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El coronavirus deja sin votar a más de la mitad de los gallegos del exterior que habían pedido participar por correo

Papeletas de voto, antes de ser enviadas para los solicitantes de voto por correo

Gonzalo Cortizo

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Los 463.163 gallegos registrados en el exterior lo han tenido más difícil que nunca para ejercer su derecho al voto en las elecciones del pasado 12J. Venezuela y Cuba representan los casos más evidentes de un proceso que no ha podido sortear las dificultades para realizar envíos postales vía aérea debido a la paralización de muchas de las rutas por el coronavirus. En el caso de Venezuela, las papeletas de voto solicitadas por 1.731 gallegos nunca llegaron a salir del aeropuerto de Barajas. Según señalan a elDiario.es fuentes oficiales de Correos, “para Venezuela no se ha encontrado transporte ni público ni privado con el que hacer llegar las papeletas”. En Cuba, el problema ha estado en la falta de diligencia del operador postal local que no ha repartido las papeletas que llegaron a la isla, según señalan desde el operador español.

El envío de documentación electoral es competencia exclusiva de la Oficina del Censo Electoral y de Correos, según reza en el articulado de la ley que regula las elecciones. Los problemas se han sucedido en otros territorios como Uruguay, Argentina o Estados Unidos. Para esquivarlos, el Ministerio de Exteriores ha estado en contacto permanente con Correos para buscar excepciones que permitieran llevar la documentación a tiempo a los domicilios de quienes la habían solicitado, según señalan a esta redacción fuentes diplomáticas. En el caso de Uruguay se contrató a la operadora privada Fedex para realizar las entregas.

Del casi medio millón de gallegos residentes en el exterior, solo han participado en el proceso 5.726 (4.888 por correo y 838 en urna). La emigración, a quien toda la clase política se refiere como 'quinta provincia' cuando se acercan las elecciones, ha sido tradicionalmente un bastión del Partido Popular, sobre todo en tiempos de Manuel Fraga. De aquella época es la anécdota que a finales de mayo se le escapaba a un hijo de emigrantes durante una entrevista en directo en la radio pública de Galicia: “Te pagaban 50 dólares por ir a votar y votábamos todos a Fraga”.

La situación del País Vasco, con 75.998 residentes en el exterior autorizados para votar el 12J, queda muy lejos en dimensión del caso gallego. En Galicia, 12.359 electores habían sido autorizados para votar por correo. Entre ellos, casi dos mil residentes en Venezuela que nunca llegaron a ejercer su derecho. Del total del censo para este proceso ha votado un 1,24% y un 44,74% de quienes habían solicitado el voto expresamente a través de las oficinas consulares. Los mismos datos en País Vasco: participó un 3,52% del censo y un 74,16% de quienes habían tramitado el ejercicio de ese derecho.

El Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo hizo antes del confinamiento un trabajo de movilización que consiguió multiplicar por dos el número de solicitantes para ejercer el voto exterior con respecto a las elecciones de 2016. En aquel proceso solo algo más de seis mil personas habían pedido participar. Ahora la cifra se había multiplicado por dos. Parte de ese esfuerzo se ha evaporado en unas sacas que siguen aún en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid y que nunca cruzaron el océano para llegar a su destino venezolano.

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