El cine de verano de La Casa Encendida rinde homenaje a las subculturas y la periferia con el ciclo '¡Alucina, vecina!'

Carmen Maura en '¿Qué he hecho yo para merecer esto!', de Pedro Almodóvar.

Somos Madrid

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La Terraza Magnética, la iniciativa que da vida a La Casa Encendida durante el verano, vuelve en 2023 para llenar el espacio cultural de música y cine. Bajo el lema ¡Alucina, vecina!, el programa homenajea a las subculturas, a los sonidos y las voces de las periferias. Una invitación a pasar tiempo juntos, a bailar y celebrar en Madrid durante julio y agosto. Ocho sesiones de música en directo los viernes y de cine los sábados que quieren librar a los suburbios de los tópicos que los han definido para dar espacio a cineastas y músicos que han dibujado nuevas narrativas.

Los viernes al atardecer, La Terraza Magnética se sumerge en ocho directos con artistas que reivindican sus raíces y luchan para crear comunidad a través de la música y el baile. Abre la edición Dinamarca, dj y productor chileno radicado en Suecia, referente para la música de club que conecta escenas locales. Simona, artista argentina afincada en Barcelona, lucha contra los estereotipos y comparte en sus letras su experiencia de migrante. Desde Brasil llega Cashu, del colectivo Mamba Negra, que lucha lucha por la representación femenina, la libertad sexual y de género. Inspirada por el sonido UK de principios de los noventa, la andaluza Dalila nos lleva al corazón y el espíritu hedonista de las raves. Cierra julio el barcelonés 80%BAUL, con un directo que mezcla postpunk, new wave, synth pop, ebm, italo, y new beat, testigo de que las subculturas no han muerto.

Abre los conciertos de agosto Cakes Da Killa, el rapero norteamericano que, junto a artistas como Mykki Blanco o Zebra Katz, ayudó a que el queer rap explotara en la escena LGBT neoyorquina. Trae hasta La Terraza Magnética la cultura ballroom con un directo que funde hip hop potentes y ritmos house. Ideograma cuenta con un directo influenciado por el techno detroit, la historia del barrio de Malasaña, cuna de la cultura de club madrileña. Y cierra la programación de conciertos la dj y productora Asmara, favorita en los clubes de Los Ángeles, miembro del colectivo Nguzunguzu y productora ejecutiva del último disco de Kelela.

El cine al aire libre de los sábados por la noche mira a los barrios periféricos con las mujeres protagonistas de ocho películas: Mi vida loca, de Allison Anders con las cholas de Ecko Park, que se proyecta en 35mm; las adolescentes de los suburbios de París en Girlhood, de Céline Sciamma; o el reguetón en el Valparaíso de Ema, de Pablo Larraín. ¿Qué he hecho yo para merecer esto!, de Almodóvar, y Greener Grass, de Jocelyn DeBoer y Dawn Luebbe, retratan a dos amas de casa opuestas pero ambas prisioneras de su hogar, una en Barrio de la Concepción y la otra en los suburbios plastificados de Estados Unidos. 

También se verán Sonidos de barrio, de Kleber Mendonça Filho, que narra las realidades violentas ocultas dentro de los círculos adinerados de la ciudad de Recife o Selfie, de Agostino Ferrente, cuestiona la romantización de la delincuencia en Nápoles. Completa el ciclo Style Wars, el mítico documental sobre grafiti y la escena hip hop que explotó en Nueva York a principios de los ochenta.

La Terraza de La Casa Encendida es uno de los espacios más singulares que se pueden encontrar entre Lavapiés y Arganzuela, un jardín natural en una azotea con vistas y cafetería. Un lugar de paz en medio del ajetreo de la ciudad durante el día al que acuden numerosos estudiantes, profesionales y turistas y un animado punto de encuentro al caer la tarde. Durante el verano, además, protagoniza los planes culturales a la fresca en el recinto.

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