La tuberculosis bovina se dispara y provoca una crisis en la sanidad animal, añadida a la lengua azul
“La prevalencia en rebaños de tuberculosis bovina ha subido durante tres años consecutivos, hasta alcanzar en 2014 un 4,62 %, más de tres puntos por encima de la media nacional. Este hecho justifica la declaración en Extremadura de áreas de especial incidencia en las que aplicar medidas sanitarias adicionales, encaminadas fundamentalmente a detectar lo más prematuramente animales infectados para sacarlos de la cadena de transmisión de la enfermedad”.
Este diagnóstico de una situación delicada para la ganadería extremeña no ha salido de ningún dirigente de la oposición, ni de ningún ganadero molesto con la política sanitaria animal de la Junta. Este análisis acaba de ser publicado este miércoles en el Diario Oficial de Extremadura en el marco de una resolución de la Consejería de Agricultura que intenta hacer frente a algunos de los serios problemas que afectan a la ganadería regional desde el punto de vista sanitario.
En esa misma orden, se declaran áreas de especial incidencia en tuberculosis bovina las comarcas veterinarias en las que existe una prevalencia de rebaño superior al 3%, lo que en la práctica afecta a casi todas las comarcas ganaderas de la región : Azuaga, Badajoz, Cáceres, Coria, Herrera del Duque, Navalmoral de la Mata, Plasencia, Valencia de Alcántara y Zafra; además, también se incluyen municipios concretos de otras comarcas tales como Guareña, Burguillos del Cerro, Fregenal de la Sierra, Fuentes de León, Higuera la Real, Segura de León y Villanueva del Fresno, Mérida, Aldeacentera, Almoharín, Escurial, Herguijuela, Jaraicejo, Torrecillas de la Tiesa, Trujillo y Villamesías, Abertura, Alía, Cabañas del Castillo y Logrosán.
En la resolución que acaba de publicar el DOE se indican medidas sanitarias, vacunaciones, así como otras que afectan a la movilidad del ganado o al sacrificio de los casos positivos.
Sin riesgo para el consumo
Aunque este tipo de problemas de sanidad animal no tiene ninguna repercusión de cara a los consumidores desde el punto de vista sanitario, afecta de manera notable a los ganaderos. Además de los problemas derivados de las múltiples vacunaciones, hay que contar con la imposibilidad de mover algunos rebaños en las zonas afectadas hasta que no estén vacunados con las posteriores consecuencias logísticas y económicas.
El quebranto económico es mayor en los casos de animales que den positivo, incluso aún cuando sean los que se denominan “falsos positivos”, porque en ese caso se recomienda el sacrificio en matadero y su precio es inferior al del mercado en condiciones de normalidad.
Este serio problema de tuberculosis se añade al ya detectado y muy extendido de lengua azul y se complica sobre manera con las altas temperaturas de estas fechas.
Desde la oposición socialista, la responsable agraria María Teresa Macías muestra su preocupación por la situación actual e indica que es una consecuencia lógica de no haber tomado en serio las políticas preventivas de sanidad animal. Según Macías, las vacunaciones de lengua azul se han retraso sin causa alguna durante varios meses y ahora se hace necesario vacunr con toda urgencia una cabaña de ovino y bovino que se acerca a cuatro millones de cabezas, y en muchas casos con un doble vacuna.
Otras fuentes agrarias apuntan también como causa de este caos en la sanidad animal a las fuertes discrepancias internas que hay entre los altos cargos de la consejería.