La Xunta de Galicia baraja abrir discotecas y pubs para personas con certificado de vacunación o con un test de COVID negativo
La Xunta está barajando que la reapertura de los locales de ocio nocturno sea para personas con un certificado de vacunación o que se sometan a un test de antígenos antes de acceder a los establecimientos y den negativo. Sobre la mesa tiene esta propuesta planteada por una parte del sector de la hostelería, que asegura que el Gobierno gallego la ve “con buenos ojos” y ha percibido receptividad para hacer una prueba en las próximas semanas para comprobar si es viable.
El vicepresidente primero, Alfonso Rueda, avanzó en una entrevista en la Radio Galega el pasado domingo que el Gobierno gallego trabaja para aplicar experiencias piloto en un plazo de un mes con la intención de que los pubs, discotecas y otros locales nocturnos puedan recuperar la actividad a principios del verano. Todo ello depende, ha apuntado, de que la situación epidemiológica no empeore en ese periodo. La Xunta no ha aportado más datos respecto a cómo será esta prueba, cuándo o dónde. Preguntada al respecto por este diario, se ha remitido a las palabras de Rueda y ha indicado que hay que concretarla todavía con el sector y que no será antes de un mes.
César Ballesteros, presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra y secretario del Clúster del Turismo de Galicia, explica que su propuesta, presentada en una reunión con responsables de la Consellería de Sanidade, es basarse en la experiencia del concierto de Love of Lesbian en Barcelona, hacer un registro de los asistentes y permitir la entrada a quienes tengan un certificado de vacunación, hayan pasado recientemente la enfermedad o den negativo en un test antes de acceder. O una combinación de estas opciones, indica. Luego las autoridades sanitarias harían un seguimiento para verificar si se han producido contagios o no.
El hostelero insiste en que la solución, de llevarse a cabo, sería válida para más sectores que los bares, pubs y discotecas que abren de noche. Cree que se puede aplicar a la movilidad para que los hoteles reciban más turistas, a la organización de celebraciones como comuniones y bodas y a eventos deportivos y conciertos. Las dificultades de gestionar asistencias masivas en un verano en el que está descartado alcanzar en los primeros meses una inmunidad de grupo ha llevado a varios de los principales festivales de música del noroeste a suspender sus ediciones también en 2021. Ya anunciaron la decisión el de música folk y celta de Ortigueira, el Resurrection Fest y el PortAmérica. Los de menor tamaño confían en poder adaptarse y no quedarse otro año en blanco.
Ballesteros admite que la propuesta está “verde” todavía y que son las autoridades sanitarias gallegas las que tienen que fijar los requisitos. Sostiene que la Xunta cree que “no es descabellado”. En cualquier caso, apremia a Sanidade a organizar la experiencia piloto cuanto antes para que los empresarios busquen otras vías si esta no da buenos resultados. Esta es la forma de “afrontar la reapertura con seguridad” en una actividad que lleva parada desde el principio de la pandemia en Galicia, con la excepción de unas semanas el pasado verano en las que estos locales sí tenían permiso para servir copas a sus clientes.
El planteamiento presenta la dificultad de que no es previsible que haya un amplio porcentaje de la población joven, que es la clientela más asidua a estos establecimientos, vacunada cuando empiece el verano. Galicia está inmunizando ahora mismo a personas de más de 60 años y a algunos colectivos considerados esenciales. Ballesteros considera que puede haber mercado con docentes, sanitarios y otros profesionales que han recibido alguno de los sueros contra la COVID-19. Añade otro efecto que, a su juicio, tendría pedir el certificado de vacunación para entrar en una discoteca: “motivar” a los jóvenes para que reciban el pinchazo.
En un sector, el de los hosteleros, que no es homogéneo en Galicia ni ha acudido unido a negociar con la Xunta, se alzan otras voces más críticas. Luis Diz, presidente de la plataforma Galicia de Noite cree que las declaraciones de Rueda son “solo un titular” y desconfía de la afirmación de que bares y discotecas tendrán permiso para abrir en un par de meses: “La experiencia es que la Xunta casi nunca cumple lo que dice”.
Critica que el vicepresidente haya hablado del proyecto piloto y haya dado fechas aproximadas pero no haya concretado cómo se va a llevar a cabo. Se queja también de la falta de interlocución. Hasta el pasado mes de octubre, dice, tenían reuniones mensuales, pero la Xunta dejó de convocarlas. En la última él no participó como protesta y porque rechaza prestarse “a sacar fotos”. “Nosotros lo que necesitamos son respuestas y que nos digan cómo va a ser la desescalada”, reclama. Piden también ayudas para compensar los casi 14 meses que llevan cerrados sus establecimientos. Unas 5.000 personas trabajan en el sector en Galicia y consideran que se les ha tratado como “apestados”, sin respaldo ni de los partidos de la oposición ni de los sindicatos.
Martín Zarauza, de la Asociación de bares, pubs e discotecas de Compostela, también se queja de la falta de comunicación con la Xunta. Se enteró por la prensa de que el Gobierno gallego está estudiando reabrir el ocio nocturno y critica que las negociaciones incluyen solo a una parte de los hosteleros.
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