Víctimas del Alvia lamentan que pasasen cinco años hasta la primera dimisión y apuntan ahora al director de Adif
“Un buen comienzo”. Así valora el presidente de la plataforma de víctimas de Angrois, Jesús Domínguez, la salida del puesto de director de Seguridad en la Circulación de Renfe de Antonio Lanchares, imputado en la causa judicial por el accidente que hace más de cinco años dejó 80 muertos y 144 heridos a la entrada de Santiago. Y ese es uno de los elementos que destaca como negativo, “que tuvieran que pasar cinco años antes de la primera dimisión o destitución”, que se produce ahora, tras pedírselo en persona el pasado martes en su primer encuentro al nuevo ministro socialista de Fomento, José Luis Ábalos, a pesar de reclamarlo desde hace años.
Ahora las víctimas esperan que ésta no sea la única dimisión o destitución y apuntan al entonces homólogo de Lanchares en Adif, Andrés Cortabitarte, también imputado, que ya no ocupa ese puesto pero que sigue en cargos inferiores de libre designación. “Si Lanchares tiene responsabilidad, Cortabitarte aún más”, destaca Domínguez, que pide a la nueva presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, que lo retire de cualquier puesto de libre designación superior al más básico que le correspondería como funcionario.
Cortabitarte, de hecho, fue en quien primero puso el foco la causa judicial además de en el maquinista, Franciso José Garzón, también imputado, que se despistó y no frenó a tiempo antes de la curva de Angrois sin que hubiera activo ningún sistema que evitase o paliase su previsible error humano. Cortabitarte fue quien autorizó a Lanchares a desconectar a bordo de los Alvia un año antes del siniestro, en junio de 2012, el sistema de control constante de la velocidad propio del AVE, el ERTMS, porque a veces fallaba y provocaba demoras en los trenes. El sistema no fue reparado por Renfe hasta un año después del accidente, dejando toda la responsabilidad del frenado en manos de los maquinistas.
En el cargo de director de Seguridad desde 2006, Cortabitarte también supervisó el diseño de la seguridad de la línea previo a su inauguración en diciembre de 2011, proceso en el que el ERTMS también fue recortado en las vías hasta unos kilómetros antes de la curva de Angrois. A pesar de eso, coinciden los peritos judiciales, de estar activo a bordo del Alvia, el sistema frenaría el tren antes de la curva si el maquinista no lo hacía.
Tras negarse a declarar en varias ocasiones, Cortabitarte acabó compareciendo ante el juez en julio del año pasado para insistir en que el ERTMS fue desconectado de manera reglamentaria, que la normativa no lo obligaba a realizar ningún análisis específico del incremento de riesgo que eso suponía en Angrois y que la responsabilidad de frenar era del maquinista. Sin embargo, en junio de este año la Agencia Ferroviaria Europea entregó en el juzgado un informe en el que dice expresamente que esa desconexión era lo suficientemente “significativa” como para sí requerir un análisis de riesgos específico tanto de Adif como de Renfe.
Durante su declaración de julio de 2017 Cortabitarte también desvió responsabilidades a otros departamentos de Adif y Renfe así como a la consultora pública Ineco. Así fue como el juez acabó imputando en el último año a otras cinco personas además del maquinista y Cortabitarte: a un subordinado suyo gerente de Seguridad en el área noroeste, Fernando Rebón Sartal; a Lanchares como director de Seguridad de Renfe; y a otros tres técnicos de Ineco, que devolvieron la pelota a Cortabitarte declarando que Adif nunca les encargó evaluar el riesgo de la curva.
Al contrario que Lanchares, que seguía ocupando el mismo puesto de director de Seguridad hasta su salida de él esta semana, Cortabitarte ha ido pasando en los últimos años por distintos puestos inferiores de Adif no relacionados ya con el departamento de Seguridad pero igualmente de libre designación.
