Aznar le recuerda a la cúpula del PP que él es “presidente de honor”
El conflicto de la participación de José María Aznar en los actos electorales del PP para las elecciones europeas ha quedado resuelto con el cuarto de hora que ha durado su discurso de presentación de Miguel Arias Cañete en un foro periodístico y en el último día de precampaña. El expresidente ha justificado su presencia por la amistad que le une con Cañete, el compromiso con su partido y su vocación europeísta.
Con la asistencia de Soraya Sáenz de Santamaría y los ministros de Justicia, Interior y Agricultura, el PP ha conseguido finalmente la imagen de supuesta unidad entre el partido y el responsable de FAES, después de la polémica por el hecho de que Génova no le hubiera invitado a participar en los actos electorales. Le han escuchado también Javier Arenas y Carlos Floriano aunque Mª Dolores de Cospedal sólo ha permanecido en el acto durante unos minutos. Poco después de hacerse la foto de rigor y repartir saludos, ha salido hacia Toledo para participar en el pleno del parlamento castellano-manchego.
Ante la cúpula del PP y parte del Gobierno, Aznar ha ironizado con que el diputado Rafael Hernando le redujera a “militante cualificado” en plena polémica por su falta de participación en la campaña. Y ha recordado que junto a esa “distinción”, también acumula “la condición de ser presidente de honor”. Una vez reivindicado a sí mismo, el expresidente tenía otro mensaje preparado, esta vez para Alejo Vidal-Quadras. Así, ha dicho que si Cañete fuera candidato de otro partido, él no hubiera participado en el acto.
Las tiranteces con Génova y el plantón al que le sometió el Gobierno cuando presentó su último tomo de memorias no le han impedido presumir de que el PP es el partido de la “integración”. Junto a los elogios a Cañete por su “sobrada solvencia gestora”, Aznar ha recordado cómo juntos superaron “las pruebas de cohesión del PP”.
Cuando le ha llegado el turno al candidato, los elogios han sido devueltos con mucho más entusiasmo. El momento en el que ha quedado más clara la admiración que Cañete siente por el expresidente ha sido cuando ha revelado lo mucho que le gustaban sus discursos. Tanto, que el exministro se los pedía para coleccionarlos después de pedirle que los dedicara y firmara. Ha asegurado que aún los guarda “cerca de su corazón”.
