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“Amazon supone la ruina para el sector librero”

Amazon, la empresa de venta por internet

Laura Murillo Rubio

Bilbao —
  • El debate en torno a las prácticas de venta de la multinacional se incrementa a consecuencia de la publicación del libro 'En los dominios de Amazon'.

La industria librera vasca lo tiene claro. “Amazon no respeta las reglas del juego”, afirma Javier Cámara, propietario de la histórica librería homónima de Bilbao con más de 85 años de andadura. Para él y otros tantos libreros de la capital vizcaína, el gigante de la venta electrónica online, “únicamente busca eliminar la competencia a toda costa con tal de conseguir el monopolio de la industria del libro”.

La polémica en torno a la legalidad de las prácticas de venta online de Amazon se acentúa estos días en los medios de comunicación a raíz de la publicación del libro 'En los dominios de Amazon', un extenso reportaje que narra las experiencias vividas por su autor, el periodista galo Jean-Baptiste Malet, infiltrado como trabajador temporero en uno de los almacenes que la multinacional de Jeff Bezos posee en Francia.

A pesar de que, en la actualidad, la industria librera se ve alterada por la influencia de los operadores online, según Cámara, el caso de Amazon “supera los límites”. “Tienen montada toda una ingeniería fiscal con la cual pueden evadir un montón de impuestos, incluso con declaraciones de la renta a devolver”, asegura. Y es que el hecho de que la sede central europea de la empresa estadounidense se ubique en Luxemburgo, donde el IVA de los libros electrónicos se sitúa en un 3%, “les permite una ventaja competitiva del 18%, respecto al 21% del caso español”, explica Cámara.

Para el librero, la voracidad de Amazon no tiene fin. “Empezaron vendiendo libros, pero actualmente la venta literaria no les sale rentable en comparación con otras categorías como la tecnología. Sin embargo, esto les permite generar una extensa base de datos sobre sus clientes”, señala. “Jeff Bezos quiere eliminar toda la competencia a su alrededor para llegar a ser el único y eso no lo podemos permitir”, sostiene.

A esta opinión se suma también José Manuel González, propietario de la Librería Maceda, quien asegura que las tácticas de “Amazon son la ruina como sector para los libreros”. “No creo que haya nadie de acuerdo con la política de esta multinacional, ni su forma de ejercer la venta”, asegura. “Sólo somos cuatro libreros los que quedamos, por eso, creo que hay que mimar más esta industria”, apunta González.

Por su parte, la situación de Fernando Tarancón, dueño de Librerías Joker en Bilbao, dista un poco de la de sus compañeros. Sus tiendas están especializadas en el mundo del comic y, por ello, cree que el “efecto Amazon” no les perjudica tanto como a otros negocios. Según Tarancón, “al estar enfocados en un determinado campo tenemos un público bastante fiel, que busca trato personalizado, información y atención con criterio. Y eso es algo que Amazon no puede brindar de la misma forma que nosotros”.

Sin embargo, el propietario, al igual que sus colegas de negocio, reconoce que la multinacional de Jeff Bezos no juega las mismas cartas que ellos. “No somos ingenuos, sabemos que Amazon también nos quita ventas, pero el mayor problema es que aprovechen resquicios de la Ley (y lo que ahorran de impuestos) para realizar ofertas que no respetan el espíritu de la ley del precio fijo”, confiesa.

Precisamente Francia comparte la misma legislación que España en torno al precio único del libro. La Asamblea Nacional del país vecino aprobó a principios de mes una propuesta de ley que tiene como objetivo poner el freno a los gigantes del comercio electrónico. “Así intentan prohibir que, además del descuento del 5% autorizado, las grandes empresas añadan los gastos de envío gratuitos”, cuenta Tarancón sobre esta práctica que recibe el nombre de “dumping”. El texto aun debe ser debatido en el Senado, antes de su aprobación final.

En este sentido, su colega Javier Cámara aboga por un modelo como el de Brasil. “Allí lo que han hecho es establecer sobre todas las compras online una carga fiscal del 7% para cualquier producto, de manera que cuando el cliente acude a un establecimiento físico se puede ahorrar ese coste adjunto”, detalla. Por ello, “debemos plantearnos, si como sociedad, queremos seguir contando con una diversidad editorial y un comercio plural de proximidad”, señala. En caso de que la respuesta sea afirmativa, “debemos ponernos de acuerdo para protegerlo porque, de esta forma, únicamente conseguiremos cargarnos la industria librera a marchas forzadas”, matiza el librero.

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