Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Escasez de plantilla en la Ertzaintza: falta de previsión
La consejera de Seguridad del Gobierno vasco ha informado de que la OPE (oferta Pública de Empleo) de la 28 promoción de la Ertzaintza tendrá 700 plazas, lo que supone un incremento de 200 plazas de las que previamente se habían previsto para este promoción.
El motivo de esta decisión responde a varias circunstancias insoslayables. La principal causa es la falta de recursos humanos existentes en la Ertzaintza, 7.200 en la actualidad, cuando son 8.000 los pactados con el Estado, a las que hay que añadir el absentismo laboral que generan hombres y mujeres que se mueven en una franja de edad entre los 50 y 60 años. Las jubilaciones por edad y por incapacidades permanentes serán los argumentos que esgriman los dirigentes políticos de la Consejería. Pero es radicalmente falso que el problema se derive de esta lógica ecuación. El problema deviene del pasotismo y de la falta de previsión de los distintos responsables políticos que han dirigido la Ertzaintza.
Durante el mandato de Juan María Atutxa y de Jose Manuel Martiarena se encargó un estudio a una empresa externa para que elaborase un informe técnico sobre la relación y valoración de puestos de trabajo, que arrojó unos datos fundamentales para el devenir de la Ertzaintza. En concreto, una figura explicativa piramidal, exponía que en 2021 habría más ertzainas en segunda actividad que en servicio activo. Obviamente ante tal realidad, los representantes sindicales de Er.N.E. nos pusimos en contacto con la Consejería de Interior para abordar lo antes posible este asunto y exigir medidas que amortiguaran esta grave situación.
Pero, claro, para la visión e interés político este era un problema fácilmente extrapolable a los futuros dirigentes de esta Consejería. Y lo cierto es que con la que nos estaba cayendo por culpa de la delincuencia violenta que desplegaba ETA, este asunto se aparcó de forma instintiva e inconsciente. Posteriormente, los diferentes responsables del Departamento de Interior, poco o nada hicieron al respecto, pues lo que es palpable e irrefutable es que tenemos un serio problema sin resolver y ya no vale ir parcheando como antaño.
La señora consejera está realmente preocupada, pues en junio de 2020 el campo de fútbol de San Mames acogerá cuatro partidos de la Eurocopa lo que supone un desafío de seguridad pública de gran envergadura, con una repercusión mediática a nivel mundial. Imágenes como las que se han producido en los últimos acontecimientos futbolísticos en Bilbao no deberían haber sucedido, ni deben suceder más. No es casualidad que esta 28 promoción salga el mes de mayo de 2020 a realizar las tareas de seguridad ciudadana que se les encomiende.
Todos los que componemos Er.N.E. tenemos absolutamente claro que la imagen de la Ertzaintza está vinculada directamente a la percepción que tiene la sociedad vasca sobre la criminalidad y la eficiencia con la que nos enfrentamos a ella, lo cual constituye un instrumento valioso a la hora de tomar decisiones en materia de política de seguridad. Y en este aspecto estamos francamente mal.
La palabra alemana Mitbestimmung (coparticipación, cogestión) resume el sistema de representación sindical que impera en la policía germana desde comienzos de los años 50. Un modelo policial referente para los dirigentes de la Ertzaintza, menos en el plano sindical. “Presentaros a las elecciones políticas”, es la respuesta que recibes cuando planteas esta forma de representación sindical y que tan buenos resultados ha dado donde se aplica. La dignificación laboral del trabajo policial es la Ertzaintza, brilla por su ausencia.
Esta falta de personal afecta sobretodo a las unidades de Seguridad Ciudadana, Investigación y Tráfico. Con continuos cambios de turno de trabajo y llamamientos a trabajar en días libres, con un aumento de las cargas de trabajo, Han impuesto un sistema de trabajo basado en las estadísticas y que nos aleja de la ciudadanía.
Mención aparte merece la formación o, mejor dicho, la ausencia total de la misma.
La seguridad pública vasca está en horas bajas y el descontento de la sociedad es evidente. El incremento de la seguridad privada, es un fenómeno que parece difícilmente reversible y que se encuentra en un proceso de constante expansión en cuanto convergen en la actualidad unas necesidades de seguridad que no son atendidas por los poderes públicos y unos intereses económicos muy relevantes, ya que se trata de una actividad empresarial que mueve diariamente grandes cifras de dinero. Todavía tengo grabadas en mi retina las imágenes de la Gran Vía de Bilbao destrozada producto de los incidentes generados por unos encapuchados y la ausencia absoluta de actividad alguna por parte de la Ertzaintza. Actualmente la gran mayoría de esos negocios están protegidos por seguridad privada. En Er.N.E. tenemos claro y asumido, que hay una calculada decisión política por legitimar la seguridad privada. Sino, desde un punto estrictamente policial, hay actuaciones inexplicables e injustificables. La actuación de la Brigada Móvil en la UPV en la protesta por la elección de la nueva rectora, por estar “atados de manos” como ellos mismos denunciaron y un largo etcétera de situaciones que cualquiera ha podido comprobar.
Aunque parezca increíble en Er.N.E. vemos la necesidad de afirmar la responsabilidad pública del Gobierno Vasco sobre un ámbito tan sensible para los derechos de la ciudadania vasca, como es la irrenunciable misión que tienen las administraciones públicas de protección de los derechos fundamentales y las libertades públicas y del mantenimiento de la seguridad ciudadana. (Art 104 de la CE y 17 del Estatuto de Gernika).
Dentro del escenario del espacio europeo de libertad, seguridad y justicia, la seguridad pública vasca debe articularse de tal forma que consiga la máxima eficacia y eficiencia, desde una perspectiva de seguridad y corresponsabilidad con los ciudadanos, un modelo policial acorde con estas exigencias y totalmente alejado del fracasado convenio firmado en Marzo entre la Consejera de Interior y el Alcalde de Bilbao, para mejorar la cooperación y coordinación entre la Ertzaintza y la Policía Municipal con el objetivo de alcanzar la “máxima eficacia y eficiencia” en el trabajo conjunto de ambos cuerpos en favor de la seguridad en la capital vizcaína y que ha resultado estar vacío de contenido, como así lo denuncian los propios policías vascos (que conste que no se convocó a ningún representante legítimo de los policías vascos en la confección del convenio, la dignificación laboral de los policías vascos vuelve a brillar por su ausencia). En Er.N.E. estamos convencidos de que la consecución de la eficacia policial viene condicionada por la operatividad de las fórmulas de colaboración y cooperación. El complejo modelo policial vasco arriesga mucho con este asunto, y con ello su propia legitimación social y por extensión la credibilidad de la sociedad vasca, porque sin ella, el modelo está fatalmente condenada al fracaso.
Por último, para Er.N.E. el problema de la imagen de la Policía Vasca se dimensiona no sólo como un problema de imagen, sino como un problema de eficacia. La imagen positiva de la policía vasca debe derivar de la dignificación y de la profesionalización del trabajo policial, incardinando la función de la policía vasca en el servicio a la colectividad mediante la provisión de unos servicios de seguridad pública eficaces y eficientes. Se puede decir más alto, pero no más claro.
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