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ENTREVISTA

Neus Canyelles, novelista: “Una persona con una enfermedad mental recibe poca empatía, parece que quiere vivir así”

La escritora mallorquina Neus Canyelles.

Alejandro Alcolea

Mallorca —

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Neus Canyelles (Palma, 1966) es una de las voces más sólidas del panorama literario catalán. Hace más de veinte años, la escritora puso en marcha su carrera publicando sus memorias y, desde entonces, no ha dejado de sumar novelas y reconocimientos como el Premio Mercè Rodoreda o el Premio Lletra d’Or. Sin ningún tipo de filtro, la fragilidad, la honestidad y la valentía de sus palabras trasladan al lector al centro mismo de la experiencia de la vida humana. 

Su Autobiografía autorizada, recientemente editada en castellano, es una oda a los recuerdos más emotivos de su infancia en la isla de Mallorca que descubre las heridas, los desamores y las pérdidas con la ironía y naturalidad propia de quien desempolva su antiguo diario. La narración, rememorada desde un presente marcado por la melancolía y los ansiolíticos, devuelve al lector a sus orígenes sin olvidar todo lo que se aprende en el camino.

Autobiografía autorizada suena muy a reto personal. ¿Cómo surge la idea de la novela?

Pues yo iba escribiendo fragmentos, como siempre hago, y supongo que cuando llegué a tener un poco más de material intenté organizarlo y en ese momento se me ocurrió esta idea. El título es irónico porque hace referencia las biografías de la gente famosa, donde se suele indicar que es autorizada, como si esa biografía fuera la buena, entre comillas. En el libro yo voy diciendo lo que autorizo de mi historia y lo que no. Viene a representar algo así como una decisión personal.

La mujer hablando sola que la protagonista observa en la terraza del café parece un símbolo poderoso, como si representase un miedo existencial que es terrible.

Sí, desde luego. Además, esto es real porque a esta señora yo la veía por las mañanas estando en Barcelona y me fijaba mucho en ella. Me daba un escalofrío pensar qué vida debía tener. Cuando tuve la idea de empezar con esta especie de prólogo en el que sale esta mujer fue como si viera el cielo abierto para tirar por allí con la novela. Y la verdad es que yo tengo ese miedo de volverme una persona así. A veces me he preguntado qué pasaría si…. Porque, bueno, yo he estado ingresada en un hospital psiquiátrico y, claro, es algo que tengo muy presente, aunque haya personas que ni siquiera se fijen en esas cosas.

¿Por qué cree que, como sociedad, se tiene tanto miedo a la locura?

Porque imagino que tiene que ser un estado en el que no controlas nada, en el que eres prácticamente otra persona. Hay un momento de la novela en el que hablo de que a las personas que tienen otras enfermedades, pongamos por ejemplo el cáncer, las enfermedades mortales o que puedan ser muy duras, se tiene como una compasión con estas personas. Decimos y pensamos que no hay derecho con lo que les ocurre. Pero, en cambio, con las personas que tienen enfermedades mentales hay menos empatía y comprensión. Parece como que si tú quisieras vivir así. 

Nos dicen que si queremos y nos esforzamos mucho podemos ser dueñas de nuestra mente, pero esto no es así. En el libro digo que cuando estuve ingresada me hicieron escribir una carta expresando que no volvería a repetir mi comportamiento y que me esforzaría mucho en pensar en mis seres queridos y en el daño que les estaba haciendo. Es decir, tenía que pedir disculpas por lo que había hecho. Pero si tienes otro tipo de enfermedad, que no sea mental, esto no pasa ni de lejos.

En el libro digo que cuando estuve ingresada me hicieron escribir una carta expresando que no volvería a repetir mi comportamiento y que me esforzaría mucho en pensar en mis seres queridos y en el daño que les estaba haciendo. Es decir, tenía que pedir disculpas por lo que había hecho. Pero si tienes otro tipo de enfermedad, que no sea mental, esto no pasa ni de lejos

Como si al rompernos un tobillo nos forzasen a pensar en no volver a bajar por una escalera.

Sí, sí, eso es.

¿Deberían cambiar de alguna forma los sistemas de salud mental? A día de hoy, en el ámbito psiquiátrico todavía existen los internamiento involuntarios y el uso de las correas para atar a los pacientes.

No se habla nada de todo esto. Ahí habrá vivencias de todo tipo, pero bueno, las mías no fueron muy buenas en general. Conocí a gente, a otros pacientes, con los que me he hecho muy amiga, pero hay cosas que no están bien, aunque puede depender de los enfermeros que te toquen. Recuerdo que había enfermeros que querían luchar contra lo de atar a las personas. Una vez una compañera de habitación estuvo atada y la verdad es que es impresionante. A mi enfermó verdaderamente. En el fondo, se quiere tapar el problema y ya está. 

