Trabajadoras de residencias de Bizkaia se encierran para “dignificar” los cuidados: “No podemos atender a 33 ancianos con tres cuidadoras”
Un grupo de trabajadores de las residencias de Bizkaia, en su mayoría mujeres, ha iniciado este miércoles un encierro en un local de la Iglesia de la Encarnación, en Bilbao. Allí pasarán tres días con sus noches para protestar por la situación de precariedad que sufren y reivindicar una “dignificación” de los cuidados: “Trabajamos con ancianos, son personas, no tornillos”, dicen. La protesta, impulsada por LAB dentro de las tres jornadas de huelga en el sector, hasta el viernes, convocada por este sindicato, dará paso a otra huelga, esta vez convocada por ELA que se extenderá desde el 17 hasta el 23 de diciembre. No hay unidad de acción sindical, pero la reivindicación es la misma: “Que los cuidados no se entiendan como un negocio”, dicen, sino como un “servicio esencial”, en el que los trabajadores puedan atender a los ancianos “como se merecen” y que eso reciba una compensación justa.
Porque la reivindicación que los trabajadores quieren que llegue a la opinión pública con este encierro es que piden mejoras salariales, sí, -tienen congelado el salario desde hace dos años- pero, sobre todo, que la plantilla es insuficiente para atender “como es debido” a los ancianos, dicen.
“Estamos hablando de unos ratios que no son asumibles. Atendemos una media de 33 ancianos entre tres cuidadoras. Así es imposible”, afirman. Los ratios pueden variar dependiendo de las residencias, -en otras hay 24 ancianos por dos cuidadores- todas ellas concertadas por la diputación, “y por lo tanto recibiendo dinero público”, pero todos los trabajadores coinciden en que la plantilla es insuficiente. Da igual que quien cuente su historia sea Roberto -uno de los pocos hombres dentro de una plantilla mayoritariamente feminizada- Nekane, Maria Ángeles o Ainhoa. Trabajan en residencias distintas, pero la conclusión es la misma. “No se puede atender a los ancianos como los tornillos. La patronal nos exige que en diez minutos duchemos aseemos, vistamos y atendamos a un anciano. Una persona sola levantando igual a 15 personas”. “Cualquier persona que haya dado de comer a una persona mayor sabe que no se puede ir con prisa”, recuerdan. “Hay que ir lento, dejarles su tiempo. Imagina tener que dar en media hora de comer a 33 personas cuando igual solo 10 pueden comer totalmente solos”. “Es imposible”.
Exigen a las patronales y a la Diputación “que se sienten” a negociar y dejen de considerar los cuidados un negocio, sino que es es “un bien social”.
A la falta de personal se unen las condiciones laborales, con sueldos congelados desde 2020, último año de vigencia de un convenio -en plena pandemia- que no se ha vuelto a renovar. “Llevamos perdiendo unos 300 euros al mes a cuenta de la congelación, con unos sueldos de 1.200 euros incluyendo fines de semana y festivos”. “Las patronales dicen que están en pérdidas y no nos quieren subir ni el IPC, pero sí se ha subido en los convenios que paga la Diputación a las empresas”, denuncian.
Su petición se basa en la equiparación con el personal que depende directamente de la Diputación, el Instituto Foral de Asistencia Social, tanto en subidas salariales -aseguran que cobran un 50% menos- como en plantilla. Según un estudio llevado a cabo por LAB, “sería viable” que hubiera de media de un trabajador por cada cuatro residentes para ser bien atendidos, y que por la noche hubiera dos trabajadoras por cada 15 residentes. Y por supuesto que el servicio de enfermería fuera de 24 horas, cosa que en el propio convenio está recogido y no se cumple en ninguna de las residencias“, denuncian. ”Nosotros desde LAB exigimos que por lo menos haya una enfermera por cada 16 residentes. Con nuestra propuesta se crearían unos 3.300 puestos de trabajo, y a la Diputación le costarían 24 euros por anciano al día. 24 euros para que la atención sea mucho mejor“.
Reivindican ademas medidas como el complemento de baja del 100%, o la sustitución de las bajas desde el primer día y recuerdan además, que los problemas del sector tienen mucha relación con la tendencia general a privatizar la sanidad y los cuidados. “Dejan la gestión en manos de empresas que vienen a arrasar”, dicen, “a forrarse con dinero público”.
“Sin cuidados la sociedad no puede salir adelante”
La coordinadora general de LAB, Garbiñe Aranburu, ha participado en la concentración inicial antes del arrancar el encierro, en el que participarán 17 personas, tres de ellos hombres. “Las trabajadoras de las residencias de Bizkaia llevan años luchando por dignificar las condiciones laborales y poder ofrecer un servicio de calidad. Junto a las de Bizkaia, en los últimos meses también están luchando las trabajadoras de las residencias de Araba, Gipuzkoa y Nafarroa, así como otras trabajadoras del ámbito de los cuidados”, ha recordado. De hecho, la pasada semana se realizaron huelgas en el sector de la ayuda a domicilio de Bizkaia, que llevan siete años sin renovar el convenio.
“Todas estas luchas ponen de manifiesto la necesidad de una profunda reflexión sobre los cuidados. Todos y todas tenemos la necesidad de ser cuidadas en algún momento de nuestra vida. Recibir un cuidado digno es un derecho, pero en la actualidad no está garantizado”, ha añadido Aranburu. “Las tareas de cuidados son imprescindibles para mantener la vida. Sin trabajo de cuidados, la sociedad no puede seguir adelante. Pero analizando en qué condiciones se realizan estas tareas de cuidados, ¿cuál es la conclusión?”, ha señalado la representante de LAB.
Aranburu ha señalado que “hay que poner los cuidados en el centro y darles la importancia que tienen, hay que poner en el centro las necesidades de cuidado y el derecho al mismo, así como las condiciones laborales dignas de las trabajadores, ya que son necesarias pasos para configurar un sistema público de cuidados”.
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