Fideicomiso por los Niños de México: 24 años ayudando a los más necesitados

Corría el mes de julio de 1994 cuando un empleado del Banco Santander en México propuso que, de forma voluntaria, cada colaborador y/o empleado de la entidad donara una parte de su nómina para ayudar a los niños y niñas de su país en situación de pobreza. Nacía así Fideicomiso por los Niños de México, Todos en Santander, que ha financiado proyectos y fortalecido a organizaciones de la sociedad civil que trabajan directamente a favor de la educación (clases extraescolares; suministro de uniformes, útiles escolares y libros de texto; talleres que promueven la socialización), la nutrición (desayunos, comidas, cenas, diagnósticos de estado nutricional, programas personalizados para prevenir la desnutrición y la obesidad) y la salud (trasplantes de médula ósea, riñón, aparatos auditivos, provisión de equipo especializado y medicamentos, asistencia médica, atención psiquiátrica y psicológica, prevención y atención de adicciones).

El 19 de febrero pasado, la filial mexicana de Santander (@SantanderMX) hacía balance de los últimos 24 años: donaciones superiores a los 123 millones de pesos, 325.462 niños apoyados y 600 organizaciones asistidas en todo el periodo.

En 2019, Fideicomiso apoyará a otras 68 iniciativas sociales con más de 9,4 millones de pesos, de los que la principal partida (4,3 millones) irá destinada a proyectos de salud; 2,9 millones a educación y el resto, a nutrición. Como ya es tradición, cada iniciativa es apadrinada por un empleado del banco. El número de niños beneficiarios ascenderá a 18.000.

En 2017, último ejercicio del que existen datos desagregados disponibles, el proyecto sacó a 27.210 menores de la pobreza, meta acorde con el número 1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS) la Lucha contra la Pobreza. El segundo es Hambre Cero, y en este ámbito Fideicomiso benefició a 5.041 niños y niñas, se mejoró la salud nutricional de 17 comunidades indígenas, se estableció un plan para 3.661 menores, y todo ello favoreció la contratación de 2.772 personas.

Cerca de 9.500 fueron los beneficiarios de los programas que se adscriben al tercer ODS (Salud y Bienestar), epígrafe en el que se incluyen ocho trasplantes de riñón y médula ósea, 32 operaciones de labio y paladar hendido, 182 diagnósticos para detectar fallos renales y 127 intervenciones oncológicas.

Sobre este último punto, se da la circunstancia de que Fideicomiso Santander tiene entre sus proyectos los que gestionan entidades como la Casa de la Amistad y Aquí Nadie se Rinde, que trata o apoya a más de un tercio de los menores con cáncer de México.

En relación al cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (Educación de Calidad), la organización ha ayudado a 12.682 niños y niñas, de los que 4.033 pudieron continuar sus estudios de Primaria, Secundaria y Bachillerato y se capacitó a 4.680 para prevenir el abuso sexual.

Otras entidades con las que Fideicomiso colabora y a las que financia son Fundación Quiera, Fundación Merced, Centro Latinoamericano de Responsabilidad Social (Clares), la Escuela Nacional de Trabajo Social, la Casa Hogar Santa Julia Don Bosco, la Fundación Doctor José María Álvarez, el Centro de Educación Infantil para el Pueblo y la Fundación Santa María de Tepeyac.

Cada uno de los organismos respaldados por Fideicomiso es apadrinado voluntariamente por un colaborador de Santander.

La iniciativa Fidecomiso, junto a otras, ha hecho a Santander acreedora del reconocimiento, por tercer año consecutivo, como el banco más responsable socialmente que otorga la International Finance Magazine. Forma parte, desde su creación, del Índice Sustentable de la Bolsa Mexicana de Valores.

A Fideicomiso, uno de sus proyectos sociales más enraizados, hay que añadir otros como Tuiio, de inclusión financiera. El 91% de sus beneficiarios son mujeres emprendedoras con negocios en zonas con marginación; en un país en el que un tercio de sus ciudadanos está excluido del sistema financiero.