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'Lemoiz gelditu', el mural en contra de la central nuclear vizcaína pintado en los años 80 que se expone en el Museo Bellas Artes de Bilbao

El mural 'Lemoiz gelditu'

Maialen Ferreira

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Tardaron dos días en finalizar la obra. Exactamente, los días 8 y 9 de noviembre de 1980. Ahora, 40 años después, el mural 'Lemoiz gelditu' (Lemoiz paralización), creado en contra de la central nuclear del municipio vizcaíno por los artistas Vicente Ameztoy, José Luis Zumeta y Carlos Zabala “Arrastalu” forma parte de una exposición del Museo Bellas Artes de Bilbao. La obra ha sido presentada este lunes por el consejero de Cultura y Política Lingúística del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria; el director del museo, Miguel Zugaza; el comisario, Iskandar Rementeria, y el único de los artistas que aún vive, Carlos Zabala “Arrastalu”.

El origen del mural tuvo lugar en torno a los 'Herrikoi Topaketak' (Encuentros populares) que, organizados por los Comités Antinucleares de Euskadi y la Comisión de Defensa de una Costa Vasca No Nuclear, se celebraron en tres pabellones de la antigua Feria Internacional de Muestras de Bilbao. A lo largo de aquellas dos jornadas, y en un ambiente de reivindicación colectiva contra los proyectos de nuclearización del País Vasco en general, y bajo la “consigna concreta” de paralizar la central nuclear de Lemoiz (Bizkaia), los encuentros ofrecieron música, teatro, bertsolaris, cine y muestras de arte y artesanía.

Los artistas Vicente Ameztoy, José Luis Zumeta y Carlos Zabala “Arrastalu” fueron invitados al evento, en el que utilizando un andamio y frente al público, pintaron el mural que mide 5 x 8 metros y cuenta con 12 paneles. Tras los encuentros, el mural permaneció en unos locales sindicales de Erandio hasta que, a principios de los años 90 la Fundación Gezia de Bilbao se hizo cargo de él. En 2016 Gezia lo cedió a la Fundación Andikona 1936 de Otxandio y el mural, restaurado por Zumeta, quedó en la escuela de esa localidad hasta que, ahora, ha pasado a formar parte de la colección del museo gracias a la donación reciente del movimiento antinuclear vasco.

Concebida con un evidente propósito crítico, la composición remite al lenguaje figurativo que transformó el arte vasco de la década de los setenta incorporando referentes socioculturales contemporáneos como la bombilla-ojo del Guernica –que, como en el cuadro de Picasso, ocupa el centro de la composición– o la imagen del logo antinuclear creado por Chillida en 1974.

Ese año, el escultor vasco había diseñado el logotipo de la campaña “por una Euskadi no nuclear”, que fue difundida en pegatinas con el lema “Ez, ez, ez, Zentral nuklearrik ez”,sufragadas por el pintor Rafael Balerdi. La imagen, que terminó por convertirse en símbolo del movimiento antinuclear vasco, aparece junto a una cartel con el lema “Lemoiz gelditu” (Lemoiz paralización), enlazado en los anillos de las serpientes del primer plano. Los dos reptiles, pintados por Arrastalu, están dispuestos sobre una mesa cubierta por un paisaje idílico de suave orografía, salpicado por praderas arboladas, metas y caseríos –que recuerdan la poética naturalista de Ameztoy–, que perturban con su amenazante presencia.

En palabras del artista Carlos Zabala “Arrastalu”, los reptiles son “metáforas de los entonces nuevos y sibilinos mecanismos de control social”. En la obra, en torno a una mesa aparecen doce personajes masculinos que representan los poderes político, económico y militar. De semblante siniestro, y en algunos casos deformado según la gestualidad expresionista de Zumeta, observan con frívola complacencia –uno de ellos lleva en sus manos el hongo de una explosión nuclear– la destrucción del territorio y de sus recursos por parte de las dos voraces serpientes que, en sus cuerpos entrelazados, portan las banderas española y norteamericana.

Preside la reunión el entonces presidente de los Estados Unidos de América, Ronald Reagan, que porta el clásico sombrero del Oeste americano. Frente a él, y de una chistera decorada con barras y estrellas, sale el personaje del entonces presidente del gobierno español, Adolfo Suárez.

La exposición que se encuentra en la sala 32 del museo vasco, está comisariada por Iskandar Rementeria, investigador en arte, músico y docente de la UPV/EHU. En ella, el mural se muestra en relación con otros materiales producidos por aquel contexto.

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