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Beagle Bros: los pioneros guasones que vendían 'software' para Apple en los 80

El logotipo de Beagle Bros, una compañía de 'software' a la vanguardia

Cristina Sánchez

Un retrato de dos señores con bigote que bien podría ser del siglo XIX: esa era la imagen del logo de Beagle Bros, una empresa fundada en 1980 que no vendía nostálgicos productos del pasado, sino todo lo contrario. Estuvo entre las primeras que apostó por desarrollar 'software' cuando los ordenadores comenzaban a llegar a los hogares estadounidenses.

No en vano, su equipo estaba compuesto por los mejores profesionales: Al Gorithm, C. Ray Tube, Minnie Assembler, J. Modulo DeBug o Tox Window. El humor era una de las señas de identidad de esta compañía puntera. “Nuestros productos son divertidos de usar”, aseguraban los dos circunspectos caballeros en su declaración de calidad.

En realidad, ese dúo era solo una ilustración de un artista gráfico de San Diego que había aprendido a programar por su cuenta. “Estaba fascinado con los ordenadores y quería sacar el máximo rendimiento (hacer algo de dinero) de esa fascinación”, explica aquel profesional, Bert Kersey, a HojaDeRouter.com.

Kersey dejó su trabajo en el mundo de la publicidad para fundar Beagle Bros. Tras comprarse un Apple II, decidió dedicarse a vender 'software' para aquel ordenador personal, el primero que se produjo en serie. “Escribí juegos sencillos que sabía que nadie compraría sin algún incentivo, así que cree una Tabla de Comandos para el Apple II, que se ofrecía gratis con cada venta, que ayudaba a la gente a escribir sus propios programas”.

Por aquel entonces, había poca muy información generalista que ayudara a los primeros 'geeks' a utilizar sus ordenadores personales.“Programar era realmente tedioso”, según el propio Kersey. Así que su idea de ayudar a otros a hacerlo con sus disquetes y manuales fue todo un éxito.

ENSEÑANDO A PROGRAMAR EN APPLE II CON MUCHO HUMOR

Durante una década, Beagle Bros, el nombre que este artista gráfico puso a la compañía inspirándose en los Beagle Boys -la banda de delincuentes que siempre intentaba robar al tío Gilito en las historias de Disney-, desarrolló todo tipo de programas para el Apple II. Apple Mechanic permitía crear tablas o realizar animaciones, DOS Boss servía para renombrar los comandos del ordenador, Typefaces añadía nuevas tipografías y Beagle Bag era una colección de doce videojuegos.

Los disquetes estaban acompañados de una infografía de advertencia: dárselos a los cocodrilos, meterlos en la tostadora, pisarlos, quemarlos o usarlos como cometa no eran buenas ideas. El delirante aviso sigue siendo recordado por algunos fans.

Usaba el humor siempre que podía. Nuestros productos tenían aplicaciones serias, pero las instrucciones y los materiales que los acompañaban eran desenfadados y a veces divertidos”, recuerda Kersey.

Los programas de Beagle Bros incluían manuales, boletines de noticias y guías de consejos y trucos informáticos. A juicio de este emprendedor, este era precisamente uno de sus puntos fuertes, así que decidió aderezar esa aburrida información con divertidas viñetas de estilo decimonónico.

Un tal Tío Louie, aparentemente un reputado científico, respondía a las dudas con explicaciones sin sentido (“aquí hay un pequeño programa que mi padre escribió para mí cuando era un niño”); un señor explicaba a otro que para hacer gráficos a alta definición solo tenía que chillarlo y un cerebro humano se dividía en 21 utilidades, memoria RAM y ROM incluidas.

“Creo que [el estilo] tuvo mucho que ver con el éxito del 'software' de Beagle Bros, aunque también tenías que hacer buen 'software' o la gente no lo compraría”, explica Alan Bird, que trabajó como programador en la firma. “El 'software' para los ordenadores personales estaba creciendo rápidamente en ese momento y estaba emocionado de formar parte de ello”.

DE TRABAJAR CON SU PERRA AL ÉXITO

Aunque nació como una empresa familiar, la compañía necesitó más pares de manos con el tiempo. “Al principio solo estábamos Sophie y yo”, señalaba el guasón de Bert Kersey. Solo que Sophie no podía ayudarle demasiado. Aunque sus declaraciones también servían para promocionar el producto (“Beagle Bros ha demostrado ser un paquete innovador”), no dejaba de ser una perrita (de raza beagle, por supuesto).

