El informe final de Educación eleva a 41 los positivos que se detectaron en el brote del colegio negacionista de Álava
Los datos definitivos sobre el brote de COVID-19 en el colegio Geroa Waldorf del pequeño pueblo de Trocóniz, ubicado a unos pocos kilómetros de Vitoria pero en el término municipal de Iruraiz-Gauna, revelan que los casos positivos totales fueron 41. Se desglosan en 32 estudiantes y 9 profesores. La cifra que se había manejado inicialmente era la de 36 infectados. Los casos se dispararon en noviembre -25 del 9 al 20 de ese mes- y ello motivó la clausura del centro educativo entre el 23 de noviembre y el 1 de diciembre. La Fiscalía mantiene abierta una doble investigación sobre este colegio ya que desde el inicio del curso académico 2020/2021 se mostró reacio al cumplimiento de los protocolos sanitarios y, en concreto, al uso obligatorio de mascarillas.
A instancias de la representante de EH Bildu María Garde, el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, ha enviado al Parlamento Vasco algunos datos adicionales sobre lo ocurrido en este colegio negacionista. Educación se ratifica en que en ese colegio se dieron “incumplimientos reiterados por parte de los titulares” en relación con “la obligación del uso de mascarillas”, tanto en el caso del alumnado como en el del claustro. Fueron “diversas” las “visitas” de inspección giradas entre septiembre y noviembre y, ante los problemas que no se corregían y en vista de que el número de contagios se disparó en noviembre, en pleno pico de la segunda ola, se optó por dar traslado del asunto a la sección de menores de la Fiscalía de Álava.
Bildarratz asegura que no es posible enviar al Parlamento los informes de los inspectores ya que “los apercibimientos de los incumplimientos han sido orales”, si bien sí especifica que en Geroa Waldorf no se disponía de un plan de contigencia, que tuvo que ser reelaborado a instancias de Educación, y que posteriormente no se aplicó. El colegio “no veló por la protección de la salud de los alumnos y alumnas, así como de los trabajadores del centro” y, en definitiva, “puso en riesgo el derecho a la educación presencial del alumnado”, ya que el súbito incremento de casos -32 estudiantes son más de un 25% de los aproximadamente 120 alumnos totales- motivó el cierre total del colegio, una medida excepcional en un primer trimestre en el que se ha optado por suspender la actividad únicamente en las aulas con varios casos. Bildarratz remarca que en apenas unos días, del 9 al 20 de noviembre, “se conocieron 25 casos de positivos en COVID-19 distribuidos por todos los niveles y afectando tanto al alumnado como al profesorado”.
Esta escuela es privada concertada, por lo que recibe fondos públicos, exactamente 307.452,04 euros en el curso anterior. En estas últimas semanas se ha conocido la dimisión de la directora, que incluso pretendió continuar las clases con normalidad cuando ya el brote era una realidad. “Las ganas de volver a la normalidad han hecho que quizá nos precipitáramos en el comunicado que os enviamos el pasado viernes”, terminaron por asumir desde el claustro cuando las autoridades sanitarias dieron la orden de bajar la persiana. En otros correos electrónicos remitidos a las familias se comparaba la pandemia con los problemas que se generan todos los otoños -“Estamos en plena temporada de gripes, resfriados, dolores de barriga, ...”- o se pedía “discreción” sobre lo que estaba ocurriendo.
Según explicaron a este periódico fuentes judiciales, la Fiscalía tiene abierto un primer expediente sobre protección de menores y unas segundas diligencias penales ordinarias por si lo ocurrido pudiese ser constitutivo de delito. El ministerio fiscal ha encomendado a la Ertzaintza la elaboración de un informe sobre los hechos en calidad de Policía judicial. Salvo algunas incidencias al inicio del curso y el caso de un centro de Eibar y uno de los edificios de un instituto en Beasain, el de Geroa Waldorf ha sido la excepción en un trimestre que, según Bildarratz, se ha desarrollado dentro de la normalidad posible en medio de una pandemia.
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