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Euskadi habilita cuatro hoteles para aislar a los nuevos contagios leves y evitar la transmisión comunitaria

Personal de la Cruz Roja toma la temperatura a un usuario del tranvía de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) dispone de cuatro hoteles -dos en Bizkaia, uno en Álava y otro en Gipuzkoa- para aislar a posibles nuevos contagios de coronavirus o casos sospechosos que no puedan guardar adecuadamente la cuarentena en sus domicilios y que no precisan de hospitalización porque la enfermedad es leve o sin síntomas. Se trata de una estrategia para controlar posibles nuevos brotes y cortarlos de raíz. Este sistema ya está en funcionamiento y, de hecho, tres de los siete nuevos positivos detectados este miércoles en Bizkaia ya han sido enviados a uno de ellos “para un correcto aislamiento”.

Según ha explicado la consejera de Salud, Nekane Murga, esos centros son el Gran Hotel Lakua de Vitoria -que ya fue utilizado como centro medicalizado en marzo y abril sin que todavía se conozca el coste de ese servicio-, el Hesperia y el Seminario en Bizkaia y el Atalaya Bidasoa de Irún. También son utilizados para el descanso de profesionales sanitarios que deseen no regresar a sus domicilios por seguridad, como ha venido ocurriendo en las últimas semanas. Murga ha indicado que esta oferta se irá “dimensionando” en función de las necesidades y ha indicado que se valora para ordena un traslado las condiciones de la vivienda propia o posibles riesgos en el entorno familiar.

Murga ha explicado que los nuevos contagios parecen controlados y que no existe ya transmisión comunitaria. Ha indicado que en las residencias de ancianos se detectan solamente entre 0 y 2 casos diarios, que las bajas entre sanitarios infectados se han reducido a unas 420 -ha dado a entender que las altas crecen a un ritmo del 20% diario- y que el incremento de las actividades sociales y en las empresas no ha supuesto brotes. “La tendencia va a la baja. Estamos en una fase de contención. Somos positivos. Nos estamos preparando para seguir avanzando”, ha explicado la consejera dando por hecho el salto el próximo lunes a la fase 2 y, además, con la intención de que el interior de bares y restaurantes tengan más aforo que el que propone el Gobierno central para garantizar un mejor “negocio” para los hosteleros.

“Lo importante son las distancias entre comensales y entre mesas. La diferencia entre un 40% y un 50% a la hora de abrir en hostelería y hacer su negocio puede ser relevante. Con responsabilidad y distancia el riesgo no aumenta”, ha argumentado Murga. Lo que no queda claro es si se autorizarán o no reuniones en domicilios de familias o grupos de amigos. Este jueves la propia consejera y la comisionada por el lehendakari, Iñigo Urkullu, para gestionar la desescalada, Arantxa Tapia, mantendrán un encuentro bilateral con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para valorar estas cuestiones.

Nueve contagios, tres fallecidos

Los nuevos contagios de COVID-19 en Euskadi son nueve -siete vizcaínos, dos alaveses y nuevamente ningún guipuzcoano- y los positivos totales llegan ya a 19.146 al irse registrando también infecciones antiguas ahora detectadas con test serológicos de anticuerpos. No hay desglose por territorios, ni de positivos totales ni de fallecimientos. En Euskadi ha habido ya 1.483 defunciones durante la pandemia, tres de ellas en las últimas 24 horas. 38 personas continúan en la UCI y 333 hospitalizadas. Ocho personas fueron ingresadas en las últimas horas. 16.965 personas constan como altas o recuperadas, el 88.6% del total, mientras que los casos activos caen a un mínimo de 698. El denominado R0 -positivos derivados de cada caso- baja hasta 0,69. Murga ha advertido de que pueden darse “dientes de sierra” pero que la tendencia a la mejoría es imparable. Se pueden consultar todos los datos aquí.

La consejera ha ofrecido una rueda de prensa en la sede central del Gobierno vasco en Lakua -la primera presencial en meses y a la que ha acudido con mascarilla- y ha informado de manera genérica sobre algunos de los programas de diagnóstico a sectores críticos como los profesionales de Osakidetza, trabajadores e internos de residencias de mayores, policías y bomberos o pescadores. En el ámbito sanitario ha hablado de 46.407 PCR realizadas y 39.803 test rápidos. Ha aludido a un 5,45% de positivos con PCR, lo que arrojaría un dato aproximado de 2.529 casos, si bien un informe al que accedió este periódico hace ya varias semanas apuntaba a cuanto menos 3.000 casos. Es más, el estudio de seroprevalencia realizado en los centros de salud y hospitales de Álava eleva la incidencia de la enfermedad al 10,36%. Preguntada por datos concretos, Murga no los ha ofrecido, aunque sí ha indicado que las bajas actuales entre los 35.000 sanitarios rondan las 420.

Las concreciones son aún menores en residencias. Se han hecho 22.024 test a trabajadores y 20.000 a residentes. Pero ha remitido a las diputaciones para ofrecer los datos, que siguen un criterio dispar a la hora de dar la información. Sólo ha dicho que los nuevos contagios son “realmente muy pocos”, no más de dos diarios en las peores jornadas.

En el caso de la Ertzaintza, donde ya se identificaron hasta dos centenares de positivos en el peor momento de la pandemia, se han hecho estudios serológicos a 4.788 agentes, el 60% de la plantilla. “Menos de un 5%” ha dado positivo en anticuerpos y no hay nuevos contagios detectados con PCR. Pero, de nuevo, no hay cifras detalladas. Lo mismo con los Bomberos o los agentes de los cuerpos locales. “Inferior al 5%” entre los 1.500 bomberos y “menos del 4% entre los 3.000 municipales. En la pesca sí hay detalle del resultado del barrido a 750 'arrantzales': ”Ni un solo positivo“. En cuanto a las cárceles, son 1.630 las pruebas practicadas y los resultados arrojan casos en un porcentaje ”inferior al 1%“.

“Estos datos se van a publicar pero cuando tengamos el análisis en conjunto”, ha justificado Murga, que ha dicho que los cribados se ampliarán a otros 8.000 casos sospechosos de COVID-19 no diagnosticados en su momento -ya hubo una primera tanda de más de 4.000- y a sectores como farmacéuticos, dentistas, personal de ayuda domiciliaria, etc. Ha indicado que las pruebas se hacen una vez pasados un mínimo de 40 días desde que se identificaron los síntomas por tener en ese momento mayor “sensibilidad” los test empleados.

¿Cómo fabricar una mascarilla casera?

Por otro lado, Murga ha explicado que algunas mascarillas caseras sí pueden servir para cumplir las medidas preventivas exigidas desde este jueves en toda España. Ha aludido a protecciones hechas con dos telas de algodón con una de celulosa en medio. “Puede tener buena capacidad de filtrado. Pueden ser una opción válida para la población”, ha indicado.

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