Sharon Kersey, la esposa de Bert, se encargaba de las labores administrativas en aquella empresa con sede en el comedor de su casa, primero, y en el ático despuéscomedor. Bert también se encargó de llenar aquella oficina de excentricidades.

De una pared pendían tres relojes con la hora de San Diego, Fresno y Seattle (la misma, pero lo hacía por “si algo cambiaba en esas ciudades”) y en otra el póster luminoso de Flo Chart, una inexistente empleada de aire melancólico que supuestamente se encargaba del correo. Mientras, en los manuales, Bert Kersey retrataba los “centros de formación” Beagle Bros como una escuela de musculosos trapecistas.

En 1980, Beagle Bros vendió 200 productos. En 1983, 83.000. Atari Magazine señaló que cuatro de sus programas para aficionados habían estado en las listas de los diez más vendidos ese año.

VENDIENDO PROGRAMAS 'OPEN SOURCE' EN LOS 80

Además del inconfundible diseño de sus ingeniosos manuales y de lo útiles que resultaban sus programas para aprender a programar, el éxito de esta pequeña empresa se debió a otro factor: todos podían copiarse fácil y libremente. Según Kersey, muchos adolescentes aprendieron a programar diseccionando su 'software'.

Decidió hacerlo por dos razones. “Una, la protección de copia del 'software' era difícil de utilizar y no podías hacer copias de 'backup' para tu propio uso. Dos, no sabía cómo proteger la copia”. Su falta de conocimiento le ayudó en el negocio. Algunos clientes decidían comprar los disquetes, aún pudiendo piratearlos, por el libro de consejos que incluían. Los que no, hacían uso de ellos sin pasar por caja y luego “extendían la palabra”.

En 1984, presentaron el que se convirtió en uno de sus productos más exitosos: la serie TimeOut, una extensión que añadía opciones como la revisión ortográfica y el contador de palabras a AppleWorks, una de las primeras 'suites' de ofimática.

“'Hackeé' AppleWorks y descubrí cómo estaba hecho el programa. Usando ese conocimiento, elaboré un parche para AppleWorks que nos permitiría hacer 'plug-ins'”, rememora Alan Bird. Este programa fue uno de los más vendidos de Beagle Bros durante años. Además, permitió a otros desarrolladores crear sus propias aplicaciones para AppleWorks.

Todo iba bien, pero el propio Bert Kersey decidió abandonar el barco que él mismo había creado cuando la tripulación se hizo un poco más numerosa. “Beagle Bros se estaba haciendo muy grande y no me gustaba lidiar con los problemas de los empleados”, asegura.

Se la vendió a Mark SimonsenMark Simonsen cuando la firma contaba con cinco trabajadores a tiempo completo y un buen número de autónomos. Por entonces, los Macintosh ya habían aterrizado en el mercado, pero Beagle Bros no se adaptó a la nueva línea evolutiva de Apple. Siguieron centrados en la serie Apple II y Simonsen acabó vendiendo la compañía en 1991.

Pese a ello, el mito de aquellos dos antiguos y ficticios señores sigue vivo. Steven Frank, uno de sus admiradores, les ha rendido homenaje creando un museo 'online', del que afirma ser comisario, en honor a “la compañía de 'software' más fantástica de los 80”.

Un exempleado, Randy Brandt, recreó el juego I.O. SilverI.O. Silver para iOS coincidiendo con el trigésimo aniversario de la obra original de Beagle Bros. En él, el jugador debe ayudar a un científico a construir un superordenador, igual que sucedía en el título que se estrenó para los viejos ordenadores de Apple. El lanzamiento emocionó al septuagenario Bert Kersey.

Aunque los Kersey se deshicieron de Beagle Bros, han seguido trabajando juntos. Durante años han fotografiado y grabado las aves de California y venden en su web dos DVD con sus documentales. En la página, Bert detalla el equipo con el que graba a los pájaros. Entre otros utensilios, siempre lleva un sensor óptico de 'backup' (su ojo) y una gorra para pájaros de baja visibilidad. La informática ha cambiado mucho desde que se interesó por ella, pero el fundador de Beagle Bos no ha perdido su particular sentido del humor.

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Las imágenes son propiedad de Steven Frank (1, 2, 4 y 8, disponibles en Beagle Bros Online Museum), Blake Patterson (5a) y Wikimedia Commons (9). El resto son capturas de pantalla de los manuales de Beagle Bros disponibles en Archive. Beagle Bros Online MuseumBlake PattersonWikimedia CommonsArchive

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