“Vecinificación frente a gentrificación”: reclaman un equilibrio entre el turismo y la vida de barrio en Cáceres

La 'gentrificación' es un fenómeno que ocurre en los cascos antiguos de las ciudades, y provoca el desplazamiento progresivo de los habitantes originarios por la presión del turismo o el asentamiento de vecinos de mayor poder adquisitivo. 

Frente a este fenómeno la Asociación de Vecinos Ciudad Monumental de Cáceres reclama una regulación que garantice el equilibrio entre el crecimiento del turismo y la vida de barrio. Piden una ordenanza en consonancia con las políticas que ya están adoptando las grandes ciudades turísticas del país, pero también las intermedias. 

Apuntan a algunos indicios que les preocupa, como el descenso progresivo de los vecinos empadronados en el barrio de Santiago (han pasado de 1.400 a 1.000 según el último padrón). A ello suman el incremento de apartamentos turísticos y la subida de los alquileres. 

'Gentrificación' y turismo

Manuel Santiago, portavoz del colectivo vecinal, evita hablar de la llegada de la 'gentrificación' a la ciudad y y apunta que se trata de algo que deben aclarar las administraciones. Exigen la elaboración de un diagnóstico previo desde todas las administraciones.

Piensan que es un momento idóneo para abordar el asunto, ante la expansión turística y la adquisición de inmuebles por parte grandes propiedades e inversores extranjeras. 

Con este motivo organizaron este pasado viernes las jornadas “Vecinificación frente a gentrificación. Construyendo ciudad”. Se preguntan cuáles son las estrategias de desarrollo y los planes concretos de las administraciones públicas para el centro histórico de Cáceres ante la llegada de proyectos como el de la Fundación Robert F. Kennedy en el edificio El Madruelo.

Se suma la transformación del Palacio de Godoy en un hotel y restaurante de lujo por parte de una empresa peruana, que invertirá diez millones en este palacio del siglo XVI  propiedad de la Junta.

Han registrado diferentes escritos dirigidos al Ayuntamiento, la Diputación y la Junta, solicitando que hagan pública las estrategias y los proyectos concretos que manejan las distintas administraciones en edificios y espacios públicos del barrio.

“La gentrificación no es una realidad actual en Cáceres” 

El catedrático en Urbanismo de la Universidad de Extremadura Antonio Campesino traslada a este diario que el abandono progresivo de locales y edificios en el centro histórico de Cáceres responde la presencia de inmuebles infravalorados, que necesitan grandes inversiones para el acceso a su habitabilidad, y que no sirven para su puesta en alquiler o compra sin una inversión previa.

Apunta a la presencia de viviendas infravaloradas, muy envejecidas o ruinosas, que se han ido abandonando en un proceso que comenzó en los años 50, y que continúa.

En un estudio que ha encabezado han analizado hasta un centenar de apartamentos turísticos con licencia, y del mismo se desprende que la titularidad de los proyectos son iniciativas privadas de personas de Cáceres. Hay muy pocas empresas, y las que hay también son cacereñas, “mientras que el resto son infraviviendas que estaban completamente deterioradas, que no servían para alquiler, y las iniciativas han consistido en recuperarlas por parte de inversiones privadas, que son personas de Cáceres”. 

Defiende que los apartamentos turísticos no están sino reanimando una realidad que estaba completamente deteriorada “y que era una vergüenza en una ciudad patrimonio mundial”. Así, incide en que estas inversiones particulares, lejos de generar el ascenso de alquileres, están favoreciendo toda la regeneración con el aumento de la limpieza, los servicios o la seguridad.

El concepto de la gentrificación 

El catedrático de la Universidad de Extremadura apunta a que es un concepto que explica la reubicación en estos barrios de unas clases más pudientes, que se trasladan a vivir a esas zonas, y que desplazan a las clases populares  y los residentes tradicionales. “Es un mecanismo que tiene que llevar aparejado un proceso de desalojo social, una rehabilitación urbanística y arquitectónica para renovar formalmente el caserío”. Supone además una renovación funcional, con la llegada de un comercio especializado y servicios para atender a esas clases y la presencia de actividad turística. 

Un fenómeno que viene acompañado de estrategias especulativas, con grandes inversores venidos del exterior que adquieren bloques enteros. De modo que expone que buscar la 'gentrificación' en una escala como la de Cáceres “no tiene sentido”. 

“Esto no es el barrio de La Latina de Madrid, o el Rabal de Barcelona, donde se han producido espacios de tensión y donde efectivamente han surgido razonadamente movimientos ante esta situación. Lugares en los que además la propia administración, dependiendo del talante político, está respondiendo al aumento salvaje de los alquileres y el crecimiento desorbitado de los apartamentos turísticos”.