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Nuevo impulso a una Marea Gallega para las generales: “No se puede esperar más”

Acto de la Marea Atlántica por la unidad popular

Miguel Pardo

“No se puede esperar más: la unión es necesaria”. Con esta frase comienza el manifiesto que intelectuales nacionalistas acaban de lanzar en las redes sociales reclamando una alianza electoral en Galicia de cara a las próximas elecciones generales de otoño. Suso de Toro, Xabier P. Docampo, Agustín Fernández Paz y Xurxo Souto impulsan un texto que viene a asentar el debate y las llamadas a la confluencia que, en mayor o menor medida, se están dando en la izquierda política del país ante una oportunidad que muchos ven como la última.

El objetivo parece claro: un grupo propio gallego en el Congreso que defienda con fuerza los intereses del país, más aún ante la posibilidad de que un cambio en los futuros comicios provoque una reformulación en el modelo de Estado que amenazaría con rebajar el estatus gallego con respecto a Euskadi y Cataluña. El enorme éxito de las mareas ciudadanas, especialmente en Compostela y A Coruña, acabaron por convencer a muchos de la idoneidad de la confluencia “amplia”, de una Marea Gallega.

“Esta es la hora en la que partidos y movimientos cívicos y ciudadanos deben juntar sus fuerzas en un proyecto representativo común. En un breve plazo habrá unas elecciones generales de las que saldrá una nueva organización del Estado, y la unión es el único camino para tener voz propia”, dice el manifiesto, que aboga por un “proyecto nacional gallego” a través de una “alianza abierta y participada directamente por la ciudadanía”, en una clara alusión al ADN de las mareas municipales. La fuerza que generaron esas plataformas parece clave para los impulsores de un texto que advierten que “todos los indicadores señalan que esa unión de fuerzas desencadenaría una ilusionante regeneración cívica de la sociedad gallega”.

El manifiesto de intelectuales por una "alianza" de base ciudadana se une a las llamadas de los partidos a un proyecto gallego para las generales

A este manifiesto se unen ya otros -e incluso artículos de conocidas figuras del nacionalismo- que abogan por que el próximo Día da Patria sirva de impulso y prueba para esta unión del soberanismo y de la izquierda que reconozca Galicia como sujeto político propio. “Las gallegas y los gallegos sabrán reconocer el esfuerzo y los sacrificios que la unión les exija; pero, si no lo hacen, esos mismos gallegos y gallegas habrán de reclamarles la responsabilidad histórica de su desafecto a nuestra nación”, recuerda también el manifiesto, que insiste en la mayoría de los partidos en considerar la oportunidad como única.

Las fuerzas que conformaron AGE -Anova, IU, Equo y Espazo Ecosocialista- apuestan claramente por una candidatura unitaria y “ciudadana” desde y para Galicia, una propuesta en la que concuerda CxG. En el BNG, por el contrario, la dirección mantiene la idea de una “candidatura de amplio espectro”, renunciando a la marca propia pero limitada a las fuerzas nacionalistas, una condición que no es ni mucho menos unánime. Independientes, importante alcaldes y la corriente Abrente liderada por Carlos Aymerich abogan por abrir el abanico. “Una candidatura gallega unitaria, abierta a nacionalistas y no nacionalistas, para que nuestro país tenga voz propia en el Parlamento estatal”, dijo el ex diputado del Bloque.

Podemos ya abre las puertas a una Marea gallega propia y dentro del BNG muchas voces piden incluir también los "no nacionalistas"

Y todos miran la Podemos. La asamblea de Vistalegre establece que la formación debe ser el impulsor de cambio y las ofertas se limitan a incluir bajo su “paraguas” a otras formaciones. Pero Pablo Iglesias reconoce ya la “especifidad” del “ecosistema político gallego”, así como del catalán, y abre la puerta a una Marea Gallega, con marca propia y sin liderazgo alguno. Sin “gallo en el gallinero”, como le advirtió Xosé Manuel Beiras. A la vez, cargos de la formación reclaman ya “apertura al exterior” ante las elecciones generales y abren a mano a la “unidad popular” en la que insiste IU.

Consciente de que el éxito de las plataformas ciudadanas gallegas no puede ser atribuido ni en exclusiva ni mayoritariamente a Podemos, la formación de Pablo Iglesias parece cambiar el discurso. La preponderancia de su marca en Galicia no sólo imposibilitaría la alianza a gran escala que sí se dio en localidades como A Coruña, sino que restaría carácter ciudadano al proyecto y dejaría escapar la oportunidad de otra marca ya asentada y reconocida como propiamente gallega tras el éxito de la confluencia en las municipales: una gran Marea. Falta por ver si de verdad sube.

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