Recuerdo que había enfermeros que querían luchar contra lo de atar a las personas. Una vez una compañera de habitación estuvo atada y la verdad es que es impresionante. A mi enfermó verdaderamente. En el fondo, se quiere tapar el problema y ya está

Aunque también es verdad que hemos pasado de no hablar nunca de nuestros problemas al hecho de que ahora todo sean problemas de salud mental. Parece que si una persona está triste durante unos días ya está mal de salud mental y no creo que se les tenga que calificar de esta manera. Parece que si alguien tiene un problema emocional ya debe ir al médico para solucionarse la vida. Pero yo creo que la vida no es así. Tampoco creo que la salud mental sea un buen término. No sé de dónde ha salido, pero bueno, son de estas palabras que tienen mucho éxito y se ponen de moda.

¿Y cómo se podría reformular esa concepción actual?

Pues no lo sé, pero más que salud mental son enfermedades mentales. Nadie habla de su salud auditiva o estomacal. Eso no se dice. De hecho, un psiquiatra me dijo que también le producía mucho rechazo esta terminología de ahora.

Más allá de los fármacos y la terapia, quería saber si considera que la literatura puede tener un potencial sanador.

Creo que que sí. Habrá gente a la que no le guste nada y que no haya leído un libro en su vida, y no pasa nada, a lo mejor es mucho más feliz. Pero en mi caso, aunque mi escritura no tenga intenciones terapéuticas, sí que es verdad que escribir a mí me hace feliz. Y leer también. Hay gente que a veces dice que esto que hago parece autoayuda. Pero eso es algo que jamás se me ocurriría.

En el libro aparecen grandes temas de la historia reciente narrados desde una perspectiva muy personal. Una de ellas es el tardofranquismo, cuando en la escuela comenzó la asignatura de Lengua de las Baleares. ¿Cómo recuerda aquella época?

Cuando tuve catalán en el colegio por primera vez íbamos a 7º de EGB, lo que ahora sería 1º de la ESO. Pero, claro, llamarlo Lengua de las Baleares es como que esta lengua ni siquiera tiene nombre. Yo tenía muchas ganas de aprender, pero a la mayoría de las niñas de clase, al ser un colegio un poco pijo, no les gustaba ni tenían ningún interés en aprender. Supongo que fue la primera vez que tuve conciencia de que teníamos otra lengua, una para casa y otra para el cole y la vida pública y que las cosas importantes se tenían que decir en castellano, como los nombres. A mí me tuvieron que poner María de las Nieves. Ya me dirás tú, a mí, Neus. No lo soportaba. 

Cuando tuve catalán en el colegio por primera vez íbamos a 7º de EGB, lo que ahora sería 1º de la ESO. Fue la primera vez que tuve conciencia de que teníamos otra lengua, una para casa y otra para el cole y la vida pública y que las cosas importantes se tenían que decir en castellano, como los nombres. A mí me tuvieron que poner María de las Nieves. Ya me dirás tú, a mí, Neus. No lo soportaba

En el libro aparecen muchos recuerdos de paisajes naturales como la Serra de Tramuntana (Mallorca), las playas o la vida en el pueblo. ¿Cómo valora los cambios que está viviendo la isla?

La veo fatal, así de simple, porque ahora es otro mundo. Parece que nos han cogido y nos han transportado a un sitio diferente, porque esta masificación turística es insoportable y no puedes ir a ningún sitio. Todo está a tope de gente. Es como si nos hubieran echado de casa. Ya no se puede fluir e ir a determinados sitios a los que antes ibas con naturalidad porque ir a la playa y no tener sitio para poner la toalla parece un chiste. Parece como si nos hubieran echado de casa.

Me ha parecido muy bonito que, además de incluir a familiares y amigos en los agradecimientos del libro, haya incluido a Joseph Roth. Dice que le hubiese gustado ser su amiga. ¿Por qué? ¿Qué tiene de especial este escritor?

Es difícil de explicar, porque a uno le llega un autor y a otros, otros autores, pero a mí me encanta tanto su obra como también esa vida en movimiento. Tenía la tristeza de haber perdido su patria y su sitio en el mundo. De hecho, siempre estaba de aquí para allá. Leyéndole tengo la sensación de que me hubiese caído muy bien, porque escribió cosas que, cuando las leo, pienso que yo también las tengo en la cabeza, pero no se me habría ocurrido escribirlas nunca. Fue alguien muy grande.

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