Un paisaje teñido de negro tras el paso del gran incendio entre Gipuzkoa, Navarra e Iparralde
La carretera que une Behobia con Pamplona, la N-121-A, tuvo que ser cortada en varios tramos a causa del gran incendio que se declaró en la zona norte de Navarra el pasado fin de semana. El paisaje que muestra la comarca es muy diferente al habitual. Las montañas que abren paso a la carretera suelen verse totalmente verdes. Sin embargo, una semana después del incendio que devastó toda la zona, el negro se ha llevado al verde por delante y se impone a ambos lados de la carretera. Poco a poco, se dejan atrás los árboles fuertes y se da paso a zonas boscosas cada vez más arrasadas por el fuego. Cuanto más cerca de la muga entre Gipuzkoa y Navarra, más oscuro se vuelven los bosques cercanos a la carretera y menos zonas verdes se encuentran en el camino.
El gran incendio originado el sábado pasado causó que vecinos de zonas de la comarca del Bajo Bidasoa en Gipuzkoa, norte de Navarra e Iparralde pasaran la noche en vela. Tras el fuego, el paisaje que ha quedado en la comarca es totalmente diferente al que se puede disfrutar normalmente. Alrededor de 2.000 hectáreas fueron arrasadas por el fuego, que llegó a calcinar 400 hectáreas del parque natural de Aiako Harria. Durante la jornada del sábado el viento alcanzó rachas de hasta 124 kilómetros por hora en Jaizkibel, y las altas temperaturas, inusuales para esta época del año, causaron que las labores de extinción se complicaran. Por ello, se movilizaron medios de Gipuzkoa y Navarra, entre ellos bomberos, protección civil, guardas forestales, Cruz Roja, DYA, Ertzaintza, Policía Foral de Navarra, y Guardia Civil. Debido al viento no fue posible movilizar medios aéreos ordinarios, por lo que el Gobierno de Navarra solicitó refuerzos a la Unidad Militar de Emergencias del Ejército español (UME), que desplegó 95 militares para ayudar a sofocar el incendio. Varios departamentos franceses también desplegaron medios para intentar controlar los focos.
El fuego se originó en el municipio de Bera, y se propagó rápidamente por las zonas limítrofes, a Gipuzkoa e Iparralde. En invierno, cuando las condiciones meteorológicas son adversas, las quemas de pastos están prohibidas, por lo que varias de las hipótesis que trabajan giran en torno a que el fuego pudo ser intencionado, tal y como apuntó el alcalde de Bera, Aitor Elexpuru, en declaraciones a elDiario.es.
Durante el largo e intenso fin de semana, vecinos del barrio de Bidasoa en Irun tuvieron que ser evacuados, ya que el fuego se acercaba a los caseríos de la zona. Dos restaurantes de la zona se vieron también afectados por las medidas de seguridad. Finalmente, el fuego se quedó al otro lado de la ladera del monte. La bajada de temperaturas con la llegada de la noche y la lluvia del domingo rebajó el peligro que sufría el barrio. Un vecino de la zona al que aconsejaron pasar la noche fuera de casa admite que recogió “todo por si acaso, estaba todo preparado por si el fuego llegaba al barrio y fuera mejor marchar”. Sin embargo, la familia decidió no alejarse de su casa, en vistas de que el fuego “no se acercaba al caserío”. Cerca de los pocos caseríos que constituyen el barrio no se aprecia ningún rastro del incendio que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, calificó como el “más grave de 2021”. No obstante, al otro lado del río que da nombre al barrio y que marca la muga entre Iparralde y Hegoalde, el río Bidasoa, se refleja la destrucción del fuego. En lo alto de la montaña se pueden ver las consecuencias de los focos que se declararon.
En Bera, localidad en la que se cree que se pudo originar el primer foco, los vecinos han vuelto a la normalidad. El fuego se quedó en las montañas, sin llegar al municipio. Una vecina de la localidad pasó “miedo al ver todo el monte teñido de rojo durante la tarde”, si bien cuando llegó la noche “se percibía que el fuego estaba más controlado en la zona baja de la montaña”, lo que le llegó a tranquilizar. Paseando por las calles de la localidad se puede observar que las montañas también han tomado un color negruzco en la zona. Otra pareja de vecinos salió al balcón a observar cómo el incendio arrasaba las laderas cercanas. “Se veía mucho fuego, y durante la noche se vio el trabajo de los bomberos”, declaran. En cambio, esta pareja también comenta que se reflejó “mejor el alcance del incendio por la televisión que desde el balcón. Desde casa no se apreció tanto su envergadura, porque no se acercó al pueblo”.
El incendio no llegó a afectar al pueblo, donde ni siquiera “apreciaron bien su magnitud”. A donde sí llegó fue a los caseríos de la montaña. Para cuando los medios que se desplegaron para controlar el incendio pudieron darlo por extinguido, el fuego ya había llegado a varias bordas y caseríos de la zona afectada en Navarra, donde el fuego mató a “muchos animales de ganado”. Después de lograr sofocarlo, el alcalde de Bera movilizó al pueblo para intentar localizar “los animales que se extraviaron y dar de comer a los que están sueltos”. Varios vecinos, sin embargo, lamentan no haberse “enterado a tiempo. Tal vez hubiera sido más efectivo si se hubiese anunciado por otros medios”.
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