Una panda muy solidaria
“Tienes menos detalles que el salpicadero de un Panda”, solían bromear los jóvenes de hace algunas décadas en referencia a la simpleza de un vehículo utilitario icónico como fue el Fiat o Seat Panda. Ahora, muchos años después y con la colonia de ‘pandas’ en peligro de extinción, varios locos del motor se han prometido demostrar que estos clásicos populares no sólo son detallistas, sino también solidarios. El 26 de marzo arrancará la sexta edición del rali Pandemonium, que recorrerá durante una semana varios cientos de kilómetros por la Marruecos más profunda y que compaginará la velocidad (moderada) con el reparto de material de todo tipo por las aldeas que cruza la carrera.
Detrás del Pandemonium está Joseba, un hombre de Zamudio que ama Marruecos y coordina un “club deportivo de amigos” que prepara al milímetro el viaje, la competición y la búsqueda de fondos y material para llevar a cabo las iniciativas sociales. Se entrevista con eldiarionorte.es en Vitoria, una de sus muchas paradas en las semanas previas a la aventura. En su agenda se agolpan las reuniones de última hora para que la edición de 2017 vaya sobre ruedas.
El Pandemonium no es la única prueba de clásicos populares en el norte de África. Desde hace varios años una miríada de ‘cuatro latas’ (los Renault 4L) parte de Francia, cruza toda España y se adentra en Marruecos. También parte desde Madrid el Panda Raid, una versión española que suple un icono galo por otro que en realidad es italiano, el Panda. “Pero esos ralis tienen un enfoque comercial. ¡Bajan 1.400 4L a Marruecos! Usan el componente social como reclamo pero aquello es ya un negocio”, se queja Joseba.
Los “amigos” del Pandemonium son 20 pilotos y sus acompañantes. Es el mínimo para tener una infraestructura de carrera adecuada (médicos, sistemas de localización y vehículos de apoyo, sobre todo) y lo máximo para que una pista marroquí no se convierta en la M-30. Este 2017 competirán un buen número de equipos vascos pero también “un matrimonio de jubilados de Almería” o “un hombre de Madrid que lleva cuatro años, desde que el chaval tenía 11, trayendo a su hijo como premio si estudia”.
La ‘licencia’ cuesta unos 2.250 euros el primer año, aunque la inscripción tiene descuento para los participantes que repiten, para los más rápidos de la edición anterior y, por supuesto, también para los más solidarios. “No sólo se busca correr”, remarca Joseba mientras apura un café. Además, “hay equipos que vienen a gastos pagados gracias a pequeños patrocinadores”, tanto privados como institucionales.
El Fiat Panda nació en 1980 y fue un pelotazo, con 4,5 millones de unidades vendidas hasta 2003, cuando fue sustituido por una versión moderna con el mismo nombre que hoy lidera las ventas en Italia con permiso del ‘cinquecento’ del siglo XXI. En España, donde Seat comercializaba los modelos de la automovilística de Turín, el Seat Panda existió hasta 1986.463.418 unidades salieron a la carretera desde la factoría de Martorell. La compra de Seat por parte de Volkswagen revolucionó el mercado europeo y en España se vendió aterrizó el Fiat Panda original pero también el derivado español, el Seat Marbella, que rozó las 600.000 unidades. Hay decenas de versiones del Panda, desde la furgoneta de reparto Trans hasta el papamóvil (o ‘pandamóvil’) pasando por los descapotables que se alquilaban a los turistas en Mallorca o los 4x4 que aún hoy pueblan los aparcamientos italianos.
¿Por qué Pandas? “Es un icono y además son coches sencillos y económicos. Se reparan fácilmente al no tener electrónica. Además, son durísimos, van muy bien fuera del asfalto”, explica Joseba, que incide en que Marruecos no es sólo asfalto sino también montaña y hasta nieve en la zona del Atlas. Pero matiza que el éxito de este tipo de pruebas ha creado una cierta “burbuja” con los Pandas-Marbellas en España. En portales de Internet especializados hay a la venta vehículos más caros incluso que el modelo moderno.
Por ello, el Pandemonium no es estricto y admite vehículos “similares” más allá de los Pandas y Marbellas. “Han subido mucho de precio y nosotros tendremos como 10 Marbellas y 5 Pandas, pero también tenemos varios Peugeot 205, un par de Suzukis y este año un Citröen AX”, enumera. ¿La condición? Que tengan más de 20 años y que no pasen de 60 CV. “Pedimos simpleza mecánica”, sintetiza.
El rali arrancará el 26 de marzo cuando los vehículos embarquen en un ‘ferry’ desde Tarifa hasta el puerto de la ciudad de Tánger. Allí les espera un camión en el que descargarán todo el material que los pilotos llevarán en sus vehículos. “Es para que los coches vayan más ligeros en la competición. Sin tanto peso, hay menos riesgo de quedarse atrapado en el barro”, explica Joseba.
Pero hasta Tánger los Pandas irán colmados. Incluso con bacas. “Llevamos juguetes, ropa de abrigo, comida y material escolar. Pasamos por aldeas y entregamos directamente esas cosas a los niños o a sus padres. Lo hacemos sin intermediarios para evitar que el material pueda ser revendido, como ocurre muchas veces”. Las etapas se acompasan con entregas y estancias en los pueblos del recorrido. “La gente allí no tiene nada, pero te lo da todo. Marruecos es un país muy especial y una vez que lo conoces es imposible no volver”, reflexiona Joseba.