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Gasto y deuda históricos, más gasto sanitario por la COVID-19 y el triple de fondos para el PSE-EE: el presupuesto vasco de 2021 en ocho claves

Pedro Azpiazu, con el portavoz del Gobierno, Bingen Zupiria

Iker Rioja Andueza

15 de diciembre de 2020 18:27 h

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El Gobierno de Iñigo Urkullu, representado por el consejero de Economía y Hacienda Pedro Azpiazu, ha presentado este martes el proyecto de presupuestos de cara a 2021. Lo hace dos meses más tarde de lo que es habitual y el Parlamento no dará el visto bueno a las cuentas hasta el 11 de febrero. En esos 42 primeros días estarán prorrogadas las de 2020. El Ejecutivo alega que el proceso se ha acortado de seis a cuatro meses y que llega como colofón a decenas de medidas aprobadas en los primeros cien días de la legislatura. La cifra final de las cuentas, 12.442 millones de euros, es la más alta de la historia en plena crisis motivada por la pandemia de la COVID-19. Además, no incluye los anhelados fondos europeos. Aquí ocho claves de la ley más importante cada año.

1 - Subida millonaria y máximo histórico de gasto

Las cuentas de 2021, con 12.442 millones de euros, representan una subida del 5,7% con respecto al presupuesto aprobado para 2021. Es una subida de 668 millones. El Gobierno apunta que el “presupuesto operativo” -descontadas las operaciones financieras- crece incluso más, un 7,1%. Sin embargo, el crecimiento es menor si se compara con el presupuesto modificado a noviembre de 2020, fijado en 12.143 millones según los más recientes informes de ejecución. “Es un presupuesto ambicioso, el más potente con el que ha contado nunca el Gobierno vasco y que permite encarar el año con la fuerza suficiente para hacer frente a la crisis económica y sanitaria generada por la pandemia”, lo ha definido Azpiazu, que ha destacado que viene “sin recortes” y “lejos de las austeridad”.

2 - Salud a la cabeza y plan COVID-19 de más de 500 millones

El Departamento que más crece en millones de euros es el de Salud. Gana 236,5 millones de euros, un 6%, y la consejera Gotzone Sagardui gestionará 4.184 millones. Tres cuartas partes, 3.216 millones, se los lleva el mantener en marcha la enorme maquinaria que es Osakidetza, que copa 216 millones, casi toda la subida. Porcentualmente, en cambio, hay cinco áreas del Gobierno con más subida. Educación suma 3.108 millones en 2021 y Trabajo y Empleo 943,8. Casi ocho de cada diez euros son para gasto social, repite el argumentario del Ejecutivo. Las cuentas incorporan, además, un plan de choque contra la COVID-19. Está dotado con 542,8 millones de euros. De ellos, 185 los gestiona directamente Salud para “refuerzo de personal”, “ambulancias”, “inversiones” o “material” y el resto son fondos para Educación, ayudas al alquiler o de conciliación, complementos de los ERTE o planes de estímulo para comercio, hostelería o cultura. De los 542,8 millones, 140 quedan bloqueados como “fondo de reserva”, una partida “reservada para posibles imprevistos en el ejercicio 2021, para actuaciones extraordinarias”.

3 - Deuda también histórica... pero barata

Si el presupuesto de gasto es el más alto de la historia, también es la cantidad de deuda que colmata el apartado de ingresos. Son 2.552,4 millones de euros, casi tanto como las partidas de Educación y Osakidetza y cinco veces la RGI. La partida se divide en 1.784 millones de nuevas emisiones y 767,8 millones de amortizaciones de créditos anteriores. En 2019 y 2020 las cuentas se pensaron en clave de déficit cero, pero la caída de ingresos de la pandemia ha llevado a renegociar la regla de gasto. El marco de 2021 es del 2,2% del PIB. “Unido al crecimiento esperado de las aportaciones [conforme mejore la pandemia en los próximos meses] garantizan ingresos suficientes para elaborar un presupuesto sólido”, ha explicado Azpiazu. Y ha añadido dando por enterrada la política de austeridad que marcó la anterior crisis económica: “La situación requiere endeudamiento”. El hombre de los números del Gobierno vasco ha dado dos argumentos para defender esa estrategia: 1) Euskadi estaba saneada antes de la pandemia y puede hipotecarse (ha hablado del 16,9% sobre el PIB) y 2) “los tipos de interés no son nada difíciles de soportar”. El consejero ha bromeado con que ha consultado este martes el precio del bono a diez años y ha asegurado que el interés era incluso negativo, del -0,03%. De cara a 2022, Azpiazu ha dicho que le parece “un futuro excesivamente lejano” pero sí que ha asumido que todavía habrá que mantener el déficit en niveles más altos a los momentos previos a la pandemia.

