Los sindicatos exigen “medidas reales” contra la siniestralidad laboral: un Osalan con capacidad sancionadora y coordinado con la Fiscalía
Los sindicatos LAB, ESK, STEILAS, EHNE e HIRU exigen “medidas reales” contra la siniestralidad laboral y, para ello, plantean que Osalan -el Instituto Vasco de Salud Laboral- tenga capacidad sancionadora y que esté coordinado con la Fiscalía para para dinamizar las causas penales como consecuencia de accidentes laborales. Es decir, quieren que se ponga en marcha una “una dura campaña coercitiva” porque “la sanción es el único idioma que comprende la patronal en materia de salud laboral”, señala Inko Iriarte, el representante de LAB. Para ello, consideran que debe comenzarse con la “multiplicación” del número de inspectores de Salud Laboral, que estos tengan capacidad sancionadora y que “no se limiten a avisar a la empresa de que tiene irregularidades” y que “vigilen de oficio” a las empresas. Hasta ahora, lo habitual es que los inspectores de Osalan lleguen a la empresa tras una denuncia de los delegados de prevención a los que se “deja toda la responsabilidad”, dicen.
Este sería, en su opinión, el camino para dar la vuelta a una situación de siniestralidad laboral que consideran dramática, en “tendencia ascendente” en los últimos años. Las cifras recogidas en el informe sobre siniestralidad laboral de 2023 que estos sindicatos han presentado este jueves muestra una evolución del número de accidentes todavía peor de las que se recogen en las cifras oficiales. ¿Por qué? Pues porque la estadística oficial no recoge muchos accidentes que las mutuas no certifican como de origen laboral, o ciertas enfermedades no se reconocen como de origen laboral. Esto supone que el informe de estos sindicatos señale que el año pasado fallecieron 38 personas en accidentes laborales en los centros de trabajo, frente a los 23 reconocidos por los datos oficiales. “La administración da como válidos los datos ofrecidos por las empresas y mutuas. Aquí la estratagema está servida. Por un lado, porque no se notifican muchos accidentes leves por parte de las propias empresas y por otro, porque muchos accidentes graves son catalogados como leves por las y los médicos de las mutuas sin ningún control por parte de las administraciones”, señalan en el informe. Además, aseguran que hay muchas muertes que se ocultan como los que sufren muchos transportistas, algunos in itinere o e incluso derivadas de dolencias mentales que pueden estar originadas también por motivos laborales, “Muchos de estos accidentes y muertes los conocemos a través de nuestra red de afiliados y afiliadas”.
El informe constata que hay sectores críticos en siniestralidad como la industria, el transporte, trabajadores y trabajadoras subcontratadas construcción, agricultura, pesca y el sector forestal. Pero si en estos sectores “hay más posibilidades morir”, el informe constata que hay otras actividades e las que es “más fácil desarrollar enfermedades profesionales” entre las que destacan cada vez más las afecciones psicosociales “sobre todo en los sectores más feminizados”. “Hay trabajos que matan y otros que no dejan vivir”, señalan.
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