Monago, ¿quién te dijo bonito?
Son muchas las causas que se apuntan para justificar la caída del Imperio romano, pero parece que la más evidente es la rebeldía de los gobernadores de provincias para seguir las consignas que llegaban desde Roma. Estos, amparándose en lo que consideraban “su ejército”, en vez de cumplir, traducían las órdenes que llegaban según les convenía, dejando su impronta personal en todo lo que hacían. Como si fueran pequeños emperadores que, ante la debilidad y la corrupción que azotaba a Roma, iban casi por libre. Hoy se les reconocería como “versos sueltos”. Cambiaron los estandartes, los signos, las costumbres e incluso las leyes… En esa deriva hacia los personalismos provincianos, el Imperio perdió cohesión y su propio peso aplastó las columnas que lo sostenían.
Hago esta incursión, sé que un tanto cogida por los pelos, para explicar el extraño caso de PP en Extremadura, con un Monago y un minúsculo cuerpo de ejército, asentados en la rebeldía y renegando de todo lo que pudiera llegar del PP como marca matriz. Por renunciar incluso renegaron del propio nombre, Partido Popular, para sustituirlo por uno de nuevo cuño, Hacemos Extremadura. Y ya puestos, cambiaron el logotipo, el color, la música, el mensaje, los modos y las formas… Un disparate, una deslealtad sin precedentes que el PP nacional consentía poniéndose de perfil para no reconocer una evidencia que podía resultar aún más inconveniente.
Así las cosas, ha ocurrido lo que algunos veníamos vaticinando desde hace mucho tiempo y al desgaste de Rajoy se ha unido el desgaste de Monago. Dos por el precio de uno, Extremadura es la única comunidad autónoma donde el PP ha perdido las elecciones. La única que ha devuelto con intereses el capital que el necio de Zapatero puso en sus manos. La única. En todas las demás perdió mayorías, pero aquí, haciendo gala de una torpeza sublime, han entregado el poder al PSOE, que se ha visto compensado por la buena imagen, apacible y sensata de su candidato, y por las estupideces que se han orquestado desde la consejería de Ocurrencias, que es la que durante cuatro años ha movido los hilos de la triste marioneta, corre caminos en delictivo chándal verde pistacho y ciclista estático, con ínfulas de divo de la pantalla. ¿Quién te dijo bonito, Monago? ¡Anda, rapea y baila el hip hop ahora!
Con Monago presidiendo el ridículo gobex y el partido y Manzano presidiendo el ridículo “parlamento” y dirigiendo el PP con su torpe cacumen, han cosechado lo que han estado sembrando, las semillas vanas que el tipo de las ocurrencias ponía en sus manos. Iván Redondo, desde su desconocimiento, se ha querido reír de Extremadura, vendiendo al monigote como si fuera una afeitadora o un frigorífico y Extremadura no se lo ha comprado. Y como yo no toreo a toro pasado, invito al que tenga curiosidad a que revise en mi blog las advertencias que he vendido haciendo durante los últimos tres años. Advertencias al PP y a la marioneta. También avisé muchas veces a la IU del guitarrista Escobar.
El tipo de las ocurrencias, como ya predije, sacudirá las zapatillas y se irá buscando otro monigote al que poder manejar, pero ¿los dos “emes”, Monago y Manzano, no tienen que mover ficha? Si tuvieran más dignidad que necesidad de seguir aferrados al invento, habrían presentado su dimisión el mismo día de las elecciones, pero, “más cornás da el hambre”, el dúo, después de haberse inventado el engendro de Hacemos Extremadura, el rap y matado a la gaviota en pleno vuelo…ahora echan la culpa al PP nacional “por sus políticas”. ¡Ni la piedra de granito tiene tanta dureza! No pueden ser más zafios ni desleales. ¿Y ahora que hará el PP de Extremadura? En mi pueblo hay un refrán que se hará verdad una vez más: “Pitos son, ellos sonarán”. La cuchilla de la guillotina ya está subiendo y enseñando sus reflejos…
A partir de ahora, poco tiempo les voy a dedicar a estos dos personajillos, porque no soy amigo de hurgar en las heces y tampoco me gusta recrearme en la visión de los cadáveres, pero les dejo el último punto del artículo que publiqué el pasado 9 de mayo, “Qué cansino eres, Monago”:
“Sé práctico, Monago, no pierdas tu tiempo con más tonterías y aprovecha el ejército de comunicación que todavía tienes y que te preparen media docena de iniciativas para cuando en julio estés en el Senado por la Asamblea de Extremadura. En el ”Senao“, según tu acervo lingüístico. Para la ocasión, para cuando vuelvas al ”Senao“, te sugiero que no dejes en la estacada al cohetero vasco que te ha llevado a la ruina y te lo lleves contigo. Y cuando te rapee o te cante milongas al oído, se lo pagues de tu bolsillo. ¡Verás qué bien lo vais a pasar los dos juntos! Que el tipo de las ocurrencias te espere en la puerta del ”Senao“ y que cuando salgan todos los ”senaores“, te toque un campano para que sepas cuál es tu coche. Oficial, por supuesto”. Fin de la cita. Punto final.