo de lucro. Su trabajo consiste en reunirse con las familias que necesitan cuidados determinados y buscan al cuidador que más se adapte a sus necesidades. “Nosotros nos encargamos después de todos los trámites administrativos y hacemos un seguimiento durante todo el tiempo que la persona está trabajando para la familia”, explica Marta Pérez coordinadora de Sena de Cuidados.

Las personas contratadas están dadas de alta en la Seguridad Social desde la primera hora de trabajo. “Hay gente que nos dice que si el primer mes es de prueba que por qué se le va a dar de alta pero les explicamos que aunque están a prueba están trabajando igual”, subraya Villaseñor, quien explica que a quienes no aceptan las condiciones de la organización rechazan ofrecer los servicios.

Se realizan dos contratos: uno entre las familias y el trabajador y otro entre las familias y Senda de Cuidados. En función de las horas contratadas, se paga una cuota de servicios a Senda de Cuidados que varía entre los 100 y 50 euros iniciales y luego la cantidad varía entre los 30 y 10 euros mensuales. Estas cantidades incluyen la elección del cuidador, los trámites administrativos o supervisión del trabajo, entre otras condiciones.

Cuidados y asistencia en el hogar

Las personas fundadoras estaban especializadas en el cuidado de personas mayores pero con el tiempo se han ido formando en otros ámbitos, como niños o personas dependientes. Además, Senda de Cuidados ofrece de cursos de formación que van desde clases de cocina española, de cuidado a personas mayores, de fisioterapia, de conocimiento del sistema sanitario o cómo favorecer por ejemplo la autonomía de las personas mayores. Los servicios varían entre los cuidados a mayores y niños, asistencia en tareas del hogar, acompañamiento hospitalario o servicios de fisioterapia o terapia ocupacional.

La gran mayoría de las personas trabajadoras son mujeres pero también hay hombres -muchos algunos procedentes del top manta que se está reciclando en el cuidado a personas-. “Tenemos que pensar que hay hombres mayores que se sienten más cómodos si les está cuidando otro hombre, sobre todo, en el momento del aseo”, explica Villamayor.

La organización de la entidad funciona de manera horizontal, a semejanza de una cooperativa. Cada mes se reúne el grupo promotor y cada tres meses la asamblea de trabajadores. “La idea de Senda es que los cuidados sostienen la vida y por ello es imprescindible que por un lado los derechos laborales se cumplan y que por otro los cuidados sean de calidad”, sostiene la coordinadora de la entidad.

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