4 - Sin saber el dinero que llegará de Europa

Euskadi ha presentado un presupuesto expansivo sin los fondos que espera captar del programa 'Next Generation EU' de la Unión Europea. Azpiazu se ha felicitado por huir de los recortes “sin contar con la adicionalidad” del maná comunitario. No obstante, el texto articulado de la ley de presupuestos incluirá habilitaciones específicas para captar las ayudas y ajustarlas al marco propio vasco. El 29 de diciembre se aprobará un listado que se enviará al Gobierno central. El plan se llamará Euskadi Next 2021-2026 y enganchará con el programa propio de reactivación, bautizado como Berpiztu. Ha dicho el consejero que hay que pensar más “en clave de país” y no tanto en quién pide o gestiona las ayudas.

5 - Fuerte subida del PIB y del empleo, pero sin llegar al nivel de 2019

Un apartado habitual de los presupuestos es el cuadro de indicadores macroeconómicos del año en curso y del ejercicio anterior, así como la hipótesis de cara al siguiente. Euskadi confía en que 2021, el año de la vacuna de la COVID-19, el PIB suba un 8,9% como reacción a la caída del 10,1% que se prevé para 2020, el año de la pandemia. Antes del coronavirus Euskadi creció un 2,2%.En cuanto a la tasa de paro, se aspira a un 10,7% en 2021, por encima del 9,8% con el que se cerró 2019. El consumo debería repuntar también un 8,9%.

6 - RGI y funcionarios

La letra pequeña de los presupuestos recoge dos subidas de calado. La primera es del 0,9% y se aplicará a la nómina de los 70.000 funcionarios y empleados públicos que, aproximadamente, dependen de la Administración autonómica. Los gastos de personal serán de 2.363,8 millones en 2021, 130 millones más que en 2020. Otros 'asalariados' son los perceptores de la renta de garantía de ingresos (RGI), personas sin recursos o con nóminas y pensiones bajas. En noviembre eran exactamente 54.408 las unidades de convivencia que dependían de las prestaciones de Lanbide. El 44,7% son parados, el 23,8% pensionistas que necesitan un complemento, el 18,2% trabajadores en precario y el 13,3% inactivos. Para ellos la subida será del 1,8%. Azpiazu argumenta que va en línea con la revalorización del ingreso mínimo vital. El año pasado subió un 4%. ¿Cuánto supone en dinero? La prestación básica pasaría en 2021 de 694 euros a 706 euros. Sin embargo, si los diferentes recortes en este sistema no hubieran desvinculado la RGI del salario mínimo interprofesional o introducido rebajas lineales del 7%, en 2020 esa cuantía ya estaría en 924 euros. La partida para la RGI -incluidas las ayudas de vivienda o PCV- es de 459,5 millones de euros, 10 más que el pasado ejercicio. No obstante, es una cifra orientativa ya que, por ley, el Gobierno tiene que pagar la ayuda a todo aquel que tenga derecho a ella.

7 - El PSE-EE triplica su peso en el presupuesto

Los socialistas no salieron de las elecciones de julio con el crecimiento que esperaban, pero sí con la certeza de que esta vez sus escaños garantizan a Urkullu mayoría absoluta. En el cuatrienio 2016-2020 los tres consejeros del PSE-EE, Iñaki Arriola, María Jesús San José y Sonia Pérez (sustituyó a Alfredo Retortillo mediada la legislatura) gestionaron aproximadamente el 4% del presupuesto. Ahora eso ha cambiado y salta a cerca del 15%, prácticamente el triple. La representación del partido menor de la coalición ahora la encabeza Idoia Mendia con rango de vicelehendakari segunda y le acompañan Javier Hurtado y de nuevo Iñaki Arriola.

8 - “Tenemos la mayoría absoluta”

La gran diferencia del año pasado a éste es que, tras las elecciones, el Ejecutivo que sostienen PNV y PSE-EE dispone de mayoría absoluta. En el anterior cuatrienio Urkullu se apoyó los dos primeros años en el PP de Alfonso Alonso, después de la moción de censura de Mariano Rajoy lo intentó sin éxito con EH Bildu y acabó cerrando la legislatura con parte de Elkarrekin Podemos, con Podemos y con Equo. Ahora no necesitan a nadie. Pero Azpiazu ha prometido “estar con todos” en enero. Además, ha asegurado que el proyecto es prácticamente inmejorable: “Esto no es una bilbainada. Es difícil decir que no a estos presupuestos”. Pero asume que afrontan la negociación con otro espíritu que en ejercicios anteriores. “Si no, tenemos la mayoría absoluta”, ha admitido. Y, si pudiera elegir socio, ¿cuál sería? “PP, Podemos o EH Bildu parte en la misma 'pole position'”, ha enfatizado el consejero de Economía y Hacienda sin citar a Vox, aunque ha remarcado la obviedad de que en 2020 ellos pactaron “con el otro Podemos”, con un partido que ha cambiado de líderes y de estrategia de manera clara.

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