Feijóo consigue precio reducido para organizar su acto de campaña interna del PP en la Cidade da Cultura de Santiago
La parada gallega del viaje de Alberto Núñez Feijóo para hacer campaña hacia la presidencia del PP fue el 16 de marzo en Santiago de Compostela. El espacio escogido, que se llenó de simpatizantes, fue la planta -1 del Museo Centro Gaiás, en la Ciudade da Cultura. Su alquiler cuesta normalmente 6.000 euros. El PP gallego, sin embargo, pagó la tarifa reducida, de 1.400 euros, por utilizar una de las salas de un complejo que depende de la Xunta de Galicia. La Fundación Cidade da Cultura, el presidente de cuyo patronato es el conselleiro de Cultura, explica que este fue el precio aplicado por ser la organización política una entidad sin ánimo de lucro.
Aunque la Fundación no contesta de forma directa a una pregunta de esta redacción sobre el aforo permitido para ese evento, el formulario que hay que cubrir para solicitar alquilar alguno de los locales de la Cidade da Cultura fija que el máximo de asistentes por cada actividad en la sala elegida no puede superar las 800 personas. El mitin, profusamente difundido por las redes sociales de miembros del PP gallego, congregó a un grupo numeroso de personas. El entonces secretario xeral de la organización en Galicia y ahora vicesecretario de Organización Territorial en el PP, Miguel Tellado, cifraba en su cuenta de Twitter en 2.000 los asistentes.
Los responsables de la Cidade da Cultura explican que el primer contacto para organizar ese acto fue pocos días antes. El sábado 12 de marzo “se solicita” –no aclaran quién– información sobre si está disponible la planta -1 del Museo Centro Gaiás para organizar un acto del PP el miércoles siguiente, día 16, a las 17.00 horas. El 14 de marzo, el organizador hace una visita al espacio con la empresa que se va a encargar del trabajo audiovisual. En este encuentro se le informa de las “condiciones habituales del procedimiento de reserva y de seguridad”. Al día siguiente, solo uno antes del mitin, llega el formulario de alquiler y la gerencia lo autoriza “con las condiciones y tarifas habituales”. En este caso, añade la Fundación, se aplica la tarifa tipo 2, “reducida, al tratarse de una entidad sin ánimo de lucro”.
El departamento de Eventos de la Cidade da Cultura añade que a lo largo del año 2021 se hicieron en ese mismo espacio 24 eventos en total. Solo en uno de los casos los organizadores pagaron la tarifa general. En 11 ocasiones se aplicó la reducida; en ocho se aplicó una conveniada; y en los cuatro restantes se eximió a los solicitantes del pago. Esto último se permite cuando la entidad tiene acuerdos de colaboración económica o de patrocinio con la Fundación, si pertenece a la estructura de la Consellería de Cultura o si forma parte del Fondo Gaiás.
Feijóo eligió para el acto de presentación de su plan para sustituir a Pablo Casado el enorme complejo que ideó Manuel Fraga Iribarne cuando estaba al frente de la Xunta. Las obras empezaron en el año 2001 y los plazos y presupuestos se fueron multiplicando: de los 100 millones que el Gobierno gallego reservaba inicialmente, los edificios –con un proyecto modificado en plena crisis económica que dejó alguno de los espacios en el camino– el coste terminó subiendo a 300 millones de euros. La Xunta lo dio por finalizado en 2021, pero desde una década antes, con Feijóo ya como presidente, habían empezado las tareas para llenarlo de contenidos y actividad, no siempre lo cultural que sugiere el nombre del recinto.
Se han organizado conciertos y acoge exposiciones, pero también los sistemas informáticos centrales de la Xunta, incubadoras de empresas y es escenario habitual de presentaciones de planes del Gobierno gallego ante la prensa. La pandemia de COVID-19 lo transformó en 'vacunódromo' y provocó, como efecto colateral, que miles de gallegos recorriesen sus edificios por primera vez.
Con el de Feijóo, la Cidade da Cultura incluyó también entre los actos acogidos los mítines políticos. Aunque el ya presidente del PP no tuvo oponente en el camino hacia la cima de su partido, emprendió una vuelta a España de 10 días para visitar todos los territorios que lo mantuvo alejado de la Xunta, que entonces dijo que estaba dirigiendo “en contacto telefónico permanente”. Cerró aquella intervención ante los suyos, a poco más de dos semanas de dar el salto a Madrid, con una de sus habituales reflexiones sobre lo que Galicia representa para él: “Es el principio, el comienzo y el fin de todo”.
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