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Urkullu pone en valor el Estatuto de Gernika en su 40 aniversario y prioriza completarlo a su reforma

Urkullu, en un acto con niños y juguetes de Lego

Iker Rioja Andueza

Cuando Iñigo Urkullu llegó a Ajuria Enea en 2012, la demanda de un “nuevo estatus político” para Euskadi, un nuevo encaje en España, era recurrente en el discurso del Gobierno vasco. Ahora, siete años después, tras las crisis catalana y con el PSE-EE en el Ejecutivo junto al PNV, el objetivo de “más autogobierno” sigue estando formalmente sobre la mesa, pero mucho más bajo en la lista de prioridades. Según el resumen del discurso que Urkullu pronunciará este viernes en el Parlamento como arranque del pleno de política general, un documento que ha sido enviado a la Cámara este martes, lo primordial es completar las transferencias pendientes del Estatuto de 1979, un calendario ahora bloqueado por la ausencia de Gobierno en España y que se retrasará todavía más por la repetición electoral.

El lehendakari hará un recordatorio de que el próximo 25 de octubre es el cuadragésimo aniversario aniversario del Estatuto de Gernika, que posibilitó la “institucionalización del país” y “alcanzar las cotas de bienestar, calidad de vida y confianza institucional más elevadas de nuestra historia”. Sin embargo, el nacionalismo hace años que no celebra esta fecha -de hecho, se derogó el 25 de octubre como festivo a la llegada de Urkullu al Gobierno- y tampoco hay previstos actos institucionales este año.

Sobre la reforma estatutaria, PNV y EH Bildu alcanzaron un acuerdo de marcado acento soberanista en 2018, pero la propuesta fue trasladada a un grupo de expertos que llevan varios meses trabajando en un borrador que, tras la última prórroga, debería estar listo este otoño. En paralelo, Urkullu dijo justo en el pleno de política general del pasado año que se texto debería ser ampliado para incluir a los no nacionalistas en la construcción del país. Ese grupo se ha reunido esta semana. En su resumen del discurso, Urkullu se limita a constatar estos hechos y en indicar que el objetivo final es “profundizar” en el autogobierno.

En el que será el último pleno de política general de la legislatura y con la incógnita de si se adelantarán o no las autonómicas, Urkullu hará también balance de su gestión. “Los 150 compromisos de nuestra programa están en marcha”, hará saber al hemiciclo, donde enumerará una serie de planes de todo tipo. Los tres retos que se ha fijado el Ejecutivo es la lucha contra la “emergencia climática”, afrontar el invierno demográfico e impulsar la digitalización de Euskadi. También hablará el lehendakari de políticas sociales y enfatizará que el 75% del presupuesto está destinado a áreas como Educación o Sanidad.

Como es costumbre, Urkullu reservará un espacio en este pleno a ETA, aunque ahora ya a la gestión de su final. El lehendakari, mirando a EH Bildu, plantea “una reflexión crítica global sobre el pasado”. Quiere que “por primera vez todas las fuerzas políticas” hagan un reconocimiento de lo ocurrido y “explícitamente” de la violencia de ETA.

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