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Equilibrios en el PNV: 'no' rotundo a una posible reapertura de Garoña tras el apoyo en Europa a las nucleares

Entrada de la central nuclear de Santa María de Garoña

Iker Rioja Andueza

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En Castilla y León, Vox -que forma parte del Gobierno autonómico- ha registrado una iniciativa para instar al Estado a analizar la “viabilidad” de una posible “reapertura y puesta en funcionamiento” de la central nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en el valle de Tobalina, una localidad al norte de la provincia de Burgos, muy cerca de Álava. Este reactor, inaugurado en 1971 y gemelo al que se accidentó en Fukushima (Japón), no opera desde 2012 y en 2017 el Ejecutivo central, entonces en manos del PP, ya confirmó su clausura definitiva. Estas instalaciones generaron en su día una gran oposición popular e institucional en Álava. Ahora, el diputado general, Ramiro González, ha puesto pie en pared ante las peticiones de reconsiderar aquel cierre, aunque su partido, el PNV, votó en Europa con la derecha española (PP, Vox y Ciudadanos) a favor de la catalogación de esta fuente de energía como una alternativa “verde” en un contexto de restricciones.

González, que además es natural de Burgos, ha recalcado en una rueda de prensa este miércoles que “no hay ninguna posibilidad” de que Garoña vuelva a ser conectada. “Ya es historia”, ha zanjado sobre un fantasma que ahora ha resurgido de la mano de Vox, que precisamente apela al pronunciamiento europeo sobre las nucleares. La Diputación alavesa, en todo caso, remarca que el reactor burgalés presenta tecnología “absolutamente obsoleta” y que comporta “riesgos inaceptables” a un área con grandes núcleos urbanos como Vitoria, aunque también ha llegado a mencionar Bilbao. “No es inocuo que la ultraderecha gobierne”, ha apostillado un González que, en una entrevista con este periódico, ya mostró su temor a las políticas de Vox en Treviño, un enclave de dos municipios que administrativamente son parte de la provincia de Burgos pero que se ubican dentro de Álava.

Garoña enfrenta a PNV y Vox pero, hace unos meses, ambos partidos fueron de la mano en una polémica decisión del Parlamento europeo para incluir la energía nuclear en el listado de alternativas verdes en el actual contexto de guerra y problemas en los suministros. La formación de Santiago Abascal destaca precisamente esta resolución para justificar su petición sobre Garoña. Los nacionalistas, por boca de su eurodiputada Izaskun Bilbao, alegaron que su postura se debe a “las circunstancias excepcionales que se han creado en el mercado de la energía tras la invasión de Ucrania”. “Obligan a adaptar el plan previsto para abordar la transición energética”, explicaba Bilbao, que tenía claro que “el gas y la nuclear son hoy la opción mas realista para garantizar el suministro cuando las renovables no lo garanticen al 100%”. “No cambian los objetivos climáticos. Solo la forma de lograrlos”, justificó.

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